Falsos dilemas

dilema

 

Economistas conductuales, como el genial Dan Ariely, han demostrado que nos regimos por la ley del mínimo esfuerzo para tomar muchas decisiones en nuestra vida y que nos planteamos las cuestiones desde ópticas bastante simplistas, rigiéndonos más tarde por esos automatismos.

Si os dais cuenta últimamente  “hay que elegir” entre estar a favor de los «ricos» o de los «pobres», que las personas tengan varias casas o se las expropien,  entre lo malo y lo menos malo,  entre el desalojo y que cada uno se busque la vida con tu banco rescatado, o estar del lado de la economía o del medio ambiente, no hay término medio, te tiene que gustar el frío o el calor, el dulce o el salado, el empleo que tienes o no tenerlo, trabajar en tu ciudad o en otro país, emprender en solitario o trabajar para otro, entre trabajo o  vida personal, entre estas medidas políticas o  las contrarias…

Estas decisiones que intencionadamente que se  plantean desde lo que los anglosajones denominan el “ Fool´s Choice”, como un dilema,  nos invitan  graciosamente con la intención de facilitarnos la vida. Hacen que estas falsas disyuntivas nos paralicen, desmoralicen y parezcamos cada vez más un rebaño fácil de guiar, al interiorizar este modo de proceder  y convertirlo en automatismos con los que vivimos. Cuando lo único que necesitamos son personas que nos abran el abanico de posibilidades en todos los campos y nos hagan trabajar y pensar con entusiasmo e ilusión para innovar, transformar y  mejorar nuestras decisiones y nuestro alrededor.

Decidir entre dos cuestiones, cuando las opciones pueden ser infinitas, hace que nos sintamos estresados, esto a su vez  hace que nuestras oportunidades y   opciones se reduzcan drásticamente, que no sintamos desvalidos, desasistidos, incapaces,  que elijamos  sin criterio y por necesidad. Es como si tuviésemos que elegir entre a quién queremos más a papá o a mamá.

A lo mejor en pequeñas cuestiones sí podemos y debemos  ser así de reduccionistas para no eternizar la cuestión,  pero en otras que afectan seriamente a nuestra convivencia y nuestro desarrollo, este simplismo nos perjudica  y no nos permite avanzar.

Cuando todavía leo cuestiones de hace cien años como recetas para gobernarnos, me espeluzna que hayamos conseguido tantos avances científicos y en el desarrollo humano y político sigamos en pañales.

Personalmente a mí ya no me convencen, ni me atemorizan con  amenazas de que la otra opción única será devastadora para mi intereses, cuando si analizo, lo que obtengo en cualquier caso es, más de lo mismo: temor. Ya me ocupa y preocupa bastante mi futuro para que jueguen con mis miedos como estrategia. Yo quiero ampliar mis opciones, oportunidades, retos, desafíos, objetivos.

Requiero unos nuevos líderes sociales, políticos, sindicales, empresariales  que empaticen con los sentimientos y necesidades actuales de los ciudadanos, no en contra de nadie, sino a favor nuestro y quiero que me resuelvan lo que acontece en la sociedad, ahora, multiplicando las oportunidades y las opciones de avance, sin causar otros problemas y resolver esos otros. Inspirándome más que desesperándome, ¿pido tanto?

Líderes, personas seguras, que antepongan nosotros a yo,  comprometidas, que no vean la vida en blanco y  negro sino que se atrevan a escuchar, a probar a pintar  con todos los colores, con conocimiento, valentía y afán de servicio a la sociedad, que  crean más en nosotros y nuestras capacidades para remontar, que en ellos, que sean capaces de partir de lo que nos une y no de lo que nos separa, que maticen, prueben e implementen sin complejos fórmulas nuevas para producir efectos nuevos.

Conmigo que no cuenten para ratoncito tras su flauta. Sólo lo haré cuando suene la música de unos músicos que realmente estén más pendientes del público que de mejorar sus instrumentos y de lo que les interesa tocar.

4 comentarios en “Falsos dilemas

  1. Cuanta necesidad de ponernos una etiqueta en nuestra frente para que todo el mundo sepa si estamos a favor de esto o de aquello, o si somos religiosos o no, que si tal partido político o el otro… Con esas etiquetas saben que decirnos y que no decirnos, como influir en nosotros y como llevarnos de las narices… Ahora, que difícil se les hace con aquellos que no nos definimos por blanco o negro! No tienen como saber por donde nos pueden llevar a donde ellos quieren!!! Hasta me divierte verles la cara de decepción cuando me preguntan si tal o cual cosa y la respuesta es algo por el medio de las opciones que me plantean! Tenemos que estar atentos y responder lo que sintamos, sin temor a quedar fuera de opinión que dicen tener la mayoría de las personas.. Muchas gracias Aruca por el post.

    Me gusta

    1. Totalemente de acuerdo, el espíritu crítico fomenta la confianza en uno mismo y el poder de cambiar las cosas. Definirnos a nosotros mismos como queramos antes de que lo hagan los demás o nos quedemos con packs que no queremos. Gracias Gustavo

      Me gusta

Deja un comentario