¿Apagas fuegos?

fuego

¿Cuántas veces has oído como consejo “tienes que saber adónde quieres ir, tener un objetivo” dicho de una manera tajante, desde la superioridad que aparenta dar haberlo alcanzado, has buscado en ti y has bajado varios peldaños en tu estado interior al no haber encontrado respuesta?

 Cada vez tengo más claro que quienes hablan desde esa atalaya hablan para sí mismos y en realidad  de ese mensaje, su destinatario no es otro que su consciente y el emisor su propio inconsciente.

 Es cierto que hay personas que tienen clara su vocación y su planteamiento vital desde muy temprano, ya sea por emulación de familiares próximos, por algún suceso vital importante o porque han tenido la suerte de que a través de algún profesor, amigo, profesional  o familiar han podido indagar en sus deseo, valores y fortalezas para proyectar un futuro que una  pasión y  dedicación.

Un gran  parte de las personas no,  vamos, a veces, resolviendo lo que se nos plantea inmediatamente, sin levantar la cabeza para ver más allá de nuestro propio día, aquello que gráficamente sería que “los árboles no nos dejan ver el bosque”.

Antes la influencia familiar junto con la poca información que se tenía, reducía las oportunidades, ahora que son tan infinitas como Internet y los medios de masas, la gran variedad nos abruma, estresa y a veces nos hace dudar constantemente. Si podemos ver tantas imágenes por segundo, imaginaos la de información que tenemos para analizar, comparar e interiorizar.

 Si prestamos constante atención a lo inmediato, vamos resolviendo urgencias que no nos dejan pensar en lo importante, nos acostumbramos a ser “apagafuegos” y esto además de lo anterior ,nos hace convertirnos en adictos a estas sensaciones, de modo que, cuando no tenemos esas urgencias las buscamos, nos sentimos intranquilos o incluso vacíos porque no tenerlas nos obliga a pensar en un plazo más largo. ¿ Has pensado en qué te hace dejar todo para el último minuto?, ¿en qué lo conviertes?

Por eso como recomienda Covey “lo primero es lo primero”, para mitigar esto, podemos de vez en cuando reunir las suficientes fuerzas para tener un momento “Prevengo y Planifico” en el que comenzando por hacer  una simple  lista escrita de los acontecimientos vitales que en mayor o menos medida tendremos que afrontar y reflexionar sobre  ellos teniendo en cuenta cuál queremos que sea nuestra misión, nuestros valores y metas de alta prioridad, ¿qué es lo que en realidad queremos?

 A veces esta lista en positivo es bastante difícil de confeccionar, parece que en nuestro ADN alguien intentó imponernos lo negativo, en cualquier caso,escribe tu lista con lo que no quieres y a partir de ahí, transforma cada cuestión en positivo. Por ejemplo si “no quiero trabajar en un lugar donde no se respeten mis valores” tradúcelo a algo que tu cerebro procese, recuerda que no entiende el no, algo como “quiero trabajar en un lugar donde haya compromiso social,  se premie el esfuerzo o haya un ambiente de cooperación”. Lo que tú primes.

 Dedicarle tiempo a esta lista puede suponer  que de repente encuentres muchas de las respuestas que estás buscando y que han tropezado hasta ahora insistentemente con lo que no te gusta y de lo que huyes, lo que te desanima y desalienta.

Si no has encontrado impulso suficiente para hacerlo al leer este post, te invito a que reflexiones sobre estas palabras de Jim Rohn “ Nosotros sufrimos uno de los dos dolores: el dolor de la disciplina o el dolor del arrepentimiento. La diferencia es que la disciplina pesa kilos mientras que el arrepentimiento pesa toneladas”.

 Cada día tiene muchas oportunidades pero si te dedicas a lo urgente, no tendrás tiempo para lo importante.

 Deja el modo supervivencia y utiliza tu día de la mejor forma que tú sabes, seleccionando las mejores oportunidades que te guiarán a esa meta que ahora vislumbras mejor.

¡¡Disfruta del fin de semana!!

Y por las noches, ¿qué harás?

noche

Seguro que para algún evento importante en tu vida, la noche anterior fue fundamental para la preparación, que todo saliese según lo planeado, era trascendental y lo trabajaste.

Qué te lleva ahora a dejarlo todo para el último minuto, abrumarte con tareas insignificantes, cansarte, no pensando en el trabajo que estás haciendo, sino pensando en el que no has hecho, provocando que lo urgente se imponga a lo importante por no haberle dedicado unos minutos antes.

¿Revisas tus hábitos para solucionar cuestiones a menudo?, ¿has conseguido ser consciente de cómo tomas  esas decisiones o no-decisiones que sobrecargan tu día?

Seguramente has leído en muchos post los beneficios de cómo ser una “morning person” y levantarte al menos una hora antes que todo el mundo para poder pensar y planificar tu día, y has pensado que esto sería demasiado, tú que llevas toda la vida estudiando por la noche, siendo más creativo, estando más lúcido,  pues no lo dudes, usa tus poderes la noche anterior.

Si haces una lista, escrita por favor, no mental, con las prioridades de mañana, ya habrás conseguido ordenar lo importante frente a lo urgente.

Si avanzas tareas tan simples como organizar tu ropa para el día siguiente, tendrás tiempo para los imprevistos que se presentan a última hora, como no encontrar las llaves o incluso quedarte dormido unos minutos, y dejarás más tiempo para un reconfortante desayuno que te pondrá las pilas de un magnífico día.

Lee un texto inspirador, muchas de las lecturas que tienes a tu alcance sobre desarrollo personal, te llevará  unos minutos para prender en tu mente un pensamiento que te haga visualizar un nuevo comienzo al día siguiente lleno de oportunidades.

Dedícale al menos 15 minutos a la meditación,  estimulará tu mente de manera profunda y te ayudará a aclararla y a evitar esas distracciones que te fatigan.

Deja de ser el mismo de siempre, utiliza la noche anterior para preparar un día al que tú sorprenderás, habiendo puesto todo de tu parte. 😉