SALUD, DINERO Y AMOR

Salud, dinero y amor son las tres cosas que cantan que hay en la vida. A día de hoy sigue respondiendo al orden de prioridades que los españoles tenemos para una vida plena según el último estudio del Pew Research Center.

Sin embargo creo que el orden no es exactamente el idóneo y merece una reflexión. Creo que la salud depende tanto del amor como del dinero por lo tanto su cuidado depende más de nosotros de lo que creemos.

Que la soledad mata a más personas que cualquier evento o enfermedad por sí solo es la muestra de que el amor lo es todo aunque a veces el de la familia o el de los amigos lo damos por hecho y no lo valoramos con la decisiva importancia que tiene.

Que el dinero no da la felicidad aunque definitivamente ayuda hasta superar el nivel de subsistencia es algo a tener en cuenta pero insisto en que el amor- compañía supera con creces esa otra necesidad. Sentirse querido y apreciado es lo que los seres humanos ansiamos y lo que nos da salud y éxito.

Nos hemos vuelto cada vez más, no solo individualistas sino materialistas y egoístas creyendo que la panacea es la acumulación y nuestro bienestar personal. Lo que en realidad nos hace cada vez más miedosos. Lo que nos hará felices es dar y compartir.

No hace falta que los que tengas alrededor lo hagan. Esperar a que otro dé el primer paso no trabaja tu felicidad sino que da el control a los demás sobre tu comportamiento.

La búsqueda de la felicidad es un viaje, no un fin o una sola cosa. Comparte, disfruta, vive y haz felices a los que tienes cerca. Reorganiza tus prioridades para el viaje. Aunque no rimen igual, disfruta.

VIVIR CON EMOCIONES

En nuestra educación tradicional hemos entendido que lo correcto era reducir nuestras emociones al ámbito privado.

Que la alegría o la tristeza invadiese otros espacios no era aceptado con normalidad. De hecho había que dejar todas las emociones en la entrada del trabajo y recogerlas a la salida como si hubiese taquillas o ropero al efecto.

La definición del hombre como un animal racional nos ha llevado a tener estas creencias, sin reparar en que compartimentar el cerebro o cortocircuitar las sensaciones que percibe nuestro cuerpo y que envía a nuestro cerebro es poco realista.

Una vez que entendemos que nuestra mente no tiene un interruptor que pausa el caudal de las emociones somos más conscientes de que muchas de las decisiones que tomamos son guiadas en gran parte por ellas.

Admitir esto hace que seamos más concienzudos a la hora de analizar las situaciones puesto que entendemos que serán afectadas de alguna forma por la tristeza, sorpresa, miedo, asco, alegría o ira que sintamos.

Incluso aprender a reconocerlas en nosotros mismos nos hará ser más conscientes de nuestro carácter y más poderosos con nuestro autocontrol.

Reducir la alegría y el amor al ámbito privado hace que seamos menos entregados y entusiastas en nuestro trabajo creyendo que por ser un castigo divino no es digno de ser disfrutado pero nada más lejos de la realidad.

Nada importante se hizo sin entusiasmo así que hagamos el firme propósito de llevar siempre con nosotros emociones positivas y como decía Tennessee Williams el entusiasmo, que es de las cosas más importantes en la vida.

FUERA DE MÍ

Me encanta la gente que habla en primera persona del singular de los logros y éxitos y sin embargo socializa los fallos o errores con la primera persona del plural.

Dice mucho de ellos. Del sentido que tiene del equipo que solo les sirve para esconder sus errores y minimizar su responsabilidad. De la confianza que puede inspirar alguien que hace algo así, puedes esperar poca diferencia en la ejecución. Además a la hora de las medallas, no hay mucha intención de compartir.

Tenemos la suerte de que la mayoría de las personas no reparan en todas estas cosas que os cuento porque están tan ensimismadas y ocupadas en su yo particular que no son capaces de escuchar a los demás con la intención de entender cómo piensan.

Si fuésemos capaces de salir más de nosotros y de nuestro mundo podríamos advertir muchos de estos comportamientos. Saber más de quienes nos rodean para poder, no sólo ayudarles con sus luchas internas, sino inspirarles pasión y entusiasmo por ayudar a los demás. La vida compartida siempre es mejor.

DETERMINA TUS HÁBITOS

Tan importante como donde nacemos es de quien o de quienes nos rodeamos durante nuestra vida.

Hay personas que siempre suman, animan y te hacen creer en ti mismo y otras que solo ven la parte quejosa y triste de cualquier evento que ocurra en ella y a pesar de no ser su intención, acaban con la poca esperanza que te queda para seguir.

Personas que son capaces de levantarse a pesar de todo y de todos sin rendirse, ni lamentarse y encima insuflarte ánimo. Otras que cualquier eventualidad les hace desfallecer y sentirse víctima, no solo de un mal momento sino de una racha implacable.

Ser de una u otra forma, de alguna manera es un hábito. Ya no recordamos cuándo decidimos ser así, qué experiencias vivimos o qué objetivos queríamos conseguir cuando creímos que esa estrategia sería la mejor y de repente nos convertimos en ello.

Todos los días es una nueva oportunidad para ser quien tú quieres ser. No será fácil aunque es posible. Piensa en esa persona con la que te gusta estar y en los rasgos que te gustan de su personalidad y conviértete en ella.

Entre quien eres hoy y quien puedes ser después de un tiempo cambiando de hábitos media determinación y entrenamiento. Todos queremos estar rodeados de gente inspiradora y positiva pero también podemos serlo.

UN EQUIPO ESTRELLADO

Cristiano Ronaldo y Messi y sus respectivos equipos han protagonizado, en los últimos tiempos, dos de las revoluciones principales de nuestra Liga de fútbol. Algo que me ha hecho reflexionar sobre dos cuestiones.

Cuántas estrellas puede soportar un equipo y cuánto puede este soportarlas. Ambas respuestas son aplicables a cualquiera que quiera que funcione tanto un equipo como una organización.

Estas preguntas surgen principalmente por la dicotomía entre individuo/ equipo. Y si lo que debería ser colaboración se convierte en una continua competición en la que las estrellas dejan poco espacio a los demás. Prefieren brillar en solitario en lugar de repartir juego y motivar a los demás, involucrándoles y haciéndoles sentirse importantes.

Algún entrenador de éxito exige que el equipo y el jugador que mete un gol, agradezcan y reconozcan tanto que le dio el pase como al que lo marcó para así tener en cuenta cómo se gestan los grandes logros.

Cuando alguien cosecha éxitos partido tras partido, empieza a creer que es imprescindible. Su ego le precede y a veces permitir más de uno hace que aquello no funcione. Este creerá que el equipo le necesita. Que no podrán prescindir de él y que, ahora o nunca, tiene que aprovechar esa oportunidad, ya sea económica o deportivamente en su favor.

Sin embargo ese es el mismo momento en el que la propia organización, el propio Club, no puede permitirse pulsos más allá de lo razonable. El efecto que produce en el resto del equipo por agravio comparativo y el desafío a la organización se sostienen lo imprescindible para que el aficionado crea que se hizo lo que se pudo.

Las organizaciones que crean incentivos e incluyen en la misión y en la visión la importancia de la colaboración, del equipo y el honor de pertenecer a él aseguran el éxito de tener un “Dream team” que pueda ganar cualquier “All-star”.

La importancia además de tener un buen entrenador que entienda esta parte del juego y reciba permanente feedback del equipo es imprescindible. Piense en cualquier organización empresarial o familiar que quiera que funcione y tome nota.

DE LA NECESIDAD DE PEDIR AYUDA

No es nada nuevo que el ser humano es la ley del mínimo esfuerzo. Para cualquier cosa que hacemos elegimos el camino que suponemos nos consumirá menos energía.

Por eso no es fácil que cambiemos de hábitos que hemos automatizado, ni de creencias que hemos heredado. Todo para que nuestro sistema tenga su indicativo de batería en un alto porcentaje.

Si a esto le sumamos que nuestra concentración ahora es mínima, imagínense el análisis de los temas que se suceden a velocidad de vértigo en la actualidad. Superficial es poco. Es más, estoy segura de que solo leemos y escuchamos lo que nos interesa para nuestra posición. Por lo que albergar esperanzas de cambio es una quimera.

La cuestión es que hay personas cuyas creencias, pensamientos y estrategias no son demasiado ecológicas para ellos. Es decir, no les acercan para nada a sus objetivos y en algunos casos incluso no dimensionarlas bien hacen que trabajen en su contra indisponiendo a su entorno contra ellos.

Si no somos capaces de darnos cuenta por nosotros mismos y tampoco tenemos una persona de confianza cercana que nos pueda advertir, probablemente acabaremos cometiendo errores sin ni siquiera darnos cuenta.

La humildad que requiere pedir opinión sobre nuestro comportamiento a quienes nos pueden ayudar no está al alcance de quien no soporta sentirse vulnerable pero a veces es la única forma de crecer.

Reflexión del día / Daily dose

“La felicidad es una elección. Tú puedes elegir ser feliz. En tu vida van a existir momentos de tensión pero es tu decisión que te afecten o no”

Valerie Bertinelli

  • ¿Cómo actúas en los momentos en que algo no va bien?
  • ¿Te enfocas en el problema o en la solución?
  • ¿Qué vas a hacer la próxima vez que te enfrentes a un momento estresante?
  • ¿Vas a elegir ser feliz? 😉

Reflexión del día/ Daily dose

“El liderazgo se practica no tanto con palabras como con actitud y acciones”

Harold S. Geren

  • ¿Cómo es tu liderazgo?
  • ¿Haces lo que dices?
  • ¿Dices otras cosa diferente a la que haces ?
  • ¿Cómo crees que se tiene la actitud correcta?
  • ¿En qué se parece a la tuya?
  • ¿Cómo puedes a partir de hoy pasar a la acción? 😉

Reflexión del día/ Daily dose

«No importa lo que los demás te digan , tus palabras y tus ideas pueden cambiar el mundo»

Robin Williams

  • ¿Eres capaz de elegir tus palabras antes de utilizarlas?
  • ¿Expresan claramente lo que piensas?
  • ¿Sabes el valor que tienen?
  • ¿Y si lo compruebas hoy regalando unas amables para personas con las que te cruces? 😉

Reflexión del día/ Daily dose

«Avanzar es imposible sin cambio, quienes no pueden cambiar sus mentes, no pueden cambiar nada»

George Bernard Shaw

¿Eres de los que piensa que nadie cambia?

¿Crees que eres el mismo de ayer, o de la semana pasada?

¿Crees que todo sigue siempre igual?

¿Qué crees que va a pasar cuando amplíes tu visión y abras tu mente?

Quizá no quieras avanzar…

DECISIONES EN TIEMPOS REVUELTOS

relax

 

A veces pensamos que la vida es lineal y que todo lo que nos ocurre, tiene lugar en capítulos sucesivos, independientes, que debemos ir resolviendo para luego dedicarnos a otros, como si pudiésemos abrir y cerrar cajas con los diferentes asuntos.

“A ver si acabamos con esto y…” es una frase de la que abusamos, impidiendo mentalmente que otra cosa pueda suceder mientras, como si eso fuese algún obstáculo para que la vida no siguiese su curso. Hacemos que toda nuestra energía esté preparada sólo y exclusivamente para ese evento. Tanta concentramos que, cualquier cuestión sobrevenida, que salga de nuestras expectativas, nos deja devastados, sin fuerzas…o enfadados e iracundos.

Ya sea el tratamiento de una enfermedad, la búsqueda de un empleo, la consecución de  un proyecto, incidentes que parecen superarnos,  todo ocurre a la vez que miles de cuestiones más a las que prestar atención, sin prisa pero sin pausa, puesto que la demora y la inacción también se convertirán en tus decisiones con consecuencias. No las dejes solas convertirse en lamentos.

Muchas de estas decisiones las tomamos en la más absoluta incertidumbre sobre cuál será el resultado y debemos ser conscientes de que las que tomamos, con esa complejidad, sin certezas, pueden paralizarnos y conducirnos a decisiones irracionales.

Los psicólogos, Amos Tversky y Eldar Shafir escribieron sobre el “principio de cosa-segura” y de cómo la mera incertidumbre afecta a nuestras decisiones, incluso cuando ésta no es indispensable para nuestro fin. Uno de los ejemplos que exponían en su estudio es el de alumnos que se enfrentan a un importante examen y a la vez a decidir si hacer un largo viaje después.  Del grupo a los que les dijeron que lo habían aprobado, un 57% decidieron hacer el viaje. De los que suspendieron, un 54% decidieron ir de todas formas. Sin embargo dentro del grupo que no conocían el resultado, un 61% pagaron una reserva para poder decidir después. ¿Qué conclusión puedes sacar  tú de estos datos?

Este ejemplo demuestra cómo, a pesar de que la vida pasa y sigue su curso, muchas de las decisiones que tomamos en momentos de incertidumbre pueden paralizarnos o hacer que nos perdamos muchas cosas.

Atribuyen a John Lennon esa frase que rara vez toma sentido para todo el mundo “ La vida es eso que pasa mientras tú haces otros planes”

¿Y si consiguieses seguir viviendo mientras tanto? Tú decides.

TÚ, ¿CONSTRUYES?

blocks

Lástima que a veces no podamos ver desde fuera que nuestra insistencia se torna en intransigencia y nuestra razón queda escondida en una actitud pueril cuando, en lugar de proponer, argumentar y aprender del resultado lo reducimos todo a ganar o  perder.

Entonces, es cuando sale nuestro primitivo que busca que nuestro ego salga lo menos maltrecho de la situación, en lugar de cediendo y reconociendo nuestro error , impulsándonos a avanzar hacia una posición de no retorno, pese a que se lleve por delante el buen ambiente creado, la confianza ganada o todo el trabajo anterior. Lo importante es controlar a ese niño que llevamos dentro y con el que no has sabido negociar, que además te pone entre la espada y la pared, aconsejándote mal, diciéndote que retirarse o rectificar, lejos de ser de personas sabias es de débiles sin criterio.

De personas de este tipo estamos sobrados de ejemplos, jefes, políticos, compañeros, amigos… que prefieren seguir hacia delante en sus propuestas, caiga quien caiga para no tener que asumir que quizá los demás tengan razón y admitir su falibilidad como seres humanos. Si a esto le sumamos la falta de interés por los demás, ser de los que sólo critican, destruyen y nada proponen, compondremos el sistema que premia este tipo de personas frente a la coherencia, la empatía y el esfuerzo en construir.

Da igual lo que se lleven por delante para demostrar su impostada fuerza puesto que lo único que queda al ventestato es, no sólo su falta de seguridad para saber reconocer errores, sino su falta de empatía para pensar por un momento en, a quiénes embarcan en su lucha contra los molinos y en qué situación quedará su credibilidad y su posición para futuras negociaciones y consensos.

Aunque siempre abusan de los que siguen adelante a pesar de estas tretas, y consiguen que alguna vez, dando pena sean readmitidos en el juego, aunque eso sí, jamás en una posición igual. Una vez menoscabada la confianza y habiendo quedado claro que la organización o el equipo poco importa es cuestión a corto plazo que prescindan de él.

Siempre he pensado que juntos se llega mucho más lejos, que construir es la única satisfacción, al mismo tiempo que destruir y criticar sin más, te lleva al gris tan oscuro que tu mente jamás vuelve a ser la misma sin un arduo trabajo. Todos juntos somos mejores, ¿para qué echarlo por la borda?

¿COMPETIR O COLABORAR?

 

 

colaborar

 

Muchos de los acontecimientos que estamos viviendo a nivel mundial y que parecen acabar con todas las apuestas y encuestas  tienen que ver mucho con el miedo y con cómo respondemos ante él. Además dice mucho de nosotros y de cómo enfrentamos la vida, decidiendo entre construir un mundo competitivo o colaborativo.

Cerrar nuestras fronteras de país, proteger lo que consideramos nuestro y excluir a todos los demás forma parte de un modo de actuar que se está imponiendo por momentos. Veo con tristeza gente que incluso celebra que lo “políticamente correcto” esté llegando a su fin y que al menos ahora cada uno podrá decir realmente lo que piensa.

Para mí lo considerado “políticamente correcto”, es exactamente lo que pienso, creo que el mundo es un lugar mejor cuando reflexiono sobre lo que voy a decir y digo sólo lo que aporta algo y no daña a nadie gratuitamente, que por otra parte es lo que todos podríamos hacer.

Entiendo que hay muchos que ven el mundo como la película de “Los Inmortales” en la que sólo puede quedar uno, y ese constante pensamiento de supervivencia hace que todo cambio lo sienta y vea como una amenaza que le hace vivir en un permanente estado de alerta. Haciendo que cada paso que dé sea obsesionado por él mismo.

Si además ese sentimiento es alimentado por políticos y medios, cualquier mensaje dirigido a enrocarse y protegerse de eso desconocido es bienvenido, celebrado y votado.

Ayer leía una entrevista a Stephen Hawking en la que hablaba de la desaparición de muchos trabajos debido a los avances en inteligencia artificial, todos los comentarios que tenía la noticia, tenían más que ver con el miedo que con la confianza en que sepamos adecuar nuestra existencia a nuevos procederes en los que podamos disfrutar más del tiempo, sepamos distribuir mejor el fruto de esos avances y hagamos de este mundo un lugar más amable y colaborativo.

La globalización hace que cuestiones como los idiomas y la tecnología sean indispensables para poder contribuir pero esto no quiere decir que excluya a nadie, sino que tenemos que interiorizar que aprender algo nuevo, será una cuestión habitual en los nuevos tiempos y que dejaremos atrás lo de hacerlo sólo por unos cuantos años.

Adaptarse a no saber algo, tener que aprenderlo y practicarlo durante tiempo es algo que todos podemos hacer hasta el final de nuestra vida, en condiciones normales, por lo tanto podemos aprovechar el impulso de ese miedo para empezar hoy mismo. Sin vergüenza o pereza.

Poner a disposición de todos estos recursos es la obligación de todos los que en lugar de dar herramientas, reducen capacidades con oscuros vaticinios.

Siempre hemos sobrevivido adaptándonos al medio y no va a ser la tecnología o la globalización algo diferente. Juntos siempre hemos conseguido muchos más logros que por separado.

Utilizando nuestro potencial al máximo en favor de los demás conseguimos no sólo que avancemos todos sino que tengamos un propósito de vida compartido que merezca la pena. No dejar a nadie atrás nos hace humanos. No dejemos que nuestro primitivo basado en la supervivencia dirija nuestras vidas y preparémonos para hacer algo grande juntos.

Podemos competir para colaborar o colaborar para competir pero no merece la pena hacerlo para excluir. El mundo siempre será un lugar donde convivamos todos.

EXPECTATIVAS SALUDABLES

img_0162

 

Nos pasamos la vida gestionando expectativas y de ello depende, en gran parte, nuestra felicidad. Sobre todo cuando el resultado de éstas lo controlamos en muy poco porcentaje. Muchos podrían ser los ejemplos que puedo reflejar o que tú puedes imaginar pero hoy quiero referirme a algunas cuestiones que dependen de la salud.

No consideramos que las enfermedades sean parte del camino, y por lo tanto sufrirlas o padecerlas nos parece una maldición divina que nos aparta de lo que realmente entendemos como vida. No reparamos durante años en lo que el cuerpo necesita, ni invertimos mucho tiempo en escucharlo y cuidarlo, y menos relacionamos este descuido y abuso con el eventual mal funcionamiento de nuestro mecanismo.

Esto no quiere decir que todo dependa de nosotros, ¡ojalá! muchas veces combinaciones fuera de nuestro alcance nos sorprenden, aunque tampoco somos conscientes de lo que podemos conseguir al optimizar lo que sí depende de nosotros, poniendo todo de nuestra parte.

Pero no sólo se trata de cuidarse. Cuando empezamos con síntomas, creemos que pasará enseguida o que tomando esto o lo otro mejorará, aunque pocos hemos visto a nadie curarse de un resfriado en menos de siete días, tomes lo que tomes. Otra diferencia entre esperanza y resultado.

Cuando vas al hospital, sólo piensas en cuándo saldrás, no en salir de allí cuando estés bien, en que los resultados serán estos o los otros. Si te dicen uno o dos días por supuesto piensas en uno y si finalmente estás más, tu predisposición a estar allí ya no es la misma. ¿Qué ha ocurrido diferente?

Cuando sólo pensamos en sólo un escenario y una sola opción inmutable es cuando ocurre que nos convertimos en inadaptados y por lo tanto sufrimos el doble con cada cambio que no teníamos previsto, o que no hemos querido valorar porque no nos interesa tenerlo en cuenta.

Ser feliz requiere flexibilidad, tolerancia en la posible producción de múltiples resultados y admitir que los malos y los buenos resultados son caras de la misma moneda, no todos son buenos momentos y a veces son increíblemente duros.Es cierto que decirlo es fácil y sufrirlo es muy distinto pero y si nos imaginásemos en más situaciones y dibujásemos más opciones, no estaremos más preparados para cuando llegue el cambio, el incidente, el accidente, la enfermedad.

Nos creemos a salvo de todo mientras no nos toca y cuando ocurre no estamos preparados para asumir que somos tan potenciales acreedores de todo como cualquier otro. La tolerancia a que las expectativas acaben llevándonos a otros resultados no esperados y a la vez luchar porque sean en la medida en la que podamos los que queremos, estoy segura de que nos acercarán un poco más a disfrutar de la vida mucho más y  a menudo. Prueba y me cuentas.

¿Dónde buscas tú tu felicidad?

img_0158

 

«La felicidad escondida»

Un poco antes de que la humanidad existiera, se reunieron varios duendes para hacer una travesura. Uno de ellos dijo:

—Debemos quitarles algo a los seres humanos, pero ¿qué?

Después de mucho pensar, uno dijo:

—¡Ya sé! Vamos a quitarles la felicidad. El problema es dónde esconderla para que no puedan encontrarla.

Propuso el primero:

—Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo.

—No, recuerda que tienen fuerza; alguno podría subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán dónde está —replicó otro. Se escuchó una nueva propuesta:

—Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar.

Otro señaló:

—No, no olvides que son curiosos, alguno podría construir un aparato para bajar, y entonces la encontrarán.

—Escondámosla en un planeta bien lejano de la Tierra —propuso otro.

—No —le dijeron. Recuerda que les dieron inteligencia, y un día alguno va a construir una nave para viajar a otros planetas y la va a descubrir, y entonces todos tendrán felicidad.

El duende más veterano, que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas, dijo:

—Creo saber dónde ponerla para que nunca la encuentren.

Todos voltearon asombrados y preguntaron al unísono:

—¿Dónde?

—La esconderemos dentro de ellos mismos; estarán tan ocupados buscándola afuera que nunca la encontrarán.

Todos estuvieron de acuerdo, y desde entonces ha sido así: el hombre se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que la lleva.

¿Te instalarías el dispositivo?

img_4830

Viendo ayer un capítulo de la serie «Black Mirror», que por cierto recomiendo para quienes les guste reflexionar sobre las futuras implicaciones que puede tener la tecnología en nuestras vidas en su versión más asfixiante, encontré una fabulosa metáfora para poder ahondar más en cómo nosotros hacemos funcionar nuestra mente.

La propuesta: cualquiera puede instalarse, con una pequeña incisión, un dispositivo tras la oreja, que cuenta con la capacidad suficiente para poder almacenar toda tu vida, con todas tus vivencias y recuerdos y, mediante un mando a distancia acceder a ver cualquiera en ese momento, reviviendo, cualquier episodio de tu vida.

Además, en esas vivencias, vas a recordar todo lo que has presenciado, oído y sentido y todo lo que hicieron o dijeron quienes estaban contigo en esa situación.

Contéstate con sinceridad y, si te haces más preguntas, añádelas al final por favor:

  • Imagínate que tuvieses la opción de implantártelo, ¿lo harías?
  • ¿A qué tipo de recuerdos accederías? ¿útiles o inútiles?
  • Sabiendo que puedes acceder a ellos pero no cambiar nada, ¿borrarías alguno?, ¿lo harías sin antes verlos de nuevo?, ¿ qué te haría volver a verlos?
  • ¿Para qué verías los que te hacen sufrir?, ¿aprender?, ¿castigarte?, ¿mejorar?, ¿usar la información?

Lejos de adelantarte qué ocurre en el capítulo sólo te dejaré el título «The entire story of you»

¡No te lo pierdas!

¿ERES UN SOMBRERO NEGRO?

sombreronegro

 

 

Seguro que habéis asistido a una reunión de trabajo, familiar, de amigos en la que tú mismo o alguien de alrededor lanza una idea y de repente se establece un disputado turno de palabra para opinar sobre ella. Resaltando todo lo negativo que puede implicar.

Es cierto que la cultura occidental está preparada para ser reactiva y mientras nos callamos y disimulamos cuando se piden propuestas, estamos prestos a sacar nuestro bolígrafo rojo para poner peros en cuanto hay una encima de la mesa, cuando no es nuestra claro.

Con ese proceder, muchas de las personas que tienen o tendrían ideas en la mayoría de las situaciones, no están dispuestas a somerterse a esa tortura devastadora, prefieren no hablar u opinar ante tamaña sangría. Perdemos ideas, propuestas, talento…

Me encanta la denominación de “Sombrero negro” que hace Edward de Bono en su libro “Seis sombreros para pensar” cuando habla de la utilidad de hacer juicios negativos en el proceso del pensamiento, tratando de poner a prueba cuestionando  la propuesta y que realmente considero necesarias, aunque también afirmo que en esta práctica, muchas veces caemos la complacencia negativa.

Destruir es más fácil que construir, así que cuando criticas viendo sólo lo negativo, no te creas tan listo. Sólo consigues esa ficticia satisfacción inmediata de encontrar un fallo, que a veces te hace sentirte incluso superior. Cayendo en la necesidad contínua de tener algo que «criticar» para sentirte útil.

Quiero que sepas que es mucho más fácil ver defectos que virtudes y por lo tanto si estás en ese equipo, tienes mucha competencia. Además una vez que tu química cerebral por repetición sólo ve esto, lo reduce a una cuestión de supervivencia:miedo y seguridad, es difícil cambiar  y tendrás que practicar mucho más ver lo positivo.

Seguramente estarás acostumbrado a hacer descripciones certeras y detalladas de los problemas pero no estarás en el equipo de las soluciones y de la creatividad. Por lo tanto si estás dispuesto a cambiarte de equipo prueba a ver primero los aspectos positivos de lo que te propongan para poder avanzar y mejorarla. Y después ponlos a prueba.

Ser exclusivamente un «sombrero negro» déjalo para los hackers que colapsan servidores, rompen sistemas de seguridad de ordenadores y redes y utiliza tus habilidades y capacidades para construir. Sé diferente. Construye.

NAVAMORCUENDE, ¿UN PUEBLO FELIZ?

image

 

A mis abuelos les agradezco infinitas, muchísimas cosas, entre ellas que gracias a su labor tan vocacional de maestros, pueda disfrutar de un rincón muy especial en este genial pueblo que es Navamorcuende. Este verano en su Semana Cultural he tenido la suerte de poder contribuir a hacer de este lugar uno más especial para mí, gracias a la Asociación Cultural «Peña la Nava» y a su invitación a participar con una charla sobre un tema libre. Decidí invertir tiempo y esfuerzo en preparar una charla que mereciese la pena para que dedicáseis vuestro precioso tiempo a algo que, al menos, os hiciese reflexionar.

Con lo que no contaba es con que el inagotable y genial Jesús Pastor, decidiese grabar esta charla. Contar con su presencia y su trabajo ha hecho posible que hoy pueda compartir con vosotros esos especiales momentos que yo viví encantada ese miércoles de agosto.

Espero que si decidís verlo o escucharlo, os sirva al menos para revisar algunas cuestiones que pasamos por alto en nuestro dia a día. Agradeciendo la oportunidad y el trabajo de todos. Espero vuestros comentarios para crecer y mejorar.

Muchas gracias

 

¿ CÓMO SUENA TU ECO ?

image

 

EL ECO

Un padre y su hijo estaban caminando en las montañas. De repente, el hijo se cayó, lastimándose, y gritó:

—¡Aaaaaayyyy!

Para su sorpresa, oyó una voz que repetía, en algún lugar de la montaña:

—¡Aaaaaayyyy!

Con curiosidad, el niño gritó:

—¿Quién está ahí?

Y recibió esta respuesta:

—¿Quién está ahí?

Enojado, gritó:

—¡Cobarde!

Y escuchó:

—¡Cobarde!

El niño miró al padre y le preguntó:

—¿Qué sucede, papá?

El hombre, sonriendo, le dijo:

—Hijo mío, presta atención —y gritó hacia la montaña—: ¡Te admiro!

Y la voz le respondió:

—¡Te admiro!

De nuevo, el hombre gritó:

—¡Eres un campeón!

Y la voz le respondió:

—¡Eres un campeón!

El niño estaba asombrado, pero no entendía nada. Entonces el padre le explicó:

—La gente lo llama eco, pero en realidad es la vida. Te devuelve todo lo que dices o haces.

 

¿Qué le dices tú a la vida?, ¿qué le dices o haces a los demás que quieres que la vida te devuelva?

¿Y si a partir de ahora piensas en esto antes de decir o hacer?

¿Cómo quieres que sea tu eco?