Si lo de los pactos en Campaña ya era un caos de estrategias de partidos, bloques, medios y tertulianos para nadar y guardar la ropa ahora se multiplica por horas para fingir oportunidades, liderazgos y demás fuegos artificiales.
Llegaron noches de cuchillos largos a casi todas las sedes y ahora hay que luchar en dos frentes, el interno y el externo. Aunque en mi opinión lo tienen fácil para demostrar que realmente tienen “sentido de estado” como pregonan, albergo entre cero y ninguna esperanza.
Cuando eran dos partidos tenía su “sinrazón razonada” llevarse la contraria por sistema y controlarse mutuamente desde las esquinas del ring pero ahora que hay más partidos en liza, no hay nada que evite que en pos de las grandes reformas que necesita este país, empezando por la de los partidos políticos, gobiernen a la limón. Total, hacen políticas demasiado parecidas y negociadas muchas de ellas en Europa.
Creo que las pensiones, la modernización inaplazable de sociedad, el uso eficaz y eficiente de los Fondos Europeos, un nuevo contrato social, la educación y la sanidad bien valen que por una vez demostrasen que verdaderamente hemos entrado en el siglo XXI y hemos recuperado la razón.
Si no son capaces, demostrarán que están al final de su ciclo, que son prescindibles, que su utilidad es nula y que debemos empezar a pensar en otra forma de liderar la organización política de nuestra sociedad.
En realidad en esta Campaña, todos trataron de que fuese un viaje al pasado, medios, demoscopia y demás agentes, vivieron el espejismo de volver a los 80 pero no. A pesar de todo del 23 al 24 de Julio no fue la “noche ochentera” sino el principio o el fin de otra cosa.
En sus manos está.


