En esta Campaña, hemos sido testigos de un momento crucial que afecta a todos en algún momento de la vida y que determina cómo viviremos: la elección entre respetar nuestros valores o traicionarlos.
Al ser radiado y televisado, este dilema, en este caso, se ha vuelto aún más evidente y, en mi opinión, descorazonador al ver cómo algunos renuncian a sus valores y principios en busca de poder, aunque esto también puede aplicarse al amor, la amistad y otras áreas de la vida.
Los valores y principios son nuestros guías, brindándonos apoyo y fundamentos para nuestras decisiones diarias. Son como un flotador y una brújula que nos ayudan en momentos de incertidumbre o desesperación.
Reflejan lo que consideramos esencial en la vida y nos permiten reconocernos y aspirar a ser mejores seres humanos. La búsqueda de la coherencia está arraigada en nosotros, y traicionar nuestros valores puede tener consecuencias duraderas. Una vez que sucumbimos a esa tentación, ya no somos los mismos.
La culpa, el remordimiento, la ansiedad y el estrés que surgen al actuar en contra de nuestros valores pueden causar estragos en nuestra vida emocional. Se manifiesta en la pérdida de autoestima, dificultades para tomar decisiones y desconexión tanto con nosotros mismos como con los demás.
Estas secuelas emocionales son difíciles de asumir, y más aún cuando el escarnio es público y notorio. En situaciones de presión y poco tiempo, es difícil dar marcha atrás, pero es crucial recordar que siempre hay una opción para volver a la senda de nuestros valores.
Comerse las palabras propias puede haber sido una opción dietética para Churchill, pero para muchos otros, esto conlleva consecuencias más graves.
Sin embargo, aún hay esperanza para evitar lo que puede ser el «Efecto Guardiola». Seamos sinceros y fieles a nosotros mismos y busquemos otras formas de proceder.
Espero que consiga dirigir su gobierno, aunque poco estable y escorado de manera preocupante, por el camino correcto y tome decisiones acertadas, los extremeños merecen un cambio y un futuro mejor.
Estemos alertas porque en cualquier momento podemos ser tentados u obligados a traicionarnos y ya os aviso que no es gratis.
Con determinación y honestidad, podemos superar estos desafíos y volver a abrazar nuestros valores, inspirando así a otros a hacer lo mismo. No apaguemos nuestra luz para ahogarnos en gintonics y olvidar.


