Os dejo un cuento japonés que estoy segura de que nos ayudará a reflexionar.

“En un pequeño pueblo de Japón, vivía un anciano llamado Takeshi. Takeshi poseía un jardín encantador que era admirado por todos en la comunidad. Un día, una tormenta azotó la región y derribó un árbol, dejando un gran agujero en el jardín de Takeshi.

A pesar de su edad, Takeshi decidió que era su responsabilidad arreglar el jardín. Con paciencia y esfuerzo, comenzó a trabajar en la reparación. Los aldeanos, impresionados por su dedicación, se acercaron para ofrecerle ayuda, pero él gentilmente declinó, diciendo: «Esta es mi responsabilidad y debo hacerlo por mí mismo».

Día tras día, Takeshi trabajó en el jardín. Finalmente, logró transformar el agujero en un hermoso estanque con flores a su alrededor. Su acto de responsabilidad y determinación inspiró a la comunidad, enseñándoles que asumir la responsabilidad es el primer paso para la creación de algo hermoso y significativo.”