ENTRE SOMBRAS Y LEALTADES

Respondiendo a vuestras propuestas para reflexión, lo haremos sobre la traición. Tiene razón el proponente que las aristas son múltiples y agudas por lo que con vuestros comentarios seguro que componemos una buena.

Para mí la traición trata sobre la confianza. Es una estrategia que algunos deciden seguir creyéndose muy listos. En su visión de astuto movimiento sobre el tablero solo celebran equivocados que otros, no lo vieron venir. Cuando desde el principio a muchos se les veía el plumero y es que cuando alguien solo tiene ojos para sí mismo. Algún dato da.

La traición trata de ser impredecible y, a menudo y deslealmente, trata de ser el movimiento más devastador. Cada actor en el tablero, desde el peón hasta el rey, juega con una intención visible, pero es la oculta la que determina el curso del juego.

La traición transforma aliados en adversarios y viceversa, desdibujando las líneas entre la confianza y el engaño. Aunque el nuevo viaje tiene las horas contadas. Si lo has hecho una vez, qué te impedirá hacerlo de nuevo.

Considero la traición no solo como un acto de deslealtad, sino como un síntoma de inmadurez personal y narcisismo exacerbado además de un fallo original de claridad en las alianzas. Refleja una falta de alineación en valores, objetivos o recompensas percibidas. Por tanto, la prevención de la traición no solo implica la vigilancia constante, sino también el mantenimiento de relaciones genuinas, transparentes y mutuamente beneficiosas.

En la política, que es el campo que mejor conozco, la traición es a menudo un juego aceptado cuando se recompensa la misma en el adversario. La clave para navegar este terreno minado, no es cómoda, no es fácil y a muchos, no nos merece la pena.

Desde hace un tiempo anteponer la lealtad a la propia persona y los propios intereses se ha establecido como algo cotidiano y no como una traición de todo aquel que debería anteponer por su dedicación, el interés general.

Pero en el fondo no solo de trata de esperar lo inesperado, aunque esto lo recomiendo siempre para todo, sino en construir un entorno donde la lealtad se cultiva y la traición no encuentra tierra fértil. Pero para vivir en estos entornos, algunos tendrían que volver a nacer.

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