Agradezco la petición de una reflexión sobre lo costoso de ver florecer un pequeño negocio en #TresCantos.
Tres Cantos nació hace muchos años como una “New town”, es decir, fue una ciudad planificada y construida desde cero. Carecía de las infraestructuras necesarias y de una base de población establecida. Sin suficientes residentes o infraestructuras adecuadas, los negocios pueden luchar para atraer clientes y ser rentables.
Este tipo de ciudades nuevas tardan en desarrollar una identidad y cultura propias que atraigan a residentes permanentes y visitantes y negocios. Algo que quienes llevamos aquí casi cuarenta años hemos sufrido.
La falta de un sentido de comunidad o de características únicas puede hacer que sea menos probable que las personas se muden o visiten el área, reduciendo el mercado para los negocios. En nuestro caso el establecer industria puntera sí ha hecho que el desplazamiento a trabajar sea esencial, sin embargo no ocurre lo mismo con los pequeños negocios locales.
Aunque el éxito de los negocios también depende del poder adquisitivo de la población local, ese no es el gran problema. Pero sí que la mayoría de ellos invierten gran parte de sus ingresos en los altos precios de la vivienda y muchos además viajan a otras ciudades más grandes para trabajar por lo que gastan menos en nuestra localidad, afectando a los negocios locales.
El bajo nivel de apoyo gubernamental, como incentivos y publicidad para nuevas empresas o regulaciones comerciales, también puede influir en el éxito de los negocios. Una falta de apoyo continuo y políticas fiscales desfavorables pueden desalentar a los emprendedores.
Hace casi veinticinco años tuve la inmensa fortuna de ser responsable de Igualdad en este Ayuntamiento y en nuestro área de emprendimiento y desarrollo local nos encontramos con estos mismos problemas. Hicimos foros y ferias, asesoramiento y formación para dar a conocer y mejorar muchos de estos negocios de mujeres. Hoy algunas siguen orgullosas al frente.
El urbanismo y el modo de vida, yendo a los grandes centros comerciales y usando el coche para casi todo, complica el conocimiento de muchos de estos negocios. Esa falta de identidad colectiva de ciudad que ganamos al constituirnos como municipio, la perdimos después al no tener centro ciudad sin gran tradición de zonas comerciales potenciadas por políticas continuas. Todo esto hace que para los pequeños negocios sigan siendo difícil sobrevivir.
Los pequeños negocios aportan seguridad a las calles, diversidad e identidad a las ciudades, accesibilidad a productos y servicios a todos y un fantástico modo de vida a muchas familias. Merece la pena invertir.


