Cuando más observo el mundo que viene más creo que los cuidados y el autocuidado tendrán más importancia. Un mundo incierto que ya de por sí estresa, en constante cambio, la importancia del “people care”. de cuidar a las personas en las empresas nunca ha sido tan evidente. Son demasiadas horas las que se invierten en el trabajo.
Cuidar a nuestros equipos no es solo una cuestión de ética, sino una estrategia esencial para el éxito a largo plazo. Cuando las organizaciones invierten en el bienestar de su gente, no solo están fomentando un ambiente de trabajo positivo, sino también reduciendo la necesidad de costosos “health care” los cuidados de la salud, a futuro.
Un entorno que prioriza el bienestar mental y físico de su gente crea una cultura de confianza, compromiso y lealtad. Cuando nosotros estamos bien, todo está bien. Promover hábitos saludables, ofrecer horarios flexibles y garantizar un equilibrio entre la vida laboral y personal no solo mejora la productividad, sino que también disminuye el estrés y el agotamiento.
Hay programas de bienestar personalizados, en los que participo como coach que promueven estas prácticas. Adaptando las necesidades individuales de las personas, incentivando la actividad física, la nutrición adecuada y la salud mental además de crear por ejemplo espacios de relajación y meditación en sus oficinas, son buenos ejemplos para desconectar y recargar energías.
Todo esto no es solo un beneficio para los empleados, sino una inversión inteligente para las empresas. La prevención es siempre más efectiva y económica que la cura. Algo a lo que no acabamos de acostumbrarnos. Empresas y organizaciones que cuidan a sus empleados ven reducciones significativas en las bajas por enfermedad y los costos asociados a problemas de salud.
El cuidado personal es el camino del éxito y convertirlo en un hábito cuestión de disciplina. Potenciarlo en los demás, la señal de un liderazgo fuerte.


