Me declaro fan incondicional de Karol G. No solo por sus pegadizas canciones y sus comprometidas letras sino porque cada acción suya encierra un impulso enorme para las mujeres.

Ayer volvió a dar en el clavo y en los corazones de muchas personas invitando a Amaia Montero a su espectacular puesta en escena en un abarrotado Bernabéu. De esas mujeres es de las que debemos llenar el mundo.

De las que aprovechan cualquier micrófono y su influencia para sentar a más mujeres a la mesa y reconocer el poder de la gratitud. De las fantásticas mujeres que recuerdan que su posición privilegiada exige una sobre dosis de responsabilidad para con el resto en lugar de competición.

Que predicar con el ejemplo y compartir protagonismo y escenario dice más de una persona que todas las entrevistas del mundo haciendo afirmaciones. No hay nada más poderoso que el ejemplo.

La libertad y la inspiración que rezuma esta mujer en su figura, sus estilismos y su excelente desempeño hace que algo tan increíble como la música sea más unidad y compromiso que nunca con abrir este mundo a la diversidad que suma y motiva.

Es increíble comprobar como dos públicos que podrían ser tan abstractamente opuestos corearon con sus pulseras rosas ese tema con el que muchos vivimos.

Hoy en mi Asociación de Mujeres, en nuestra sesión de Aqua-gym sonó Karol G y era más fácil verlas moverse al ritmo de su música que seguir las instrucciones del propio ejercicio. ¡Qué vivan y se multipliquen las Bichotas!