ENSIMISMADOS 

Seguramente si estás rodeado de gente en este momento puedes comprobar en qué consiste el ensimismamiento en la sociedad moderna y cómo lo alimentan la tecnología y la inmediatez.

Aislarse en uno mismo se ha convertido en un riesgo silencioso que afecta nuestras relaciones y nuestra capacidad de conectar con el mundo real. Vivimos rodeados de pantallas, redes sociales y distracciones constantes que nos encierran en burbujas personales, alejándonos del contacto humano y de una reflexión profunda sobre lo que realmente importa.

El peligro radica en que limita nuestra empatía y nos desconecta de las experiencias compartidas que enriquecen la vida. Cada vez nos cuesta más y nos parecen más tediosas las conversaciones humanas en persona.

Ejemplos claros son nuestras escenas cotidianas de familia y amigos sentados a una misma mesa, pero cada uno concentrado en su teléfono. Aunque estamos físicamente juntos, la conexión emocional y la comunicación genuina se diluyen, debilitando las relaciones. 

Este aislamiento digital nos lleva a vivir más hacia adentro, ignorando las realidades externas comunes que necesitan de nuestra atención: el medio ambiente, la justicia social, la salud mental colectiva. 

Romper con ello requiere un esfuerzo consciente que no siempre estamos dispuestos a hacer y que consiste en dejar de vernos como simples consumidores de información para recuperar la capacidad de escuchar, de compartir, de estar presentes.

Reconectarnos con los demás es el antídoto para un mundo que, si no se actúa, puede volverse solitario y desconectado.

Deja un comentario