POLÍTICA DE ANDAR POR CASA

Sigo sin entender por qué la política se está reduciendo a algo tan básico como prohibir o gravar. En un momento en el que los datos y las herramientas para trabajarlos son más accesibles que nunca, siguen con las políticas de vivienda de cuando no existían ni los móviles.

Hartan a los ciudadanos hasta que tienen que llenar las calles para reivindicar no solo algo que recoge nuestra Constitución si no también sus fallidos programas electorales. Demostrando que la vivienda social en alquiler es una entelequia imposible en la Administración Pública.

Su pereza máxima y su falta de creatividad y de arrestos para asumir riesgos les hace moverse en una zona de confort atávica, cultivo de extremismos y hartazgo por su inutilidad.

Mientras tanto, cientos de estudios recogen la alarmante cantidad de personas que viven solas condenadas a todo lo que de perjuicios físicos y mentales, implica la soledad.

Personas a quienes encima, solo asustan con la okupación para que sean rehenes de lo más preciado que tienen y que adquirieron con su esfuerzo, su casa y eviten salir por si al volver hay alguien morando en ella.

De verdad que es cuestión de unir los puntos. De conectar personas. De innovar y tener ideas que resuelvan. De probar, evaluar y modificar.De todo menos de que el miedo, la prohibición y todo lo que implique algo tan fácil como inútil en un decreto sea nuestro pan de cada día.

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