Hace tiempo que aunque lo trabajo con otras personas no reflexiono sobre ello y es una fantástica forma de parar y poner en su sitio muchas cosas. Anímate y explora.
Imagina un frasco de cristal vacío frente a ti. A un lado, tienes piedras grandes, al otro, algunos cantos rodados, y finalmente, arena fina. Este frasco representa tu vida, y cada elemento tiene un significado. Las piedras grandes simbolizan tus prioridades más importantes: la salud, la familia, el crecimiento personal y tus objetivos más profundos. Los cantos representan cosas que son valiosas pero no esenciales, como proyectos, compromisos y aficiones. La arena, en cambio, son las pequeñas distracciones diarias y tareas menores que muchas veces ocupan nuestro tiempo.
Ahora, imagina que empiezas llenando el frasco con la arena. Pronto verás que no queda espacio para los cantos, y menos aún para las piedras grandes. Si llenas tu vida primero con lo superficial, las cosas verdaderamente importantes quedan fuera. Pero, ¿qué pasa si lo haces al revés?
Es Stephen Covey quien nos invita a reflexionar con esta metáfora sobre la manera en que priorizamos. En nuestra vida diaria, a menudo perdemos el foco en lo que realmente importa, dejando que las pequeñas cosas ocupen nuestra atención. Pero este ejercicio visual nos recuerda que, cuando damos prioridad a nuestras piedras grandes, todo lo demás puede encontrar su lugar.
Define ahora cuáles son tus “piedras” y asegúrate de darles el espacio que merecen. Empieza a llenar tu frasco bien, poniendo tus verdaderas prioridades primero y espera que lo demás se acomode.


