Hace años que llevo luchando por hacer mucho más planas las organizaciones porque creo que el conocimiento y las habilidades de las personas necesitan confianza, autonomía y responsabilidad para poder desarrollarse de la mejor forma.En un mundo complejo e incierto las antiguas jerarquías son inefectivas.
El primer problema que me he encontrado lo plantean quienes llevan años para alcanzar los primeros puestos, en muchos casos, sin ni siquiera un para qué. Los problemas que enfrentamos son tan complejos y cambiantes que no pueden depender solo de un “jefe” que dé órdenes desde la cima, como hemos comprobado.
Siempre he Imaginado un equipo donde cada miembro se sienta parte de los resultados. Un equipo donde todos puedan proponer ideas y tomar decisiones. Ir mas allá incluso de delegar tareas, confiando en las fortalezas de cada persona y permitiendo que explore y encuentren soluciones.
Para ello he propuesto otras metodologías como Scrum, Design Thinking o Lean, que promueven pequeños equipos que prueben y ajusten pero requieren tiempo suficiente para superar las resistencias de los que adoran el obsoleto modelo de “jefe”.
Los líderes efectivos ya no son los que solo controlan, sino los que inspiran, delegan y empoderan. Saben que las mejores soluciones no siempre provienen de ellos mismos, sino de quienes están cerca de la acción y ven los problemas desde distintas perspectivas. Plantéate si quieres dar espacio a tu equipo para aprender y crecer o prefieres quedarte sin talento.


