Cada año, el tercer lunes de enero desde que nos despertamos o incluso el día anterior los originales y creativos medios lo anuncian como el día más triste del año, el famoso Blue Monday.
Ellos mismos después de insistir, lo denominan una fórmula pseudo-científica que combina clima, deudas post-festivas, propósitos de Año Nuevo olvidados y a alguno nos ha traído complicaciones con la caldera que nos ha llevado a rememorar olvidados viejos tiempos.
Sin embargo, este día no es inherentemente triste puede que tú mismo lo hayas convertido en una profecía cumplida gracias a la constante atención mediática que recibe. Al recordarnos una y otra vez que “hoy es un día triste”, los medios refuerzan nuestras conexiones neuronales hacia lo negativo, atrapándonos en un ciclo pesimista.
Pero, ¿y si rompiéramos este patrón? La neurociencia nos ofrece una clave poderosa que recomiendo y practico, el agradecimiento. Practicar la gratitud activa el sistema de recompensa del cerebro, liberando dopamina y serotonina, neurotransmisores asociados al bienestar. Este simple acto puede reconfigurar nuestras conexiones neuronales, ayudándonos a salir del bucle negativo.
Hoy, en lugar de dejarte arrastrar por la narrativa del Blue Monday, o por tus hábitos negativos de queja y crítica, prueba algo diferente. Tómate cinco minutos para reflexionar sobre tres cosas por las que te sientas agradecido. Escríbelas, dilo en voz alta o compártelo con alguien. Este pequeño cambio de perspectiva puede ser suficiente para desbloquear las conexiones mentales negativas y abrir nuevas vías hacia la positividad.
El Blue Monday no tiene que ser una profecía inevitable. Tú eliges cómo interpretarlo y qué conexiones fortalecer en tu cerebro. Que haya descubierto su plasticidad te tendrá que seri ir de algo. Quizá este lunes pueda ser, en cambio, el día para recordar lo afortunado que eres y empezar la semana con una energía renovada o con el temazo de New Order a tope. Al mal tiempo… 😜


