EL PODEROSO “BUENOS DÍAS”

Seguro que conocéis a alguien que se queja de estar en un chat en el que solo dicen “buenos días” porque le parece algo simple y sin sentido, bueno pues la ciencia les contradice.

Parece un pequeño gesto pero puede tener un impacto mayor del que imaginamos. La neurociencia ha demostrado que la interacción social positiva activa circuitos cerebrales clave relacionados con la felicidad y el bienestar emocional.

Un estudio de la Universidad de California reveló que los pequeños actos de conexión diaria pueden aumentar la liberación de oxitocina y serotonina, neurotransmisores que reducen el estrés y fortalecen las relaciones interpersonales.

Cuando enviamos un mensaje afectuoso por la mañana, no solo generamos una sonrisa en el otro, sino que nuestro propio cerebro responde con una sensación de recompensa y satisfacción. Según investigaciones publicadas en Nature Neuroscience, las interacciones sociales regulares estimulan la corteza prefrontal, una región clave para la regulación emocional y la toma de decisiones.

Este hábito también impacta nuestra resiliencia. En momentos de dificultad, saber que alguien piensa en nosotros nos ayuda a enfrentar mejor el día. La neurociencia confirma que sentirse apoyado reduce la actividad en la amígdala, la estructura cerebral encargada de procesar el miedo y la ansiedad, permitiéndonos afrontar los desafíos con más calma.

Incorporar este gesto a nuestra rutina es sencillo y poderoso. Un mensaje, una llamada breve o un pequeño saludo puede fortalecer nuestras conexiones y mejorar nuestra salud mental. No subestimes el impacto de un buenos días: es un recordatorio de que no estamos solos y de que, con pequeños gestos, podemos hacer que la vida sea un poco más amable.

Seguro que ya no piensas lo mismo que cuando empezaste a leer esto así que, a quién vas a enviar tu próximo mensaje.

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