EL COLMO ENERGÉTICO DE ESPAÑA 

EL colmo energético de España es que a las 12:30 de la mañana con un sol de justicia y unos Fondos Europeos que inundaron nuestras cuentas, no hayamos tenido placas solares suficientes en edificios públicos y viviendas para ser autónomos y no rayar la histeria con nuestros comportamientos.

Quién ha sido. No qué ha pasado, ni por qué. Esa es la respuesta que exigimos siempre, como si necesitáramos un culpable visible para aceptar la magnitud de un fallo que nos negamos a enfrentar, culparle, quemarle y a otra cosa. Como parece que hacemos con todo lo que nos acontece desde la pandemia. Lo de muerto el perro…

Hoy, a las 12 de la mañana, cuando España produce más energía solar de la que consume y hasta da para abastecer a Francia, el país entero ha ido a negro. Un apagón que puede que huela a “evento” y no a accidente,  pero que deja al descubierto una verdad incómoda la falta de previsión, responsabilidad y liderazgo de nuestras Administraciones respecto a nuestra autonomía energética. 

Alguien entiende que España, con la cantidad de Fondos Europeos recibidos, no lidere con contundencia el ranking de renovables. Alemania ha instalado 14,1 GW en 2023, España apenas 8,2 GW, seguida por Italia, Polonia y Países Bajos. Una segunda posición que, más que orgullo, deja un sabor amargo al ver todo el potencial perdido.

Después  de cuantiosas subvenciones y campañas de impulso a la autonomía energética, acabamos buscando bocatas, linternas, pilas y transistores como si estuviéramos en 1970. Cómo, tras décadas de discursos sobre innovación, seguimos sin tener todos los edificios públicos y colegios tapizados de placas solares y baterías, mientras nos preocupamos por el combustible de emergencia en hospitales y aeropuertos.

Y lo que corona este día, lo que resume en qué manos estamos, es el dato que parece una sátira: el Senado pudo seguir funcionando gracias a su alternativa energética. La prioridad ha quedado clara: mientras el país se apagaba, “la política  útil” seguía enchufada.

El colmo energético. A lo que se suma la alegría de los que lo predijeron  para mi sorpresa Y, quizás todo esto sea el colmo de nuestra resignación.

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