ÁLEX MÁRQUEZ: ROMPIENDO EL SÍNDROME DEL PRÍNCIPE CARLOS.

No puedo dejar pasar lo que Álex hizo el domingo en Jerez, no solo ganó una carrera. Ganó la paciencia, la fe silenciosa de quienes caminan durante años a la sombra esperando su momento sin saber si alguna vez llegará.

Hubo quienes en la caída de Marc, dejaron las esperanzas y la ilusión en el camino sin medir las ganas de alguien que ve el camino libre para su propia adrenalina. No contaban con el impulso cocido a fuego lento. 

Álex Márquez cruzó primero la meta rompiendo ese hechizo que amenaza a tantos el síndrome del príncipe Carlos, ese laberinto donde uno parece condenado a ser eterno heredero sin coronación viviendo siempre a un paso del triunfo que nunca termina de abrirse.

Pero Álex eligió forjarse en el trabajo en la constancia en los días en que solo quedaba creer. Cada vuelta, cada caída, cada segundo lugar fueron piedras que pulieron su carácter hasta convertirlo en algo irrompible.

Y no podía ser en otro lugar. España. Jerez. Con la pasión desbordada de la Nieto-Peluqui ese pequeño templo de la afición que Álex abrazó como se abraza a la vida llamándolo Patrimonio de la Humanidad. Con ese gesto arriesgado de saludar mientras aún temblaban las ruedas dijo más que mil discursos.

Ayer no solo celebramos una victoria. Celebramos el triunfo de quienes se hacen fuertes en el silencio de quienes no buscan el foco sino el propósito de quienes no rinden su alma a la prisa ni al desaliento.

Qué emocionante fue  ver cómo cada curva de hoy y sobre todo de esa última vuelta fue como una declaración, cada lágrima un testamento, cada saludo una promesa para todos los que seguimos peleando por que llegue nuestro momento, llegar a ser más que una sombra y encontrar nuestra propia línea de meta. ¡Enhorabuena Álex! 

Deja un comentario