ANAPANASATI: LA RESPIRACIÓN COMO PUERTA AL SILENCIO

Los monjes budistas la utilizan desde hace más de 2.500 años para entrenar la mente. ¿Su base? Observar la respiración, sin controlarla. Solo seguirla con atención: el aire entrando… el aire saliendo.

Este ejercicio no pretende dejar la mente en blanco (algo casi imposible), sino dejar de identificarse con los pensamientos, observarlos como nubes que vienen y van, sin aferrarse ni rechazarlos.

CÓMO PRACTICARLO (3 MINUTOS)

1. Siéntate cómodo, con la espalda recta. O recuéstate si lo prefieres.

2. Cierra los ojos suavemente.

3. Lleva tu atención a la punta de la nariz o al abdomen. Observa cómo entra y sale el aire.

4. Cada vez que aparezca un pensamiento, simplemente dite mentalmente: “pensamiento”… y vuelve a la respiración.

5. No luches. Solo observa. Todo pasa.

Estudios en neurociencia han demostrado que esta práctica activa el córtex prefrontal (zona de regulación emocional) y reduce la actividad de la red neuronal por defecto, responsable del ruido mental, las rumiaciones y el diálogo interno constante.

Empieza con 3 minutos al día, justo al despertar o antes de dormir. Con la práctica, el silencio se vuelve un refugio… y una poderosa forma de reconectar contigo.

No se trata de callar la mente, sino de no dejar que grite más que tú.

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