EL PODER DE COMPARTIR EN VERANO

Hay experiencias que parecen sencillas y sin embargo lo tienen todo. Gracias a nuestra Asociación de Mujeres “El Piélago” hemos podido compartir una actividad física divertida como el Aquagym. Rodeadas de un escenario de sierra imponentemente verde, con el aire limpio de los pinos y un agua fría que se convierte en tratamiento perfecto para el cuerpo, es un lujo disfrazado de rutina veraniega.

Lo mágico no está solo en el ejercicio ni en la vitamina D que el sol regala con generosidad. Está en las conversaciones espontáneas, en las risas compartidas, en la mezcla de generaciones que van desde los 92 hasta los 18 años. Mujeres que quizá nunca hubieran hablado entre sí encuentran en ese espacio un lugar común donde sentirse parte de algo.

El Aquagym se convierte en excusa para lo esencial, crear vínculos, sentirnos vivas, recordarnos que el bienestar no depende de la edad ni de la condición física, sino de la disposición a compartir. La neurociencia lo confirma: reír y hacer ejercicio en compañía libera endorfinas y oxitocina, potenciando la salud física y emocional.

Si además lo compartes con amigas y familia, la experiencia trasciende lo deportivo y se convierte en un ritual de conexión. Porque lo que realmente nos fortalece no son solo los músculos, sino las relaciones que cultivamos en el proceso.

No dejes que los momentos de desconexión de la rutina no sirvan para conectar con nuevas actividades y nuevas personas. Piensa en lo enriquecedor de una actividad que puedas compartir con distintas generaciones. Descubrirás que lo que parece un simple juego puede convertirse en uno de tus recuerdos más felices.

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