EL JARDÍN DE LAS MANOS ABIERTAS

“En lo alto de una montaña japonesa, existía un jardín legendario que florecía todo el año. No por su clima, ni por la tierra, sino por las manos que lo cuidaban. El maestro de ese jardín era un anciano llamado Takumi, conocido no por su fuerza, sino por su delicadeza.

Un día, un grupo de ejecutivos viajó hasta allí para conocer su secreto. Al llegar, encontraron a Takumi regando en silencio, observando cada brote con una atención casi sagrada.

—¿Qué técnica usa? —preguntó uno.

—¿Qué fertilizante? —añadió otro.

—¿Cuál es su planificación semanal? —insistió el tercero.

Takumi sonrió y les ofreció una taza de té. Luego les dijo:

—Cada planta es distinta: algunas necesitan sombra, otras sol. Algunas crecen si las dejas en paz, otras si les hablas cada día. Yo no impongo mi ritmo al jardín… me adapto al suyo. No lo exijo: lo escucho.

Los ejecutivos se miraron, incómodos.

—Pero eso lleva mucho tiempo…

—Cuidar nunca es perder el tiempo —respondió Takumi—. Un líder no es quien ordena desde arriba, sino quien cultiva desde abajo. Como el jardinero, observa, nutre, poda con compasión y riega con constancia. La flor no florece por presión, sino por cuidado.

Esa tarde, cada uno volvió a su empresa con una semilla en el bolsillo… y la idea clara de que su equipo no era un ejército que se dirige, sino un jardín que se cuida.”

Os dejo este cuento con el quiero que reflexionemos sobre qué “ Liderar es saber cuándo regar, cuándo podar y cuándo simplemente esperar en silencio a que tu equipo florezca.”

Cualquier equipo, tu familia, tus amigos, tu trabajo. Sé buen jardinero.

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