CUANDO LA MODA SE CONVIERTE EN UN REGRESO A NOSOTRAS

Muchas de las mujeres que vemos en reels, posts y vídeos viven en un universo que parece ajeno. Cuerpos perfectos. Edades eternas. Armarios infinitos. Outfits diarios que no encajan ni con nuestra vida ni con nuestro tiempo. Ese bombardeo constante nos va alejando de algo esencial, no de la ropa, sino de nosotras mismas.

Desde que la vida femenina se reduce a parecer lo más joven posible todo se vuelve una carrera. Tratamientos imposibles. Expectativas sin sentido. Comparaciones que duelen. Y mientras intentamos parecernos a esas mujeres de pantalla, nos alejamos de nuestro cuerpo real, de nuestra historia, de nuestra belleza verdadera. No solo dejamos de aceptarnos, dejamos de querernos.

La moda, en su origen, nunca fue una cárcel. Es un juego. Una posibilidad infinita de expresar quién somos cada día. Una forma de crear atmósferas y no disfraces. No se trata de vestirte según tu humor, sino de vestirte para acompañarlo, elevarlo, transformarlo. Cuando llevas algo que te hace sentir bien, el mundo lo nota. Cambia tu postura, tu energía, tu manera de pisar la vida.

Mi intención con #ClosetConnection es precisamente esa. Conectarnos con nosotras mismas. Explorarnos. Atrevernos. Recuperar la alegría de vestir y usarla como una forma de autoestima, no de castigo. Descubrir lo que somos a través de lo que elegimos ponernos.

He abierto las redes sociales de este proyecto que quiero que sea de todas las #ClosetSisters. Un espacio donde mostremos al mundo lo que somos capaces de hacer sin decir una sola palabra. Porque a veces, una prenda bien elegida es un acto de amor propio.

Deja un comentario