Ayer no solo se celebró un aniversario, se rindió homenaje a una historia de esfuerzo, pasión y excelencia en nuestra ciudad. Hace 25 años mi querida amiga Asun abrió las puertas de su restaurante japonés en Tres Cantos. Una pionera que arriesgó,con una comida entonces poco conocida, sin imaginar que se convertiría en uno de los mejores de todo Madrid.
Cada plato que sale de su cocina lleva el delicioso sello de su dedicación silenciosa y constante. Detrás de cada vino elegido con mimo, su constante aprendizaje y de cada detalle cuidado, hay una mujer que ha convertido su restaurante en un lugar donde el tiempo se detiene y los sentidos despiertan. No hay nada que no lleve un mmmm aparejado.
Admiro profundamente su manera de trabajar, de crecer sin alardes, de mejorar cada día. Su compromiso con la calidad no es solo profesional, es un acto de amor. Y ese amor se nota. En el plato perfecto, en el ambiente divertido y acogedor, en cada sonrisa con la que te recibe.
Gracias por regalarnos felicidad a través de tu casa y tu cocina, tu ejemplo y tu amistad. Que sigamos brindando muchos años más por esta aventura tuya que también sentimos un poco nuestra.
Porque cuando una mujer como tú inspira querida Asun, deja huella.
Y tú, amiga, has dejado muchas.
乾杯 (kanpai) por ti y por todo lo que viene.























