¿QUIÉN PROMOCIONA A QUIÉN?

En la mayoría de los procesos de coaching ejecutivo que llevo a cabo y  no los sufraga la empresa, las personas buscan una respuesta puesto que no entienden  las promociones y ascensos en su trabajo. 

Como además de escucharlo lo he vivido cerca en la política puedo asegurar que en la mayoría de las organizaciones, a menudo se promueve a los que se parecen a quienes son los responsables pero si no a quienes parecen más ambiciosos y “asertivos”, “los que saben lo que quieren”, que suelen ser quienes se destacan por autopromocionarse y sobresalir en la competencia por el reconocimiento. 

Sin embargo, los estudios demuestran que este enfoque en la ambición, por sí solo, no garantiza un liderazgo efectivo. De hecho, las personas impulsadas únicamente por el deseo de poder tienden a tener carreras inestables, a menudo marcadas por escándalos y problemas soterrados en sus departamentos. 

Es David McClelland quien arroja luz sobre mi observación y revela una distinción crucial: “aunque la necesidad de poder puede hacer que alguien ascienda rápidamente, es la combinación del poder con el logro personal—el deseo de excelencia—lo que predice el éxito a largo plazo. Aquellos que no solo buscan liderar, sino también dominar su oficio y elevar a los demás, tienden a crear organizaciones más estables y efectivas.”

Que quienes lideran conozcan esto debería hacer que reconsiderasen cómo identifican el talento dentro de sus equipos. En lugar de recompensar solo a quienes buscan reconocimiento, en los que muchos se ven reflejados, las empresas se beneficiarían al promover a individuos que equilibren la ambición con el compromiso hacia la excelencia y la colaboración. 

Son ellos quienes, con el tiempo, liderarán con integridad, inspirarán a otros y utilizarán su influencia para el bien común, asegurando el éxito sostenible de la organización y estoy segura de que habrá más mujeres interesadas. 

YO BIEN, TODO BIEN 

En las primeras sesiones de mis procesos de coaching siempre pregunto ¿te cuidas? Pocas personas me cuestionan a qué me refiero y se lanzan a enumerar las cosas que hacen por su cuerpo o a justificar las que no hacen buscando miles de excusas. 

Pero cuidarse uno mismo no es solo cuidar del cuerpo, sino también del interior, la mente y el corazón. Desde un enfoque holístico, significa escuchar nuestras necesidades más profundas y atenderlas sin culpa. No se trata solo de ir al gimnasio o comer saludable, aunque eso es esencial. Cuidarse también es tomarse el tiempo para estar en silencio, para reflexionar, para respirar profundamente, para permitirnos sentir sin juicio.

Es aprender a decir “no” cuando algo no nos hace bien y “sí” a aquello que nos nutre. Significa rodearse de personas que nos llenen de energía positiva y soltar aquellas que nos drenan. Cuidarse es crear un espacio en nuestras vidas para la creatividad, la alegría y el descanso. Es saber cuándo parar, cuándo pedir ayuda y cuándo darnos permiso para ser vulnerables.

A menudo, pensamos que cuidarnos es egoísta, pero en realidad es el acto más generoso. Cuando nos cuidamos de manera integral, nos fortalecemos para estar presentes y apoyar a los demás de manera genuina. Si tú estás bien, todo está bien.

Así que, empieza hoy, con un pequeño paso: párate, escúchate y hazte caso, conócete. Porque cuidarte a ti es el primer y fundamental paso para poder cuidar el mundo que te rodea.

LA TORMENTA DEL PODER DE LAS IDEAS

Que las personas pongan cara escéptica cuando se propone hablar sobre ideas o llevar a cabo una sesión creativa, pone de manifiesto la incomodidad que nos procura el pensamiento abstracto, estar fuera de lo que conocemos y creer que seremos juzgados si no tenemos una innovadora e inteligente idea. 

Lo que no tenemos tan claro es que en los equipos, la creatividad no surge de la nada; necesita un espacio seguro y dinámico para florecer. Las tormentas de ideas, o “brainstorming”, son una de las mejores herramientas para fomentar esa creatividad colectiva, pero no siempre se reciben con entusiasmo. ¿Por qué? Muchas veces, las personas temen equivocarse o que sus ideas sean juzgadas. Sin embargo, cuando se hace bien, una tormenta de ideas no es sobre encontrar la respuesta perfecta de inmediato, sino sobre soltar las ideas y ver hacia dónde nos llevan.

Para que las tormentas de ideas funcionen, es fundamental crear un ambiente libre de juicios, donde cualquier propuesta, por descabellada que parezca, sea bienvenida. A veces, las ideas más locas son las que terminan inspirando soluciones innovadoras. Recuerda: no hay malas ideas, solo aquellas que abren nuevas puertas.

Incentiva a tu equipo a pensar en voz alta y diviértanse con el proceso. El humor y la espontaneidad son aliados poderosos de la creatividad. Además, invita a todos a participar. La diversidad de pensamientos es lo que enriquece las soluciones.

Muchas de estas habilidades tienen un objetivo que no es precisamente tener la idea perfecta en esa primera sesión, sino construir algo juntos. Algo en lo que podíamos empezar a pensar en el colegio

EL CLIC QUE CAMBIA TU VIDA

¿Cuántas veces has esperado que los demás cambien para que tu vida mejore? La verdadera madurez empieza cuando decides que el cambio tiene que comenzar en ti.

Piensa en tus conversaciones, la mayoría versan sobre buscar la culpabilidad y la responsabilidad fuera de nosotros mismos, donde no hay control aunque si parece equivocadamente que hay alivio. 

Hacer esto es como  dejar de ser copiloto de tu vida, de tu propio coche, o peor aún, pasajero en una moto que avanza a toda velocidad. Permites que otros tomen las decisiones importantes mientras tú solo observas cómo la vida pasa ante tus ojos. No más. Ahora es el momento de tomar los mandos y pilotar, elegir tú mismo hacia dónde quieres ir.

Cambiar tu entorno, tu actitud, la forma en que recibes las opiniones y comentarios de los demás… Todo esto está en tus manos. Tu paz mental no debería depender de lo que otros digan o piensen.

A veces parece imposible, pero cuando tu mente hace ese clic, todo cambia. Es como si encendieras una luz en una habitación oscura; una vez que ves las cosas de otra manera, no puedes volver atrás. Incluso si vuelves a los viejos hábitos por un momento, ya no te sientes igual. Los efectos negativos ya no duran como antes.

Trabajar en uno mismo es la inversión más rentable que existe. Tener una conversación profunda y sincera en un espacio seguro puede ser el punto de partida que necesitas. A menudo evitamos enfrentarnos a lo que realmente queremos ser por miedo, pero lo cierto es que nunca es demasiado tarde.

Da ese paso hoy, porque esperar solo conduce a arrepentimientos que mañana no podrás cambiar.

¿ERES SOLUCIONADOR? 

El magnífico y práctico ejemplo de mi madre implantó en nosotros el chip de solucionar. Mis hermanos y yo somos incapaces de escuchar a alguien sin preguntar para “solucionar”. Buscar inagotables opciones. Somos “solution-oriented people” de libro. 

Cuando empecé en el mundo del coaching, hace ya casi 15 años comprobé que la creatividad consiste en tener opciones y quienes quieren resolver, eso deben tener. Aún a riesgo de comentarios y risas ajenos, aprendí siempre algo en la vanguardia sobre China, neurociencia, economía conductual, inteligencia artificial. Todo, para tener más  opciones, ver escenarios y poder relacionar más.

Es cierto que no fui profeta en mi tierra pero el tiempo me dio desgraciadamente la razón: para hacer lo que otros llevaban años haciendo y la mayoría aborrecíamos,  no hacía falta más jugadores hacían y hacen falta agallas e innovación. 

Esto que en principio es una habilidad difícil de tener porque requiere curiosidad, reflexión, pensamiento crítico, aprendizaje constante y creatividad a veces es un obstáculo para poder escuchar sin proponer.En mis primeros años como coach fue una cuestión que tuve que pulir hasta poder apagar el “solucionador” cuando escucho a alguien sus propias opciones. 

Incluso a alguien como yo que soy principalmente auditiva y sé lo mucho que ayuda hablar en alto para escucharse y colocar todo lo que está en tu mente, también fue difícil.De hecho entiendo perfectamente la utilidad de hablar solo o contarlo en alto porque cuando le escucho es más fácil planificar y ordenar. 

Por eso es tan importante que sepas en el canal en el que recibes principalmente la información y lo útil que te puede resultar buscar ayuda para conocerte mejor, tener más opciones y ser más creativo y como yo poder ofrecer a tu interlocutor desenchufarte, recuerda que lo puede ser tu habilidad puede convertirse en un obstáculo para la comunicación.

POLÍTICA EN MODO PURGA

Creí estar leyendo una sátira más de “El Mundo Today” cuando he tenido que volver varias veces al encabezado para comprobar que era Europapress quien firmaba la noticia. 

Entiendo la dificultad de captar el foco de los votantes y que hay que dar o ser algo más que disruptor para que la prensa te dedique sus agotadas y mercenarias plumas pero creo que esto es demasiado.

La propuesta consiste en hacer realidad una distopía, mi recurrente pesadilla, al más estilo hollywoodiense y convertirla en una propuesta trumpiana sobre la que corran ríos de tinta o caracteres en dispositivos. Lo de que hablen aunque sea mal. 

No sé si 2013 les dio para ver “La purga” de Ethan Hawke pero si no, básicamente trata de que una vez al año se permitía que todo el mundo se matase sin existir castigo, ni represalias para mantener las cárceles vacías y la “tranquilidad” el resto del año.

Parecería una locura si no fuese porque estoy segura de que sus seguidores, solo por serlo y polarización mediante, estarán encantados de defenderlo alegando la importancia de que su variante implica, que sea la policía la única que tenga esa bula.

Parece que otros muchos países también han decidido su propia purga al margen de anuncios electorales así que violencia y violentos, extremos y extremados le sobran al mundo igual que los inmovilistas que solo quieren mantener su status quo. 

Esta mañana recordaba con un “amigo político” que cada vez que observo el mundo político a mi alrededor y en los medios, me veo más Mafalda esperando que el mundo se pare para bajarme antes de que se me ocurran purgas mejores. 

DEJA QUE EL BAILE TRANSFORME TU MENTE.

Me encanta la música y me chifla bailar. Este finde de semana tuve la suerte de poder disfrutar de la mejor compañía para hacerlo.

Bailar es mucho más que mover el cuerpo al ritmo de la música. Desde un punto de vista neurocientífico, bailar es una de las actividades más poderosas para nuestro cerebro y bienestar.

Cuando bailamos, nuestro cerebro se activa de manera impresionante. Coordinar los movimientos, escuchar la música y conectarnos con las emociones genera una combinación mágica. 

Liberamos endorfinas, esas pequeñas moléculas de felicidad que nos hacen sentir más alegres y menos estresados. Si encima lo hacemos con la gente que queremos, doble efecto. 

Pero los beneficios no terminan ahí. Bailar también mejora nuestra memoria y la capacidad de resolver problemas. Al aprender nuevas coreografías o improvisar pasos, estamos desafiando a nuestro cerebro a pensar de manera creativa y a recordar secuencias. Es como un entrenamiento para la mente, que además fortalece las conexiones neuronales.

Y no podemos olvidar el poder de la conexión emocional. Cuando bailamos, ya sea solos o con otros, entramos en un estado de fluidez que nos ayuda a desconectar del mundo exterior y a conectar con nosotros mismos. Esa sensación de libertad nos recuerda que podemos ser creativos, sentirnos vivos y, lo más importante, disfrutar del momento presente.

Así que como diría mi amigo Chema, Let’s move, ¡a mover el cuerpo! Bailar no solo nutre el alma, también enciende el cerebro.

EL MANDARÍN IMPACIENTE 

Os dejo este cuento y algunas preguntas para reflexionar sobre vuestra paciencia.

“ En un lugar de la China, un mandarín recibió la noticia de que pronto iba a ser nombrado magistrado. Estaba muy contento e impaciente por estrenar el cargo. 

Entonces, un amigo suyo, un hombre mayor y muy sabio, fue a hacerle una visita. 

– Recuerda bien este consejo– le dijo- No pierdas jamás la paciencia. Porque si eres capaz de ser paciente con todos en tu nuevo puesto, todos te apreciarán. 

– Sí, sí, lo haré- respondió feliz el mandarín. 

Pero cada día su amigo acudía a su casa para darle el mismo consejo. Un día, y otro, y así hasta cinco veces. 

Entonces, el mandarín se cansó y dijo enfadado: 

– ¿Te crees que soy tonto? ¡Ya te oí! ¡Es la quinta vez que me lo repites! 

Y el amigo, sereno, le miró y le dijo: 

– ¿Ves cómo no es nada fácil ser paciente? Ya te lo advertí.”

¿Qué emociones crees que experimentó el mandarín cuando su amigo le repetía el mismo consejo? ¿Te has sentido alguna vez de la misma manera?

¿Por qué crees que el amigo del mandarín insistía en darle el mismo consejo día tras día? ¿Qué mensaje estaba tratando de transmitir con su repetición?

En situaciones cotidianas, ¿cuándo te has dado cuenta de que pierdes la paciencia rápidamente? ¿Cómo te afecta esa falta de paciencia?

¿Cómo crees que podría haber reaccionado el mandarín si hubiera sido más paciente con su amigo? ¿Qué habría cambiado en la historia?

¿Puedes recordar una situación reciente en la que te sentiste impaciente? ¿Cómo podrías haber manejado esa situación de manera diferente?

¿Qué pequeñas acciones puedes tomar en tu vida diaria para desarrollar más paciencia en tus interacciones con los demás?

¡Buen trabajo! 

ENSIMISMADOS 

Seguramente si estás rodeado de gente en este momento puedes comprobar en qué consiste el ensimismamiento en la sociedad moderna y cómo lo alimentan la tecnología y la inmediatez.

Aislarse en uno mismo se ha convertido en un riesgo silencioso que afecta nuestras relaciones y nuestra capacidad de conectar con el mundo real. Vivimos rodeados de pantallas, redes sociales y distracciones constantes que nos encierran en burbujas personales, alejándonos del contacto humano y de una reflexión profunda sobre lo que realmente importa.

El peligro radica en que limita nuestra empatía y nos desconecta de las experiencias compartidas que enriquecen la vida. Cada vez nos cuesta más y nos parecen más tediosas las conversaciones humanas en persona.

Ejemplos claros son nuestras escenas cotidianas de familia y amigos sentados a una misma mesa, pero cada uno concentrado en su teléfono. Aunque estamos físicamente juntos, la conexión emocional y la comunicación genuina se diluyen, debilitando las relaciones. 

Este aislamiento digital nos lleva a vivir más hacia adentro, ignorando las realidades externas comunes que necesitan de nuestra atención: el medio ambiente, la justicia social, la salud mental colectiva. 

Romper con ello requiere un esfuerzo consciente que no siempre estamos dispuestos a hacer y que consiste en dejar de vernos como simples consumidores de información para recuperar la capacidad de escuchar, de compartir, de estar presentes.

Reconectarnos con los demás es el antídoto para un mundo que, si no se actúa, puede volverse solitario y desconectado.

DERRITE TU BOLA DE NIEVE 

A veces, no resolver ciertos temas personales o laborales enfanga nuestro día a día. Junto a las pequeñas decisiones, insignificantes decepciones y alguna que otra derrota se acumulan, haciéndonos creer que enfrentamos dificultades insalvables. Pero, en realidad, es solo la vida misma, convertida en una gran bola de nieve que nos obstaculiza el paso. 

Es cierto que, cuando dejamos para después las decisiones, las revisiones y los planes, incluso alguna llamada o conversación pendiente, caemos en el efecto bola de nieve. Creemos que más adelante habrá tiempo, que las cosas se resolverán solas o que, al preguntar e investigar tanto lo haremos mejor y en realidad, no hacemos más que enredarlo todo en nuestra mente hasta no saber por dónde empezar.

A veces, escribirlo en papel ayuda. Otras veces, contarlo en voz alta o explicárselo a alguien nos ayuda a colocar las piezas. Cualquiera de estas estrategias puede funcionar. Pero lo realmente importante es dar el primer paso.

El miedo nos puede bloquear, esa bola es tan grande que nos asusta, y la pereza nos lleva a dejarlo para otro momento o a mirar hacia otro lado. Pero cuanto más postergamos, más complicado se vuelve.

Busca ayuda para romper esa gran bola en pequeñas partes. Así podrás ir resolviendo paso a paso, y cada pequeño logro te dará la satisfacción de haber conseguido pequeñas victorias diarias.

Salir de lo conocido requiere energía y decisión, especialmente cuando parece que esa gran bola de problemas nunca desaparece de tu puerta , por mucho que intentes que se derrita sola.

Lo determinante es tener un plan, una hoja de ruta que te permita celebrar cada paso como un avance hacia tu victoria final. Y recuerda, no tienes que hacerlo solo. A veces, compartir el peso con otros hace que esa gran bola se vuelva más ligera. Lo importante es que empieces, paso a paso, y cada pequeño avance te acercará a salir por esa puerta totalmente despejada.

DETECTA TU MANZANA PODRIDA

Algunas personas frivolizan con el efecto de tener actitudes positivas y negativas, minimizando su influencia en grupos y equipos pero la ciencia advierte sobre el perjuicio real.

Un ejemplo concreto del «efecto de la manzana podrida» se observa en un estudio realizado por Will Felps, profesor de la Universidad de Nueva Gales del Sur. En su investigación, Felps reunió varios equipos para realizar tareas simples. En algunos grupos, introdujo a una persona con actitudes tóxicas, como alguien que constantemente se quejaba, mostraba apatía o generaba conflictos.

El resultado fue sorprendente: el rendimiento de estos equipos cayó entre un 30% y un 40%, incluso cuando los otros miembros eran altamente competentes. Lo más interesante es que, en lugar de aislar al individuo problemático, los demás miembros del grupo comenzaron a replicar su comportamiento, creando un ambiente mucho menos productivo y armonioso.

Este estudio refleja cómo una sola «manzana podrida» puede afectar significativamente a todo un equipo, incluso cuando el resto de los integrantes tiene talento y buena disposición.

Por eso, es crucial detectar estos comportamientos a tiempo y actuar para proteger la dinámica del grupo, ya sea mediante conversaciones abiertas, el refuerzo de una cultura positiva o, en casos extremos, apartando a la persona si no hay cambios.

CONVERSACIÓN CON ANDRÉS VALLONE EN “MÁS ALLÁ DEL ÉXITO”

Acompañame en este episodio de podcast con Andrés Vallone de al otro lado del charco.

En esta conversación , exploramos a fondo la importancia de las habilidades blandas y cómo pueden transformar la cultura organizacional.

Hablamos sobre liderazgo efectivo, la inteligencia emocional en el trabajo y cómo estas competencias impactan el rendimiento y la cohesión de los equipos.

Si estás buscando nuevas formas de mejorar tu liderazgo o potenciar el trabajo en equipo en tu organización, ¡este episodio es para ti!

🎧 Escúchalo aquí: Podcast

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¿DE QUÉ ALIMENTAS TU MENTE?

La verdadera clave para una vida plena y feliz está en llenar nuestra mente de ilusiones y proyectos de futuro más que de recuerdos. Como coinciden muchos expertos en ciencia de la felicidad te digo que lo que impulsa nuestro bienestar no es lo que hemos vivido sino lo que nos queda por vivir Las ilusiones nos llenan de energía nos mantienen motivados y nos impulsan a seguir adelante

Si escuchas a los que tienes alrededor puedes comprobar en dónde viven. Infravaloramos la importancia de vivir el presente y disfrutar aquí y ahora. Ninguno tenemos mañana asegurado.

Vivimos anclados en el pasado limitando nuestras posibilidades y aunque los recuerdos son parte de nuestra identidad si no entrenamos nuestra mente para generar nuevas ilusiones corremos el riesgo de quedarnos estancados

Por eso quiero proponerte un entrenamiento sencillo pero transformador que te ayudará a poner tu foco en el futuro y a llenarte de entusiasmo

Primero dedica un tiempo a pensar y definir pequeñas metas alcanzables que te emocionen al lograrlas sentirás ese impulso necesario para seguir adelante luego cada mañana visualiza tu futuro.Durante cinco minutos imagina con detalle cómo te sentirás cuando alcances tus sueños y disfruta esa imagen.

Finalmente practica la gratitud proactiva cada noche escribe tres cosas por las que estás agradecido pero enfócate en lo que aún no ha sucedido como si ya fuera realidad

Llenar tu mente de ilusiones es llenar tu vida de posibilidades y se hace trabajando la voluntad.Si entrenas tu mente hacia el futuro verás cómo cambian tu energía y tu perspectiva. ¡A por ello!

LA ÚLTIMA VENTAJA COMPETITIVA: SER MÁS HUMANOS

La ventaja competitiva pronto no será saber dar órdenes al becario ChatGPT o similares, ni siquiera saber programar pero sí serán todas las habilidades que nos hacen humanos y que cada vez denostamos más.

Lo dice alguien que tiene una aplicación para todo y que le gusta más la tecnología que comer con las manos, que también me encanta pero nuestra salud mental también tengo claro que no pasa por avanzar en ese camino sin reflexión.

Cada vez la desconexión entre nosotros es mayor. No aguantamos nada del de enfrente, ni su rapidez, ni su lentitud que escuchamos x2, ni sus tics, ni sus ruidos, ni sus gustos y de aquellos que no nos dan la razón y nos bailan el agua, nada.

Ir en dirección contraria nos conecta más con los robots y con las inteligencias artificiales que sabiendo de nuestros hábitos y sesgos solo tienen que ponérnoslos en bandeja para que creamos que si es lo que nosotros decimos, todo va bien.

Digo decir porque si fuese pensar, eso ya sería otra cuestión, que implica un esfuerzo que no todos estamos dispuestos a hacer. Es más cómodo pasar horas viendo vídeos que otros hacen y pasarlos en segundos si no coinciden con nuestros gustos y creencias.

Todos ellos adaptados a un algoritmo cambiante que va seleccionado para nosotros un único canal de información, el que nos mantiene sin avanzar, sin cuestionar y sin revisar ancestrales cuestiones. Esto no es más que lo que aborrecemos de lo que hacen con los animales en el circo.

Llegamos tarde a las redes sociales y ya vemos cómo empeora nuestra salud su uso sin cuestionar. Con la inteligencia artificial si no empezamos antes quizá protagonicemos alguna antigua distopía. Palabra de una apasionada del “Black Mirror”.

TRANSFORMA EL AMBIENTE CON TU ENERGÍA

Llevar buena energía donde vayas es más que optimismo. Es una poderosa habilidad que no valoramos mucho y puede transformar ambientes y personas. Cada lugar tiene su propia vibración, y como seres conscientes, tenemos el poder de influir positivamente en esas energías. ¿Alguna vez has sentido una pesadez al entrar en una habitación? Esa es la energía acumulada, y has pensado si tú puedes cambiarla.

Tu energía personal es como una luz que ilumina los espacios más oscuros. Con una actitud positiva, una sonrisa genuina y una mente abierta, elevas la vibración del entorno. No se trata de ignorar las malas vibraciones, sino de reconocerlas y conscientemente emitir una frecuencia más alta. La energía es contagiosa, y así como una risa puede alegrar a todos, una buena energía armoniza incluso los ambientes más desafiantes.

Un consejo práctico es visualizar positivamente antes de entrar a un lugar. Imagina ser una fuente de luz brillante, irradiando calidez y paz, transformando cualquier negatividad en armonía. Esta práctica eleva tu energía y prepara el terreno para interacciones positivas.

Esto es muy importante cuando quedas o visitas con alguien que no lo está pasando bien física o mentalmente, es importante que entienda que le entiendes y empatizas con su situación pero se trata de que tu energía le beneficie.

Cada vez que entres a un espacio, hazlo con la intención de mejorarlo. Lleva tu luz y verás cómo transformas los lugares y las vidas a tu alrededor.

SER CONFIABLE, LA BASE DE TU ÉXITO

Francis Fukuyama, en su libro «Confianza», destaca que “La prosperidad de una sociedad depende de la capacidad de sus miembros para confiar los unos en los otros”. Esta reflexión es una guía poderosa para cualquier organización que aspire a la grandeza. En una sociedad en la que la desconfianza parece estar al orden del día, construir un entorno basado en la confianza se convierte en un acto de liderazgo valiente y transformador. Marca la diferencia. 

Como líderes, debemos entender que la confianza no se impone; se construye con acciones coherentes, transparencia y una comunicación abierta. Es fácil seguir el camino de la desconfianza, especialmente cuando parece ser la norma en nuestro entorno. Pero los verdaderos líderes eligen el camino menos transitado: el de la integridad y la autenticidad, incluso cuando los demás no lo hacen. Dormir con la conciencia tranquila dedicando la energía solo a construir es definitivo. 

Construir esa confianza en nuestros equipos y a nuestro alrededor significa crear espacios seguros donde cada miembro pueda expresarse, asumir riesgos y aprender de los errores sin miedo. Es demostrar con cada acción que valoramos a nuestra gente y que su bienestar es una prioridad. Al apostar por la confianza, no solo fortalecemos nuestras relaciones, sino que también establecemos una base sólida para la innovación y el éxito colectivo.

No importa si otros no lo hacen; algunos elegimos ser diferentes a pesar de que no dé réditos inmediatos. Porque sabemos que, al cultivar la confianza, no solo construimos mejores equipos, sino también un futuro más prometedor para todos.

COMPETENCIA DESLEAL CON FONDOS PÚBLICOS

A cuenta de la actual guerra televisiva que se libra en todas las cadenas nacionales o autonómicas para tener sofistas y voceros como mercenarios, viendo el panorama económico y político, me surge una preocupación significativa: la competencia desleal que se genera desde el servicio público hacia sectores privados no esenciales, financiada con el dinero de todos los contribuyentes. 

Esta situación plantea un debate crucial sobre el papel del Estado en la economía y la equidad en el uso de los recursos públicos. Y es algo tan habitual como que a nuevo Ayuntamientos es algo tan cotidiano como injusto. Cuando alguien triunfa con su esfuerzo y su riesgo en su negocio, siempre algún lumbreras, da igual el partido, lo copia sin rebozo en instalaciones de todos y precios populares. 

Cuando los gobiernos destinan fondos para competir directamente con empresas privadas en áreas no esenciales, se distorsionan los principios de una economía de mercado justa. Esta práctica no solo desafía la eficiencia y la innovación, sino que también pone en riesgo la viabilidad de pequeños y medianos negocios que son el motor del empleo y del desarrollo local.

La intervención estatal tiene que centrarse en servicios básicos y estratégicos que verdaderamente requieren apoyo público, como la salud, la educación y la seguridad. Sin embargo, expandir esta intervención a sectores donde la competencia privada es viable y efectiva puede llevar a una mala asignación de recursos y a una erosión de la confianza en las instituciones.

Es fundamental replantear la estrategia de participación del sector público en la economía, enfocándose en apoyar y regular, en lugar de competir. Solo así lograremos un equilibrio que promueva el crecimiento económico y la justa competencia que beneficia a todos.

Mientras tanto seguimos sin salir del manido, “tigres, tigres, leones, leones.” 

UNIDOS POR UN LIDERAZGO CONSCIENTE

Conectarse de nuevo a la política nacional e internacional es comprobar, no solo su futilidad en el momento actual sino el peligro que implica elegir mal entre lo fútil.

En un mundo lleno de constantes incertidumbres geopolíticas y una tecnología que avanza a un ritmo imparable, la necesidad de líderes conscientes y colaborativos nunca ha sido más urgente.

Hoy, enfrentamos una disyuntiva crítica: seguir el camino de los líderes extremos y autárquicos que parecen entretener y proteger pero solo polemizan, dividen y separan, o abrirnos a una nueva era de liderazgo que priorice la unidad, la empatía y la colaboración global.

Los líderes conscientes son aquellos que entienden que no podemos prosperar en un mundo aislado. Son quienes reconocen que los desafíos actuales, desde el cambio climático hasta las tensiones internacionales, requieren respuestas coordinadas y un enfoque colectivo.

Estos líderes no se centran en levantar muros, sino en construir puentes; no buscan consolidar su poder a través del miedo, sino empoderar a las comunidades a través de la confianza y la transparencia. Que todos tengamos poder consciente sobre nuestras vidas.

Es momento de repensar cómo elegimos a nuestros líderes y qué valores deseamos ver reflejados en ellos. Necesitamos líderes que no solo reaccionen cacareando eslóganes ante las crisis, sino que anticipen y aborden las raíces de los problemas con una visión global y un compromiso genuino hacia la utilidad y el bien común.

Al alzar la voz y exigir un liderazgo más humano y colaborativo, podemos transformar la incertidumbre en oportunidad y asegurar un futuro más inclusivo y sostenible para todos. Ojalá seamos conscientes del poder y el espléndido futuro que podemos tener juntos.

EL RETO DE ESCUCHARTE 

Damos poca importancia a nuestra comunicación con los demás. En nuestras interacciones diarias, es fácil enfocarnos en lo que los demás nos dicen o dicen, analizando cada palabra, tono y gesto. Sin embargo, rara vez nos detenemos a reflexionar sobre lo que nosotros decimos y cómo lo decimos. Nuestras palabras tienen un poder inmenso: pueden construir puentes o levantar muros, inspirar o herir. 

Estar atentos a lo que decimos no es solo una cuestión de comunicación efectiva; es una cuestión de responsabilidad y empatía. Cada palabra que pronunciamos lleva un impacto, consciente o no, en la vida de los demás. ¿Estamos siendo constructivos? ¿Estamos escuchando realmente, o solo esperando nuestro turno para hablar? 

El tono y el contenido de nuestras palabras pueden transformar una conversación y, en última instancia, nuestras relaciones. No se trata solo de recibir, sino de participar activamente en un intercambio que refleje respeto y comprensión mutua. Al ser conscientes de nuestra interacción, no solo mejoramos la calidad de nuestras conversaciones, sino también de nuestras conexiones humanas.

Hoy, te invito a reflexionar no solo sobre lo que escuchas, sino también sobre lo que expresas. Porque en ese equilibrio, encontramos la clave para comunicarnos con autenticidad y generosidad, creando espacios de diálogo que realmente sumen.

La madurez implica responsabilidad incluso en esos momentos en los que es difícil controlar nuestras emociones pero ahí está el reto para ser cada día mejor y destapar todo nuestro potencial.

¡No te quedes a medias! 

AGRADECER MÁS, QUEJARSE MENOS

Si escuchas con atención para la mayoría, la queja parece ser la respuesta fácil ante los desafíos cuando es el poder del agradecimiento lo que representa una herramienta realmente transformadora.

Cuando nos quejamos, nuestro cerebro refuerza circuitos neuronales asociados con la negatividad. Cada vez que nos quejamos, esas conexiones se hacen más fuertes, facilitando que la queja se convierta en un hábito automático. Además, la queja constante libera cortisol, la hormona del estrés, que afecta negativamente nuestro sistema inmunológico, aumenta la presión arterial y reduce nuestra capacidad para pensar con claridad.

En resumen, la queja no solo nos mantiene atrapados en un ciclo de negatividad, sino que también impacta nuestra salud mental y física.Quejarse puede ser un escape momentáneo, pero agradecer es un cambio de perspectiva que nos conecta con lo positivo, incluso en medio de las dificultades.

El agradecimiento nos invita a pausar, a reconocer lo que sí funciona, lo que nos sostiene, y a las personas que nos acompañan en el camino. Es un acto de humildad y de fuerza, que nos permite ver oportunidades en lugar de obstáculos. Mientras la queja nos encierra en un círculo de negatividad, el agradecimiento abre puertas y nos impulsa hacia adelante.

Imagínate enfrentar cada reto con una actitud de gratitud, buscando siempre el aprendizaje detrás de cada experiencia. No se trata de ignorar lo que está mal, sino de decidir en qué enfocamos nuestra energía. Porque allí donde ponemos nuestra atención, florece nuestro potencial.

El agradecimiento no es solo una emoción, es una elección diaria que puede cambiar nuestra forma de vivir y de liderar. Hoy, elige agradecer más y quejarte menos. Descubrirás que, en cada situación, siempre hay algo por lo que sentirte afortunado.