Terminé el último libro de Goleman, “Focus”,el que pienso releer en un tiempo porque es cierto, que cuando vas avanzando en determinadas materias que te apasionan, cada nueva lectura, relacionas y observas algo nuevo en lo que antes no había reparado.
Estaba pensando en los equipos en cómo se constituyen en quienes los lideran y cómo, cuando me sorprendió la noticia de la innovación de empresa ”Zappos” en su estructura organizacional con la llamada “Holacracia”. No he podido indagar todo lo que me gustaría a este respecto, pero el fundamento de acabar con las jerarquías al uso, estableciendo reglas y procesos, no deja de ser algo apasionante para mí. De repente, todo encaja en mi mente.
Desde que me dedicaba a la política y nuestro mantra siempre había sido “Gobiérnate”,he creído que lo más importante para las personas era tomar las riendas de su vida en primera persona y dirigirla sin confiar tanto en que otras personas hiciesen su trabajo o decidiesen por ellas.
Siempre defendí que los municipios son la organización ideal para este modo de gestión, los veo como las polis griegas, claro está sin esclavos e incluyendo en su gestión mujeres y metecos. Ahora que las nuevas tecnologías nos lo ponen fácil, la excusa de imponer jerarquías y oscurantismo, huelga.
Trabajar en asuntos y proyectos en distintos equipos, en lugar de estar pendiente del título o de tus funciones puede ser un alucinante motor de creatividad e innovación, que también nos descargue del estrés competitivo. Que además sea el espaldarazo definitivo a quienes les mueve el compromiso y la visión y misión de sus empresas y hacer algo más grande por la sociedad y por tener una visión sistémica.
Estoy de acuerdo en que es un cambio gigantesco en las mentes y proceder de las personas, acostumbradas a jefes, órdenes y a ceñirse estrictamente a las funciones, trabajar individualmente y que este sistema también requiere un cambio en los trabajadores,que serán más responsables, flexibles, proactivos, creativos, con capacidad para trabajar en equipo.
Me imagino esas organizaciones donde la buena comunicación y la confianza serán la base del trabajo, en las que la empatía, la escucha activa y el feedback tendrán un valor definitivo y ser asertivo será una cuestión prioritaria para adaptarse.
Me alegro de que muchas de las personas que he conocido en los procesos de coaching ejecutivo y que tienen inquietud por cambiar las cosas, empiecen a ver horizontes nuevos.
La “sociedad del conocimiento” no se merece menos.
Foto:unahistoriaclinica


