TU BORRÓN Y CUENTA NUEVA 

La mayoría de la información que recibimos estos primeros días del año es sobre arrepentimientos, sobre excesos y  lamentos con propósito. Esto me hace pensar sobre una mala estrategia que insistimos en repetir y que contradice la ciencia. 

El inicio de un nuevo año tiene algo especial sobre todo cuando hablamos de nuevos propósitos, ¿verdad? Enero llega cargado de oportunidades para empezar de cero, con una hoja en blanco que promete ser mejor que la última. Pero, ¿por qué reservar esa magia para una sola vez al año?

Si lees  How to Change de Katy Milkman  puedes recordar algo que siempre he considerado importante, aprender a tener estrategias como la que entreno, nuestro “botón de reseteo”. Un concepto actual, fascinante y útil que hace que todo se reinicie, ponga el contador a cero y que funcione correctamente.

No se trata de esperar a que el calendario marque un 1 de enero, sino de aprovechar los pequeños hitos y transiciones de la vida como puntos de partida para el cambio. Todavía estás a tiempo de ser valiente y distinto y empezar en viernes, el primer día de la siguiente semana, el del siguiente mes, un cumpleaños o incluso el regreso de unas vacaciones pueden convertirse en tu “año nuevo personal”. Este último es el que este año he elegido yo pero no siempre ha sido así. 

El truco está en identificar esos momentos en los que sientes que estás pasando página y aprovecharlos para renovar tus compromisos contigo mismo. ¿Te has cambiado de trabajo o a una nueva casa? Has dejado a alguien o algo en el pasado. Todos estos momentos puedes  ser igual de perfectos para empezar ese hábito que siempre has pospuesto.Aprovecha para redefinir tu rutina diaria.

Sé original, crea  tus propios hitos. Define fechas simbólicas en tu calendario, como “Mi día de reinicio trimestral” o “Semana de la salud”.Estas fechas pueden ser tan significativas como tú las hagas.

Pero recuerda: el cambio no se basa solo en motivación; también necesita estructura. Establece metas claras y alcanzables, diseñadas para mantener el impulso incluso cuando la emoción inicial desaparezca. Busca ayuda si la necesitas. 

Enero puede ser el mes del comienzo, pero tú decides cuántos comienzos quieres crear este año. Cada día es una oportunidad para trazar una nueva línea en la arena y dar un paso hacia la vida que deseas. ¿Por qué esperar? 

Imagina tu botón de reseteo, púlsalo y haz tu propio borrón y cuenta nueva. 

RÉQUIEM POR TRUDEAU 

Librar  batallas dentro de los partidos políticos es una rutina deportiva que tiene unos claros perjuicios para el ciudadano frente a una selección de las élites que  no es más que lo queda en cada casa.

Leyendo la renuncia del canadiense Trudeau no puedo menos que certificar que los líderes influyentes y necesarios tienen los días contados. Por eso me gusta recordar y anhelar la vuelta de todas esas inteligentes, trabajadoras y comprometidas personas que podían estar a los mandos  de los gobiernos en este y en otros países. 

Sé que si no fuese porque al final los partidos se pueblan en la base y después colonizan toda la organización con personas cuyos talentos se basan en mover la silla a otro, por detrás, de manera deshonrosa, alentando donde pueden bajas pasiones y egos listos para sobrepasar a las propias personas.

Afecta a la salud mental y física tener que dirigir un país o una organización con toda la concentración y empeño que uno necesita y requieren  si verdaderamente se  quiere transformar, resolver y hacer algo y a la vez tener que zafarse de modos que uno no solo no practica sino que se niega a aprender y aprovechar para seguir. 

Al final los ejércitos leales no son más que escudos humanos temerosos del talento que se cierran para que  crezcan los que así han llegado y una vez ocupen su puesto se  comience sobre este  el procedimiento de destitución con intrigas y calumnias.

He conocido personas válidas y valientes que trataron de evitar esta selección de prebostes, acabando malamente por tener que disculparse por el supuesto bochorno de no saber luchar con esta fauna y abandonar pero si es en esas condiciones de vigilar el país y sus “fusiones” y la espalda a la  vez. 

La pregunta que podemos hacernos es cómo dejar de sobrevivir votando lo menos malo y devolver el poder  a los que quieren avanzar y transformar. 

EMPIEZA EL AÑO PROTEGIENDO TU ENERGÍA

Llevo toda la vida sabiendo que la energía es nuestro tesoro más valioso. Es lo que nos permite levantarnos cada día, perseguir nuestros sueños y conectar con quienes amamos. Sin embargo, no todas las personas que se cruzan en nuestro camino suman a ese valioso recurso. Algunas, incluso sin mala intención, drenan tu tranquilidad y nubla tu claridad y ni siquiera te reconoces.

A veces creo que tengo la suficiente energía para compartir e impulsar a quienes no tienen tanta o no saben cómo utilizarla positivamente en su día a día sin reflexionar mucho sobre el desgaste personal que ello supone. No porque no lo reconozcan o agradezcan sino porque tampoco lo han pedido ni les es útil. “Malgastándonos” como canta Arde Bogotá.

Poner distancia no es un acto de egoísmo, es un aprendizaje para quererse y respetarse a uno mismo. Imagina tu energía como un jardín. Lo riegas con esfuerzo, lo cuidas con dedicación, pero si permites que las hierbas crezcan sin control puede que ahoguen todo lo hermoso que has cultivado. ¿No es justo que pongas límites para protegerlo?

Ser empático no significa cargar con los comportamientos, emociones y problemas de los demás. Puedes comprender, acompañar y apoyar, pero no es tu responsabilidad sacrificar tu bienestar por alguien que no cuida su propio equilibrio. Aprender a decir “hasta aquí” es una de las lecciones más poderosas para proteger tu paz.

Distancia no significa desprecio. Significa valorar tu bienestar lo suficiente como para saber cuándo retirarte. Y en ese espacio que creas, florece algo maravilloso, la claridad, calma y fuerza para atraer personas y experiencias que nutran, no que drenen.

Cuida tu energía. No pidas disculpas por protegerla. Quien verdaderamente te valora, entenderá que tu paz no es negociable. Porque al final del día, la tranquilidad que cultivas es el lugar desde el que puedes dar lo mejor de ti al mundo. ¿Qué vas a hacer hoy para cuidar tu jardín en 2025?
Yo ya he empezado 🍀

LAS ESPERADAS UVAS DEL FUTURO

En España, hemos perfeccionado el arte de la polarización. Todo es un campo de batalla: política, fútbol, la tortilla con o sin cebolla… hasta los programas de Nochevieja. Cada año, los bandos se forman: que si “Pedroche sí”, que si “Pedroche no”, que si las uvas con Brocano y Lalachus son lo más o lo peor, que si echamos de menos el clasicismo de Ramón García y su capa.

Pero, ¡queridos!, se avecina un futuro glorioso gracias a la inteligencia artificial. ¿Os imagináis? En lugar de pelear por quién presenta las uvas, que cada uno tenga las suyas propias, personalizadas. ¿Quieres a Risto Mejide con su sarcasmo ácido? Adelante. ¿Prefieres un holograma de Camilo José Cela soltando reflexiones épicas mientras masticas la quinta uva? También es posible que seas tú alguno de tus familiares que elijas el tono, las palabras, el look. Incluso que puedas programar que las uvas lleguen sin campanadas, porque “la tradición está sobrevalorada”.

Y si la IA da para tanto, ¿por qué limitarnos a las uvas? ¿Tu programa favorito con una tertulia de políticos que siempre están de acuerdo? Hecho. ¿Un “First Dates” en el que solo ligan los que votan igual? También. Al final, quizá nos hagamos tanto caso a nosotros mismos que dejemos de pelearnos con el vecino y empecemos a hacerlo con el espejo.

Eso sí, cuando todos tengamos nuestra realidad personalizada, el único problema será encontrar a alguien dispuesto a escucharte hablar de lo maravillosa que es. O quizá la IA también nos programe eso: “Querido usuario, aquí tienes un fan para que le cuentes lo mucho que disfrutas tus uvas.”

Este futuro puede pinta raro, pero al menos será entretenido comprobar cuánto tiempo podremos vivir en esa ensimismada burbuja.
Ojalá 2025 nos ayude la pincharla pronto y empecemos a tomarnos con deportividad y humor nuestras maravillosas diferencias.

¡Feliz Año Nuevo a todos! A por 2025! Con ganas!

¿TE OLVIDASTE DE VIVIR?

La Navidad llega cada año con su torbellino de luces, regalos y compromisos que, aunque esperados, a menudo nos desconectan de lo esencial. Este año, leo divertida que los retos y fenómenos en las redes sociales han rescatado una canción que vuelve a resonar con fuerza.

Como si el tiempo la hubiera reservado para este momento suena “Me Olvidé de Vivir” de Julio Iglesias. Su letra nos interpela con una pregunta que aunque incomoda es muy recomendable hacerla de cara a estas fechas, ¿estamos viviendo realmente o solo sobreviviendo entre rutinas y obligaciones?

Inspirándonos en esta canción, puede ser el momento perfecto para detenernos y reflexionar. A veces, entre planes y preocupaciones, olvidamos aquello que llena nuestra vida de sentido. ¿Creamos momentos felices, conexiones significativas y ponemos el foco en el simple hecho de disfrutar el presente? 

Para recuperar ese equilibrio, te invito a hacer un ejercicio reflexivo: repasa tu año y pregúntate qué momentos realmente te hicieron sentir vivo y cuáles solo llenaron el tiempo.

Cierra los ojos y escucha la canción mientras haces un recuento mental de los instantes en los que reíste, compartiste o te emocionaste. Piensa también en lo que dejaste de hacer, en las conexiones que te gustaría reforzar y en lo que te haría sentir más pleno. 

Este simple acto de reflexión puede ser un regalo invisible pero eterno: una guía para vivir estos días con intención y empezar el nuevo año priorizando lo esencial.

En estas fechas, no olvidemos que los mejores regalos no están bajo el árbol, sino en los recuerdos que construimos. Deja que “Me Olvidé de Vivir” sea un recuerdo  de que la vida no es solo lo que hacemos, sino cómo lo vivimos.

EL REY SIGUE DESNUDO

En mi insistente militancia como defensora de las minorías más absolutas, no puedo evitar recordar, a quien desee escucharme, que estos llamados “fenómenos complejos” que han transformado la política y la televisión no son más que un reflejo de nuestra falta de criterio y nuestra facilidad para dejarnos seducir por la superficialidad. Ahora, se les otorgan cátedras y debates académicos, pero no dejan de ser una muestra más de nuestra estulticia y de lo fácil que resulta manipularnos.

La forma ha vencido al fondo. La reflexión y el análisis han sido sustituidos por el “scrolling” infinito de imágenes repetitivas y vacías, mientras el contenido escrito, que exige esfuerzo y concentración, queda olvidado. ¿Qué dice esto de nosotros? Que nos resulta más cómodo consumir que pensar.

Y mientras tanto, en las sombras de este circo digital, están los verdaderos vencedores. Aquellos que leen con sus hijos, alejándolos de este embrutecimiento colectivo, apostando por el conocimiento y el pensamiento crítico. Estos son los valores que deberían estar en el centro del sistema educativo, pero parece que un pueblo anestesiado es más fácil de manejar.

Me niego a aceptar que este nuevo “rey” tiene un traje. No tiene nada. Está desnudo, y nosotros aplaudimos su inexistente ropa como en aquel viejo cuento. Reflexionemos antes de que el arte de pensar quede relegado al pasado. No más cuentos.

EL REY Y LA DANZA DE BAMBÚ 

Había una vez, en un reino lejano, un sabio rey que deseaba fortalecer su gobierno. Observaba con preocupación cómo sus ministros y generales competían entre sí, desgastando la energía del reino en disputas internas. Un día, el rey reunió a todos en el jardín real y les entregó a cada uno un trozo de bambú.

—Hoy aprenderán una lección que cambiará el destino de nuestro reino —dijo el rey mientras les pedía que intentaran romper su pedazo de bambú.

Cada uno lo hizo fácilmente. El rey, entonces, juntó todos los trozos de bambú en un haz y los ató con una cuerda.

—Ahora intenten romperlos juntos —ordenó.

Uno tras otro, los ministros y generales fracasaron. La fuerza combinada del bambú era inquebrantable.

El rey sonrió y les explicó:

—Cuando cada uno actúa por separado, son como esos trozos de bambú: fáciles de quebrar. Pero cuando se unen en propósito, son inquebrantables. En este reino, no necesitamos competencia interna, sino colaboración. No se trata de ser el más fuerte individualmente, sino de cómo todos juntos podemos sumar nuestras fortalezas para crear algo que nadie pueda romper.

Desde ese día, los ministros y generales trabajaron como un equipo, enfocándose en sus talentos y aportando al bienestar del reino. Los campos prosperaron, el comercio floreció y el pueblo vivió en paz.

¿Os suena de algo? En la vida y las organizaciones, no se trata de demostrar quién es más fuerte, sino de construir un propósito común donde cada miembro suma su fortaleza. El éxito duradero no se logra compitiendo, sino colaborando. Como en el haz de bambú, la verdadera fortaleza está en la unión. Hasta que no comprendamos esto, nada cambiará… 

DEL GRINCH AL ESPÍRITU DE LA NAVIDAD 

A pesar de que cada vez empezamos la Navidad con más anticipación es ahora cuando se acercan las fechas señaladas, cuando muchas personas se debaten entre sentirse más como el Grinch que como un espíritu festivo.

Si realmente te vas a dejar llevar por los tópicos deja de leer tranquilo, todos tenemos derecho a no cambiar y amargarnos la vida tontamente. Aunque aún estás a tiempo de planificar darle la vuelta y no seguir los polarizados estereotipos a favor y en contra y reconectar con tu propia magia de estas fechas.   

Has pensado alguna vez en cambiar tu perspectiva, en pensar diferente. La Navidad no se trata de centrarse en lo que falta o en quién falta, ni en lo que “debería ser” sino en pequeños momentos de agradecimiento que puedes poner en marcha con una llamada, un abrazo o simplemente sonreír más y  romper barreras como la del mal humor.

Salir de ti mismo y tus pensamientos y hacer algo por alguien más lo puede cambiar todo. El espíritu navideño crece cuando pensamos menos en lo que nos molesta y más en cómo alegrar el día a los demás. Regala tu tiempo preparando algo casero, ayudando a alguien que lo necesite, o dejando una bonita nota de gratitud. Descubrirás que dar es la mejor forma de recibir.

No pierdas la oportunidad de crear tu propia tradición, de hacer de este tiempo algo que realmente cuente en tu vida. Si las antiguas rutinas no te emocionan o te emocionan demasiado y para mal, inventa nuevas. Una noche de películas, un paseo con luces navideñas o escribir deseos para el año nuevo. La clave está en disfrutar a tu manera.

El cambio empieza por ti. Con pequeños gestos, pasarás del “¡Bah, humbug!” al “¡Feliz Navidad!” sin darte cuenta.

¿DESDE DÓNDE LIDERAS?

¿Por qué sigues a tu líder? ¿Por miedo, interés o porque compartes sus principios? Esta pregunta no solo deben hacérsela los demás, también quienes lideramos o aspiramos a liderar. Las respuestas suelen resumirse en tres tipos de liderazgo.

Los que lideran desde el miedo, quienes confían en el control, las represalias o la exclusión para mantener a su equipo “en línea”. Aunque parece eficiente, este enfoque desgasta a las personas y les hace perder conexión y confianza, dejando un vacío insostenible.

Otros lideran desde el interés, fomentando un sistema de conveniencia. En estos entornos, se recompensa a quienes buscan beneficios personales y posiciones privilegiadas, sacrificando valores más profundos. Este tipo de liderazgo también carece de propósito, dejando a los equipos sin inspiración ni una meta trascendental.

Por último, está el liderazgo basado en principios. Este no busca resultados inmediatos, sino construir algo que trascienda. Es el poder de un propósito común, de valores compartidos que alinean a las personas hacia un fin que vale la pena. Es liderar con integridad, creando un legado que perdure.

Si todavía no lideras pero quieres hacerlo, empieza reflexionando y entrena. Pregúntate, ¿desde dónde quieres liderar? Entrena tus habilidades para ser alguien que inspire y movilice a otros, no desde el control o la conveniencia, sino desde los principios que conducen al cambio duradero.

LAS CONEXIONES QUE TRANSFORMAN NUESTRA REALIDAD 

Hace tiempo que vi “Her” y la tristeza que me produjo no tiene nada que ver con el optimismo con el que veo avanzar el mundo digital, si conseguimos potenciar nuestras habilidades humanas, tanto las sociales como las físicas.

He visto este vídeo de uso del tiempo en muchos post y he querido reflexionar sobre él y entender que en la era digital, nuestras conexiones han trascendido las barreras físicas para convertirse en algo cotidiano. 

En España, el tiempo promedio diario dedicado a Internet alcanza las 5 horas y 42 minutos, con algunos grupos, superando las 7 horas, gran parte de ellas en redes sociales. 

Las actividades más comunes online reflejan nuestras prioridades que sigue siendo la conexión y la comunicación por eso el 91,8% utiliza aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp para mantenerse conectado con amigos y familia. Un 80,5% opta por el correo electrónico para comunicaciones más formales, mientras que un 77% accede a noticias y medios digitales para informarse. Además, un 63,2% interactúa en redes sociales, mientras que más de la mitad de la población compra en línea. Estas cifras demuestran cómo nos adaptamos a la tecnología para fortalecer relaciones y facilitar nuestra rutina diaria.

Sin embargo, creo que el tiempo online también plantea desafíos, para mí el fundamental es el sedentarismo. Aquí es donde yo veo  la tecnología puede ser una aliada transformadora. 

Incorporar dispositivos que no requieren mirar constantemente una pantalla o permanecer inmóviles como en “Her”, relojes inteligentes o gafas inteligentes y otros dispositivos conectados nos permitirán movernos mientras seguimos conectados, permitiendo equilibrar el uso de la tecnología con el bienestar físico, nuestro gran desafío, la comodidad tecnológica. 

Internet no es solo un lugar donde pasamos tiempo es un espacio donde construimos nuestra realidad. Hoy, con el apoyo de la tecnología, podemos conectar cuerpo y mente mientras seguimos cerca de quienes amamos y del mundo que nos rodea. ¿Cómo usas tú tu tiempo online para construir una vida más activa y equilibrada? ¿Qué opinas del vídeo? 

EL PODER DEL ABDOMEN

Estaba hoy en mi clase de yoga concentrada en mi kriya para fortalecer el abdomen y pensé en lo poco que reflexionamos sobre nuestro cuerpo. Los que practican yoga o Pilates saben de lo que hablo cuando al hacer cada ejercicio escuchan constantemente “abdomen contraído” convirtiéndolo en una superación constante.

El abdomen no es solo el centro físico de nuestro cuerpo es también el origen de nuestra fuerza interior. En yoga, el tercer chakra, Manipura, se encuentra en esta región, asociado con el poder personal, la determinación y la voluntad. La ciencia moderna comienza a revelar lo que los antiguos yoguis intuían, la fuerza de voluntad se puede entrenar, igual que cualquier músculo.

Curiosamente, muchas prácticas de yoga, como la respiración controlada y los ejercicios de core, no solo trabajan el cuerpo, sino que también refuerzan nuestra capacidad mental de persistir frente a retos. Lo que la neurociencia refuerza dando la importancia que se merecen esas pequeñas victorias personales.

Cuando fortalecemos el abdomen activamos un punto energético que alimenta nuestra confianza y determinación. La ciencia lo respalda, un cuerpo fuerte y alineado mejora nuestra postura y, con ella, nuestra percepción de poder personal.

Imagina que tu fuerza de voluntad reside en esa zona de tu cuerpo y es un fuego. Cada decisión consciente, cada repetición física y cada respiración profunda avivan esa llama.

Entrena tu cuerpo y mente conscientemente , porque y si ese centro energético y cerebral pudiese transformar obstáculos en oportunidades. La voluntad no es solo un don, es una habilidad que se cultiva desde ese centro. Y si todo estuviese en tu abdomen.

QUERIDA YO,

¿Alguna vez te has escrito una carta a ti mismo?

Pues si no lo has hecho todavía quiero que sepas que te permite reflexionar, agradecer y conectar contigo desde la honestidad. Descubres todo lo que has superado, lo que te hace fuerte y lo mucho que mereces tu propio reconocimiento. 

Es un regalo que te ayuda a aclarar pensamientos, celebrar tus logros y motivarte para lo que está por venir. Te ayuda a cuidarte y celebrarte. Y así lo he hecho. 

Querida yo,

Hace unos días fue tu cumpleaños, y no quiero dejar pasar más tiempo para escribirte estas palabras y agradecerte todo lo que eres, en lo que te has convertido con lo que has vivido y todo lo que has aprendido hasta ahora.

Gracias por cada paso dado, incluso aquellos que parecían titubear y arriesgar sin expectativa alguna, sabiendo que era lo que debías hacer. Por cada decisión, valiente aunque no estuviese segura. Todo esto te ha traído hasta este momento. 

Has vivido momentos de alegría que llenaron tu corazón, pero también duros retos que te enseñaron lecciones valiosas. Cada experiencia te ha construido, y hoy eres más fuerte, más sabia y, sobre todo, más consciente de lo que realmente importa.

Mira a tu alrededor recuerda que es un privilegio poder contar con personas que te quieren y que hoy se han tomado un momento para felicitarte. Cada mensaje, cada palabra, es un recordatorio de que no estás sola en este viaje. Agradece por ellos, por los momentos compartidos y por todo lo que está por venir.

Hoy también es un día para celebrar la vida misma. Lo importante que es estar aquí, respirar, sumar un año más. Hay tanto aún por vivir, por aprender, por descubrir. El entusiasmo por lo que viene es el motor que te impulsa, y hoy estás lista para recibirlo todo, con el corazón abierto y agradecido.

Así que sonríe, agradece y celebra tus 50 que a veces parecen media vida y otras cinco minutos. No solo el 4 fue tu día, lo son todos y no hay mejor regalo que vivirlos plenamente, abrazando cada instante, cuidándote y cuidando y dando gracias por estar aquí.

Feliz cumpleaños Aruca. ¡Te lo mereces!

GRACIAS A TODOS  POR VUESTROS BUENOS DESEOS ❤️

¿CUÁL VA A SER TU “ACCIÓN ESPEJO”? 

“No enseñes a otros con palabras, sino con hechos. decía Epicteto. Quienes hemos vivido con un estoico militante como era mi padre sabemos que el ejemplo es la única forma de liderar. 

El liderazgo no se define por las palabras, sino por las acciones. Cuando diriges algo, ya sea un equipo, una empresa o incluso tu familia, el ejemplo que das tiene un impacto mucho más profundo que cualquier discurso inspirador. 

Tus acciones son el mensaje más claro que puedes enviar. Si buscas compromiso, muéstralo. Si quieres trabajo en equipo, foméntalo con tus propias actitudes. Como líder, eres el reflejo de los valores que deseas ver en los demás y muchos escuchamos solo para comprobar si hay coherencia en la acción. 

Las personas no siguen a quienes predican desde la distancia, sino a quienes están en el terreno, viviendo las mismas experiencias. Ser coherente entre lo que dices y haces no solo genera respeto, sino que inspira confianza y motiva a los demás a dar lo mejor de sí mismos. es definitivamente un signo de madurez, algo que escasea. 

Te propongo una práctica creativa. Elige un día de la semana para realizar una “acción espejo”. Piensa en un comportamiento que te gustaría ver en tu equipo o en las personas que lideras y encárgate de modelarlo ese día de forma intencional. Por ejemplo, si quieres que tu equipo colabore más, busca formas de colaborar tú con ellos. Si quieres que se cuiden, sal a caminar o come saludablemente con ellos.

La coherencia y el ejemplo crean un círculo virtuoso. Recuerda, no se trata de ser perfecto, sino auténtico y comprometido. Liderar con el ejemplo transforma no solo a los demás, sino también a ti mismo. Suma otra victoria sobre ti mismo. 

LA MALENTENDIDA LEALTAD POLITICA 

La lealtad es uno de los valores más nobles, pero también uno de los más malinterpretados, especialmente en la política donde se exige siempre a nivel personal con el líder o el partido. 

Para un político, la lealtad no debe confundirse con obediencia ciega o sumisión a intereses partidistas. La verdadera lealtad reside en el compromiso con los ciudadanos, quienes depositan su confianza esperando que sus necesidades y derechos sean priorizados por encima de cualquier otra consideración.

Ser leal al partido puede ser importante en tanto que el partido representa una visión compartida de progreso, pero cuando las prioridades del partido o sus dirigentes entran en conflicto con el bienestar de la ciudadanía, un político debe tener claro dónde recae su verdadera responsabilidad. El ciudadano debe estar en el centro de toda decisión, porque es su vida y futuro lo que está en juego.

La lealtad, en su esencia, consiste en actuar con integridad y coherencia, incluso cuando hacerlo sea incómodo o implique riesgos personales. Un político leal no es aquel que sigue órdenes sin cuestionarlas, sino aquel que defiende con valentía los intereses de quienes lo eligieron. Esto puede significar desafiar al propio partido cuando sus decisiones se alejan del bien común.

En última instancia, la lealtad no es un vínculo con una institución o un líder, sino con los valores que sostienen una democracia: la justicia, la transparencia y el servicio al bien colectivo. Solo cuando un político entiende esta verdad, puede considerarse verdaderamente leal.

Hay muchos políticos que son incapaces de mantener su lealtad con los ciudadanos, con la verdad, con sus compromisos y con el bien común. Priorizan su persona y confunden la Administración con su empresa particular en la que piensan perpetuarse a cualquier precio sin asumir riesgo alguno y justificando cualquier cuestión porque como ellos dicen “hace mucho frío fuera”. Pues ya saben, para todos los demás “ Winter is coming”.

REVISA TUS ENLACES MENTALES

En la búsqueda de mejorar nuestras vidas, a menudo nos encontramos con consejos simplistas sobre la formación de hábitos. Con mis reflexiones y búsquedas, mi intención es ayudar y divulgar información actualizada que sea útil.

Como las recientes investigaciones de la Universidad de Surrey que revelan que los hábitos son más complejos de lo que se pensaba. Lejos de ser acciones automáticas inquebrantables, los hábitos son enlaces mentales entre situaciones y respuestas que compiten con otras fuerzas internas, como intenciones y emociones, para influir en nuestro comportamiento.

Imagina que has establecido el hábito de correr cada mañana. Un día, el clima frío te desanima y decides quedarte en casa. Este ejemplo ilustra cómo otros impulsos pueden anular nuestros hábitos, demostrando que la formación de un hábito no garantiza su mantenimiento constante.

Para fortalecer nuevos comportamientos, es esencial no solo formar hábitos, sino también desarrollar estrategias efectivas y planes de contingencia, un plan B para superar interrupciones. Es decir, prever otros escenarios.

Por ejemplo, si tu objetivo es desayunar saludablemente, tener opciones rápidas y nutritivas disponibles puede ayudarte a mantener el rumbo incluso en días ajetreados.

Al enfrentar hábitos no deseados, considera métodos como evitar los desencadenantes, dificultar la realización del comportamiento o reemplazar el hábito negativo por uno positivo. Estas tácticas pueden reducir la probabilidad de que los comportamientos indeseados ocurran automáticamente.

Comprender la verdadera naturaleza de los hábitos nos ayuda para tomar decisiones más conscientes y efectivas en nuestro camino hacia el cambio personal. Al reconocer que los hábitos son solo una parte de la ecuación, podemos diseñar estrategias más sólidas para alcanzar nuestros objetivos y mantener el progreso a largo plazo y afrontar mejor nuestros propósitos de año nuevo.

25 NOVIEMBRE

Hoy, en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, enfrentamos una tragedia desgarradora, el asesinato de una joven de 15 años a manos de su exnovio de 17. Este hecho me sacude y creo que nos obliga a reflexionar sobre la urgencia de abordar la violencia de género entre los jóvenes, quienes son particularmente vulnerables a los estereotipos y las conductas tóxicas en las relaciones.

Estudios recientes, como el Barómetro Juventud y Género 2023, revelan datos tan alarmantes como tristes, un 20% de los jóvenes niega la existencia de la violencia de género, mientras que un 15% justifica comportamientos como insultar o agredir a la pareja.

Estos números evidencian no solo una desconexión con el problema, sino también una peligrosa normalización de conductas abusivas. Ante esta realidad, es imprescindible que reforcemos la educación en torno al amor saludable y la autonomía emocional.

La solución comienza con una necesidad, la educación emocional desde edades tempranas, enseñando a los jóvenes a identificar y gestionar sus emociones, además de reconocer señales de relaciones tóxicas. A través de campañas dinámicas en redes sociales, donde todos pasamos gran parte de nuestro tiempo. Tenemos la obligación de promover mensajes que desmitifiquen el amor posesivo y refuercen la importancia del respeto y la libertad en las relaciones.

Es crucial también generar espacios de diálogo, donde los adolescentes puedan expresar sus experiencias y miedos, aprendiendo a construir vínculos basados en la igualdad.

En momentos como este, el drama sigue siendo el efecto de la polarización política. Una lucha que requiere todo nuestro esfuerzo y energía no puede ser una guerra ideológica, ni de lenguaje sino un debate de medidas y soluciones, de prueba y error.

Es obligado el esfuerzo común por garantizar que la juventud crezca libre, segura y consciente de que el amor nunca debe ser control o posesión, sino respeto mutuo y libertad y un pacto de todas las mujeres para que esto sea una realidad.

¿CUMPLES TUS PROMESAS? 

Cumplir las promesas que nos hacemos a nosotros mismos no es solo un acto de disciplina, sino de integridad personal y reprogramación cerebral. 

Andrew Huberman, experto en neurociencia, explica que cada vez que cumplimos un compromiso con nosotros mismos, activamos el sistema de dopamina en el cerebro, lo que genera una sensación de logro y refuerza el circuito de recompensa. Esto no solo nos motiva a seguir adelante, sino que literalmente fortalece nuestras conexiones neuronales, facilitando que el hábito se repita.

Cuando no cumplimos nuestras promesas, nuestro cerebro aprende a asociar intención con inacción, debilitando nuestra autoconfianza. Pero al hacerlo, incluso en pequeños pasos, reprogramamos el cerebro para esperar resultados positivos al actuar. Es como entrenar un músculo: cada vez que completas un compromiso, por pequeño que sea, fortaleces tu capacidad para confiar en ti mismo y seguir creciendo.

Empieza hoy con algo manejable: prométete algo simple, como caminar 10 minutos, leer dos páginas de un libro o beber más agua. Al cumplirlo, tu cerebro libera dopamina, motivándote a seguir construyendo hábitos positivos.

La próxima vez que te hagas una promesa, recuerda: estás remodelando tu cerebro para ser más fuerte, confiado y enfocado. Como diría Huberman, el progreso no se mide en grandes saltos, sino en la consistencia diaria. ¿Qué pequeña promesa puedes cumplir hoy para construir tu mejor versión? Tu cerebro está listo para transformarse contigo.

A MÍ NO ME PASARÁ 

El sesgo de invulnerabilidad, esa creencia de “a mí no me pasará”, es un fenómeno común en situaciones de emergencia. Durante la pandemia de COVID-19, muchos políticos y personas ignoraron las advertencias iniciales, subestimando el riesgo. 

Lo mismo ocurre en fenómenos como la DANA, cuando, pese a las alertas de la AEMET, que recogieron incluso en Japón, algunos no creen que sea importante advertir a su población sobre el peligro  dejándoles tomar decisiones imprudentes, como cruzar zonas inundadas.

Este sesgo puede ser entendible en los ciudadanos, pero no en las administraciones. Según el experto en gestión de riesgos, Daniel Kahneman, premio Nobel de Economía, “la mente humana tiende a minimizar los riesgos hasta que los percibe como inminentes”. 

Sin embargo, las autoridades tienen el deber de actuar antes de que esto ocurra, anticipándose a los peligros con infraestructura, planes de evacuación y mensajes contundentes y no se lo exigimos. 

La desconexión entre las advertencias y las acciones genera tragedias evitables. “Los desastres no se producen por la emergencia en sí, sino por la falta de preparación” como advierten los especialistas. Esto demuestra que un aviso, por sí solo, no basta si no está respaldado por medidas efectivas y claras.

Superar este desafío exige trabajo conjunto. Los ciudadanos debemos educarnos y confiar en las fuentes oficiales algo que ahora mismo es casi imposible. Las administraciones, por su parte, deben comunicar con precisión y ejecutar planes preventivos sólidos.

No podemos esperar que ocurra otra desgracia para prepararnos, no somos invencibles y establecer una coordinación nacional efectiva es esencial. Una base de voluntarios con su habilidades, maquinaria disponible, expertos y planes establecidos con datos actualizados y simulacros. 

Como dijo Benjamin Franklin: “Un gramo de prevención vale más que un kilo de curas”. Porque no somos invencibles y a veces lo material es insalvable pero está claro que juntos podemos evitar el desastre irreparable de perder vidas humanas. 

¿QUÉ QUIERES SER DE MAYOR?

Cuando somos pequeños una de las preguntas que más escuchamos es ¿qué quieres ser de mayor? Una pregunta que en principio puede parecer inocente pero que entraña una creencia que nos puede afectar en el futuro.

Uno de los mayores retos en el camino hacia el éxito personal y profesional es aprender a separar lo que somos de lo que hacemos. Cuando nuestra identidad está completamente atada a nuestro trabajo o logros, cada crítica, error o fracaso se siente como un ataque directo a nuestra esencia. Esto nos lleva a tomarnos todo de manera personal, dificultando el aprendizaje y el crecimiento.

Pero, ¿qué ocurre si cambiamos la perspectiva? Lo que hacemos, nuestro oficio, nuestra carrera, proyectos o roles, son una extensión de nosotros, pero no nos define por completo. Somos mucho más que resultados. Somos nuestras intenciones, valores, relaciones y el impacto que generamos más allá de lo que hacemos.

Cuando no hacemos esta distinción porque no tenemos claro que sean cuestiones diferentes, cada tropiezo puede convertirse en una carga emocional innecesaria, afectando nuestra confianza y capacidad para avanzar.

Por el contrario, cuando entendemos que nuestro valor como personas no depende de los resultados, somos capaces de recibir críticas como oportunidades, y de gestionar los fracasos como aprendizajes, no como reflejos de nuestra valía.

Te invito a reflexionar con otra pregunta quién eres cuando no estás trabajando y así cuando te pregunten qué quieres ser de mayor, la respuesta será otra.

¿ESTAMOS BIEN RODEADOS?

En el ámbito de la política y de la vida, rodearse de personas que desafíen nuestras ideas es uno de los actos de valentía más poderosos. A menudo, es fácil caer en la trampa de los “sí” constantes y de las voces que, por comodidad, interés o lealtad, simplemente nos dan la razón. 

Sin embargo en estos entornos homogéneos, donde solo oímos lo que queremos escuchar, terminan limitando nuestra visión y frenando nuestro crecimiento. Aunque podría asegurar que a mí principalmente, aburriendo. 

Voy a jornadas esperando escuchar el pensamiento de alguien, una novedad interesante, una idea que me rete y compruebo que rumiamos lo mismo desde años, después de estar dos horas escuchando agradecimientos políticos y mítines sobre promesas que no llegan a realidad, apenas quedan unos minutos o unas pocas personas para escuchar lo interesante. 

En estos círculos no nos rodeamos de personas que aportan perspectivas diversas, ni creamos espacios de aprendizaje y de autodescubrimiento. Estas personas, suelen ser siempre las mismas, están ahí para hacer eco de las mismas viejas ideas, sin aportar algo valioso, para cuestionar, y para ayudarnos a ver más allá de nuestras certezas. 

En política, la capacidad de escuchar y valorar opiniones contrarias es fundamental para evitar el sesgo y enriquecer nuestras decisiones. Estas voces que retan nos ofrecen algo precioso: la oportunidad de ver el panorama completo y de considerar alternativas que quizás habíamos pasado por alto.

Piensa en de quiénes te rodeas, si de personas que te reten aunque no siempre sea fácil. Es de las decisiones más inteligentes que puedes tomar para expandir tu visión, crecer y, sobre todo, para ser un líder verdaderamente comprometido con la pluralidad y la verdad.