“Los pensamientos llevan a sentimientos, los sentimientos llevan a acciones, las acciones llevan a resultados”
Esta máxima de T. Harv Eker, guía mi reflexión de hoy.
Hoy quiero compartir con vosotros una estrategia que a mi me ha funcionado bastante bien durante años y después de leer bastante sobre el tema tiene su base científica: las declaraciones.
Para la mayoría de los humanos, el hacer una afirmación sobre algo, o responder positivamente a una petición por nimia que sea, no es inocuo. El compromiso que se adquiere con verbalizarlo es más poderoso de lo que a simple vista parece.
Con dar “nuestra palabra” manifestamos nuestro más férreo compromiso con la causa o la cuestión que se esté dirimiendo.
Pero qué hace que sea diferente, que este sistema lo utilicemos con los demás y no con nosotros mismos, todo lo habitualmente que podemos.
Al fin y al cabo la energía que desprende una declaración funciona igual en lo externo que en lo interno. Si a esto le añadimos que es un elemento seguro de éxito. ¿Qué nos da tanto miedo?
Cuando pronuncias una declaración en voz alta- aunque el compromiso no sea público, lo que lo subiría unos cuantos peldaños en la escalera de la acción- como asegura Elker, hace que tu cuerpo vibre y todas las células de tu cuerpo respondan a esta frecuencia. Esto envía un poderoso mensaje a tu subconsciente.
Una declaración se dirige al futuro, oficializa lo que antes sólo era un deseo y lo convierte en algo realizable para lo que nos hemos puesto en marcha. A pesar de que otra vocecita dentro de nosotros nos advierta de lo ridículo del asunto ¡funciona!
Pruébalo no necesita más que intimidad y decisión, piensa que “tu mundo interior crea tu mundo exterior” que el ensayo mental, Joe Dispenza entre otros, han demostrado que funciona y que Cialdini y sus leyes de influencia también refrendan que el compromiso y la congruencia son las mayores fuerzas impulsoras.
Una declaración, la asociamos con algo serio, que respetamos. ¡Aprovechémoslo! ¡Qué juegue a nuestro favor!
Comienza a hacerlo, ponte delante del espejo y di en voz alta en qué consiste tu compromiso, qué quieres ser, qué quieres hacer, hazlo varias veces al día, al menos mañana y noche. Piensa una frase positiva y dila con entusiasmo y energía.
Si es negativa, no funcionará, tu subconsciente no entiende de “noes”.
Hacer esto, te llevará a pensar que estás cada día más cerca de tu objetivo, qué lo puedes lograr y te remitirá sin duda alguna a valorar y estudiar todas los pasos que tienes que poner en marcha para hacerlo. Te impulsará a la acción, puesto que te recordará día y noche tu compromiso.
Yo lo hice, hace diez años y dejé de fumar, sin más, por respeto a mi palabra, a mi compromiso. Valora tus pensamientos en su fundamental medida. Seguro que tú también puedes hacerlo.
¡Ánimo! 😉
Foto:andresvegas


