
Compartimentos estancos según Ortega que ahora llaman silos. Islas de conocimiento específico que dan como resultado más conocimiento específico que acaba haciendo un surco.
Los surcos no se comunican entre sí y el mercado potencia la contratación de especialistas, por lo que el efecto, se promociona cada vez más. Al final lo que hacemos insistentemente es querer competir con lo que las máquinas hacen mejor que nosotros y premiamos ese lenguaje, aprender a base de ahondar y ahondar sobre el mismo tema.
Sin embargo el mundo hacia el que vamos exige otra forma de aprender, otra forma de trabajar y otra forma de hacer que sería interesante ir integrando en todos los campos. Conectar la tecnología y la ciencia con todos los ámbitos educativos y laborales para aprender y colaborar juntos en lo que nos beneficiará a todos.
Si algo he comprobado en muchas personas es lo difícil que les resulta aplicar ese conocimiento específico de manera analógica, para resolver otros problemas que difieren en el fondo pero no en la forma.
Ese conocimiento específico, hace que se trabaje con “visión interna” creyendo que el exhaustivo conocimiento nos hace tener todas la claves y se desdeñan otras capacidades más valiosas para un mundo incierto, como es tener un “visión externa” que reconoce la estructura de los problemas para poder aplicar esas soluciones a otros campos.
Merece la pena leer “Amplitud” de Epstein por la certera descripción que hace de este fenómeno y sus implicaciones. Una buena recomendación de un fanático lector como Bill Gates.