Tu tormenta perfecta

tormenta

Puede ser éste el momento idóneo para que pares y pienses qué está haciendo ahora mismo tu mente, cómo está, relajada, trabajando, no para…

Dentro de ese trabajo, observa los pensamientos que baraja y se suceden cómo son positivos, negativos, de dónde proceden.

Muchas de estas preguntas que no te planteas a menudo te hacen confundir lo que piensas con lo que eres y por lo tanto te invalidan para poder ser un mero observador y cambiarlos o simplemente poderlos mirar desde otra posición.

Seguro que haces o al menos ves a tu alrededor la cantidad de personas que lejos de hacer este ejercicio y complementarlo con una meditación diaria que conduzca a la serenidad mental o se valga de alguna ayuda profesional para la reflexión, comienzan a intuir que todo lo que les ocurre es por la falta de algo, en muchas ocasiones es material, más dinero, coches, cenas, viajes, en otras, de hacer, a lo que te dedicas, lo mucho que  cambiaría todo si hubieses estudiado, o hubieses estudiado otra cosa, o tuvieses otro trabajo o en otra compañía. Todos esos anhelos son fruto en muchas ocasiones de la falta de introspección y de conciencia sobre cómo se fraguan nuestros propios pensamientos.

Buscamos fuera, en lo que hacemos, en lo que tenemos, para que nos configure lo que somos. Buscamos fuera, lo que realmente sólo podemos encontrar dentro de nosotros. Algo que aunque en principio dé miedo indagar, cuando conseguimos abordar, como dicen mis “coachees”: “se colocan muchas cosas”. De repente el hilo que mantenía nuestros nervios a flor de piel, nuestro cuerpo contraído, a la defensiva y en guardia de repente se corta. Es tal la fuerza interior que te aporta ver realmente quien eres y de dónde vienen todos esos obstáculos mentales que de pronto empiezas a vivir.

A disfrutar de todas esas pequeñas cosas que ocurren continuamente a tu alrededor y que esos temores que te creas, te impiden.

Da igual cómo seas físicamente, dónde vivas, tu situación económica, a lo que te dediques, lo mucho o poco que tengas. Lo que piensas puede hacerte feliz si eres consciente o totalmente infeliz si te entregas a esas emociones negativas sin pensar.

Mientras decides si quieres paz y tranquilidad o seguir escondiéndote tras un frenético frenesí para no pensar, te dejo una práctica genial de Matthieu Ricard que seguro te ayudará cuando te sientas invadido por emociones negativas:

“Imagina una gran tormenta en el océano con olas tan grandes como edificios de varias plantas. Cada ola es más monstruosa que la anterior. Todas están a punto de engullir tu barco, tu vida pende de los altos muros de agua que levantan frente a ti, desafiantes, atemorizándote.
Ahora imagínate observando esa tormenta desde un avión, a mucha altura. Desde esa perspectiva las olas parecen un delicado mosaico que se extiende a lo largo de una gran superficie en el agua. Desde esa altura, en el silencio del espacio, tus ojos sólo aciertan a divisar esos patrones mudos, mientras tu mente está sumida en ese claro y luminoso cielo.”

Los pensamientos negativos de miedo, ira u obsesión parecen reales pero en realidad son fabricados por tu mente. De repente hacen su aparición y de repente desaparecen.

¿Por qué permanecer en el barco  de la ansiedad pudiendo hacer que tu mente vuele tan alto que considere que esas emociones tienen muchas menos fuerza de la que les atribuyes?

No revivas tu tormenta perfecta. ¡Sobrevuela y cambia de perspectiva!

¡Buen fin de semana!

 

Contrólate

control

“Sólo tú puedes mejorar tu suerte y hacerte feliz a ti mismo. De ti depende hacerte cargo de controlar tu propia mente, y entonces debes tratar de sentir y actuar de las maneras que elijas”.

Este pensamiento de Wayne Dyer, refleja claramente una reflexión compartida, eres sólo tú quien puede mejorar tu vida, controlando tu mente, tus pensamientos y tus emociones.

Si hablas con personas de tu entorno seguramente podrás comprobar cómo, a algunas personas, las controla el entorno, es decir, son víctimas de sus circunstancias.

No creen que hayan elegido nada en la vida, las excusas del azar o de la culpabilidad de otro se suceden en la mayoría de sus relatos, hasta tal punto, que hay días que incluso la cuestión meteorológica, toma protagonismo en su humor y en su vida  para decidir su día.

Los sucesos creen que forman parte de fenómenos paranormales a los que no se han podido resistir y por lo tanto no son dueñas de su suerte. Algo así como una sumisión total a las eventualidades que provoca que nada en su vida tenga una autoría propia y por lo tanto cualquier hecho les sorprenda.

No ser conscientes de esto y por lo tanto no ser responsables de nuestra mejora y sabedores de nuestras posibilidades no es inocuo, afecta a nuestra felicidad y a nuestro bienestar.

Estar a los mandos de nuestra vida y hacer que las cosas pasen, sin esperar a que ocurran por mera casualidad hace que seamos más exitosos en nuestras vidas personales, sociales y laborales.

Cada vez que entablo conversación con alguien que tiene un sueño, una meta y una deseo concreto, desde hace mucho tiempo. Ha conseguido darle forma hasta poder recordar colores, sonidos y emociones, y le pregunto qué está haciendo para lograrlo, en muchas ocasiones me encuentro con excusas.

Todos tenemos miedo al fracaso, al rechazo, a no ser capaces en algún momento. Lo importante es ponerte ese miedo a la espalda, como motor, no llevarlo siempre delante donde nos mira retador, nos asusta y nos sirve de freno,Haz este ejercicio mentalmente cuando te asalte. Trasládalo y atrévete!!!

En la vida lo único importante es el tiempo, no se puede comprar, fabricar o intercambiar y a lo mejor si te decidieses podrías disfrutar de todas esas cosas que tantas veces has imaginado.

Dominar tu mente y tomar los mandos te hará sentirte tan poderoso que nadie podrá pararte.

Empieza dividiendo todo en pequeñas tareas, no acometas grandes hazañas o correrás el riesgo de caer en la desmotivadora trampa todo o nada. Celebra la consecución de todas las fases y prémiate.

¿Qué es lo peor que podría ocurrir? ¿Fracasar? ¿yyyyy? Ya contarías con más experiencia, arrojo y aplomo que los que nunca lo intentaron.

Recuerda que si pones el control en manos de los demás, tu vida la dominarán ellos y no tú y al final no podrás sentirte orgulloso de todas las batallas que libran las personas que se arriesgan, ni podrás acumular toda la experiencia de las sabias.

¿Te controlas o te controlan?