¡Gracias Rafa!

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Comienza el partido, pierdes el primer punto, y tras mucho esfuerzo el primer set, te quedan muchos puntos por delante, es más, cada juego, aunque parezca que con 40 ya está todo hecho, puede que uno tras otro los fallos te lleven a la ventaja y lo pierdas.

Cómo  fortaleces tu  mente de tal forma que cada golpes que da tu raqueta parezca el primero y el último, como si lo que hubiese ocurrido antes y lo que pueda pasar después no existiese, concentrándote en cada instante.

Cómo resistes a pesar del calor, del dolor, de la presión del público, de los aplausos y gestos de disconformidad, de la presión del ego que repite sin cesar que no puedes dejar de ser el número uno, que  llevas cuatro veces sin ganar a ese rival, de los fantasmas de las lesiones y del todo el trabajo que has hecho para recuperarte.

Cómo eres capaz de disociarte tanto del éxito y no necesitar que nadie te baje los humos aún cuando demuestras constantemente que eres el mejor, capaz de olvidarte de los puntos que no entran y de esos que se van por el fondo de la pista cuando arriesgas a pesar de no estar en la mejor de las situaciones para hacerlo.

Cómo vences ese miedo, que magnifica al rival hasta hacerte pequeñito, ese, que a otros atenaza, para seguir con tus mejores golpes a pesar de que requieren más energía que otros, que resistes perseverante, que todo el sudor que derrochas te hace brillar y nos envía el mensaje de que a pesar de hacer las cosas con pasión, nada es fácil, ni siquiera para ti.

Por todo estos motivos  y alguno otro más,  quienes hablamos de ti lo hacemos con entusiasmo con la admiración de querer ser como tú, de triunfar cada día sobre nuestros límites y conseguir  gestas como las tuyas.

Cuando todos tenemos en nuestras dedicaciones la oportunidad de alcanzar cotas tan altas  de excelencia  y sin embargo  elegimos dedicar menos esfuerzo, ponernos límites y  aumentar miedos que nos paralicen, inventar patéticas excusas, rendirnos  y hacerte un ser mitológico, cuyas hazañas están  lejos de nuestro alcance.

No entiendo que, en mi querido país, eviten nombrarte algo en las Universidades, donde el Humanismo y el conocimiento del Ser  Humano son el reflejo de los valores que tú demuestras, cuando deberían reconocer que tu práctica posee esa esencia del mejor alumno, cuando tú eres el ejemplo del aforismo de Juvenal y del dominio del cuerpo y la mente.

 

Gracias Rafa por tu ejemplo.

¿Quién es tu modelo?

modelizar
Si usted piensa en una persona a la que admira, que ha conseguido muchas de sus metas en la vida o algunas de las que a usted le gustaría conseguir, seguramente habrá tenido la tentación de quitarle mérito y achacarle a la suerte gran parte de ese logro.
Sin embargo, si hiciese labores de investigación más profundas, podría llegar a la conclusión de que oportunidad y preparación colapsaron en el tiempo para lograrlo.
Si otros lo consiguieron, qué cree que le diferencia a usted de ellos y de ellas. Quizá la determinación, el deseo ferviente de conseguir algo, a lo mejor la fe en la posibilidad de conseguirlo o  la perseverancia necesaria para prepararse a fondo y  no retirarse o rendirse antes de tiempo. Entre estos requisitos por supuesto, se integra de manera definitiva, no tenerle miedo al fracaso, ni a aprender, ni a  preguntar cada día.
Conozco a varias personas que hasta hace poco, no utilizaban dispositivos tecnológicos por no preguntar cómo se encienden o pedir ayuda para iniciarse en ellos. Se perdían un mundo lleno de posibilidades por no admitir que no sabían!, yo tampoco y sigo ignorando muchas cosas que no me importa preguntar. Qué es lo peor que me puede pasar…seguir en la ignorancia cuando tengo la información a mi alcance sería una necedad.Saben ustedes qué inyección de autoestima es verse haciendo cosas que no habían pensado ni en sueños.

A muchas de estas personas-modelo  las vemos o escuchamos pequeños espacios de tiempo a través del día o de las semanas y esto nos dificulta tener una idea global de su dedicación y su esfuerzo, a veces no están en nuestro entorno, aunque gracias a las redes sociales, casi siempre a nuestro alcance.
Hace poco leí un artículo, en Inc.com, sobre las grandes posibilidades de éxito que tienen quienes se atreven a ponerse en contacto con las personas a las que admiran o a quienes desean parecerse. Son muy pocas las y los que tienen los veinte segundos de coraje que se necesitan para intentarlo, con una llamada, un correo, un tuit…
El modelado es una estrategia que en base a ajustarse a modelos existentes, las personas podemos desarrollar comportamientos de éxito de cara a nuestras metas y objetivos. Para que esta estrategia diera frutos deberíamos tener de la persona a modelar, las creencias, cómo almacenan sus pensamientos y cuál es su fisiología.
Algunos de estos datos los conocemos a través de las biografías, imprescindibles para esto. La de, por ejemplo, Steven Spielberg que explica como desde muy pequeño se recorría todos los estudios, persiguiendo a directores de cine para ver el trabajo que desarrollaban y cómo lo hacían con un tesón y un entusiasmo admirables. Lebron James, MVP de la NBA en dos ocasiones y alero de los Miami Heats, también lo hizo con Kareem Olajuwon, para mejorar su juego.
No sólo sirve ver su ejemplo, o partes de su biografía, hay que conocer qué piensan, qué creen, cómo lo almacenan, qué se dicen a sí mismos. En el mundo empresarial Peter Drucker hizo lo mismo en el mundo de los negocios, trasladando modelos de gestión de las corporaciones modernas. Hoy en día se le sigue considerando el gran filósofo del managment.
Modelar significa reproducir, así que debemos procurar que se asemeje lo máximo posible a nuestro ideal, esa es nuestra responsabilidad. Dentro de este proceso de cuánta más información tengamos, mejor será nuestra estrategia. En caso de que no poseamos demasiada información, la fisiología de esa persona también nos dará muchos datos.
Existe un proverbio que dice “Si quieres ser fuerte, hazte el fuerte”, por lo tanto si actúas como si ya poseyeras ese rasgo, puede que al principio no te sientas muy cómodo sea incluso artificial pero si continúas practicando y lo vas añadiendo a tu “repertorio” acabarás “siendo así”. Lo puedes comprobar efectiva y rápidamente con tu postura corporal, si dejas de encorvarte y te mantienes erguido, lo mismo ocurre con la respiración, el gesto y los movimientos. Prueba ahora mismo y utilízalo siempre que desees cambiar tu estado de ánimo.
Modela hasta que puedas modelizar, es decir, construir el tuyo propio.

Piensa que tú también puedes ser el modelo de alguien, así que recuerda que siempre el ejemplo valdrá más que las palabras y si no lo crees echa un vistazo a este video.

Te atreves?