Cortar por lo sano

 

cortar

Alguna vez has sentido que estabas harto de tu entorno, que el aire se hacía irrespirable y necesitabas cortar por lo sano, cambiar de ambiente, renovarte, irte lejos. Te sobra y te molesta todo y no sabes cómo salir de ese bucle aunque ni siquiera te has planteado saber cómo has llegado hasta aquí.

Seguramente no has reparado lo suficiente en que todo lo que posees en esta vida es tiempo y a quienes se lo dediques o a lo que se lo dediques, marcará la diferencia. Por lo que si tú mismo no lo valoras, ¿por qué lo van a hacer los demás por ti?

Muchas veces crees que anteponer a tus propios gustos, preferencias y necesidades las de los que están a tu alrededor es un signo de altruismo y generosidad increíble pero cuando a veces te das cuenta de que este ejercicio no produce los efectos que a ti te gustaría, empiezas a generar ese malestar que te hará estallar.

En realidad que dediques tú  tiempo a los demás es una cuestión que puedes decidir hacerla en la cuantía que te plazca, la cuestión es si esa dedicación es elegida conscientemente o  está en realidad ocultando que no te dediques a ti mismo el tiempo que necesitas o que no lleves a cabo la toma de decisiones que necesitas en tu vida o que tu tiempo, no  lo estés valorando en su justa medida.

Es cierto que ocuparte en exclusiva de tus ocupaciones y preocupaciones no te llevará mucho más lejos puesto que éstas son ilimitadas y no te compensará dejar la utilidad de las neuronas espejo sin desarrollar, no trabajando tu empatía con los demás. Tu dedicación exclusiva conseguirá que  tengas una sensación de vacío, de insatisfacción constante y de falta de propósito en la vida.

Cualquiera de los dos extremos te hará que crezca ese malestar, tanto  no estar pendiente más que de ti mismo, como estarlo sólo de los demás, con la intención de no prestarte atención y tener que tomar decisiones, aprender a ser asertivo y a decir que no, pensando en tu salud y  valorar tu tiempo, que es lo único que de verdad tienes y del que apenas sabes cuánto vas a poder  disfrutar.

Antes de tomar una decisión radical, hay muchas opciones y oportunidades de grises que seguro que te ayudarán a construir un papel en el que te sientas protagonista por méritos propios. Busca una solución en la que te encuentres a gusto, si es lo que tú quieres y no lo que crees que a los demás les gustará o lo que esperan de ti o simplemente querer su aprobación o apreciación … seguro así, la podrás mantener frente a todo.

Hay pocas cosas que te hagan ser más infeliz que intentar agradar a todo el mundo.

De todas formas si sigues disponible para lo que quieran lo demás a cualquier hora, avisa yo también tengo tareas para ti. 😉

¿Te puede la información?

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Desde que tenemos fácil acceso a Internet, la información está a toque  de tecla  y la cuestión se complica con la ingente cantidad a la que nos enfrentamos.

Sin embargo es paradójico la cantidad de información que tenemos sobre cuestiones externas y ajenas a nosotros y la poca que obtenemos y registramos de nosotros  mismos, la baja importancia que le damos y el casi nulo almacenamiento de la misma.

Muchos de nosotros andamos todo el día cargados de dispositivos electrónicos, de calendarios con citas y alarmas, de programas para recoger notas tanto escritas como de voz y aún así  nuestra organización y gestión no mejora.

Cada día cambiamos de aplicación a otra que realmente nos ayudará más, que lo hará mejor, pero no dejamos de darnos cuenta al final del día de las pocas veces que las hemos consultado.

Sólo echar una visual a nuestras pantallas del ordenador nos da una idea de la dificultad de concluir una tarea en un medio en el que la información no descansa. Mientras nosotros dormimos hay otros miles de personas subiendo más datos y análisis en la Red que nos obligará a abrir más de una carpeta o de una pestaña.

Estoy de acuerdo con que la información  es poder pero en la actualidad se está convirtiendo para muchos además, en un gran dolor de cabeza.

A pesar de tener tanto aparato donde descargar nuestros gigas mentales, seguimos sin hacerlo con las cuestiones más importantes, con lo que gestionamos nosotros mismos, es decir, sólo registramos los inputs que leemos o investigamos sin dejar que nuestra mente analice, relacione y archive nuestro propio resultado, nuestros outputs, sin dejar que el proceso de aprendizaje se concrete y finalice en nuestra mente.

Decía Umberto Eco que “ toda información es importante si está conectada a otra”. Imagina el potencial de esta frase para cada uno de nosotros, cuando lo que leemos, lo que experimentamos y cómo lo hacemos es único y original en cada uno de nosotros.

¿No merecerá más la pena, continuar con una idea hasta parir algo, y darle vueltas y reflexionar sobre ella para que sea nuestra, a que sigamos  yendo de link en link, desesperándonos al darnos cuenta que cada vez sabemos menos?

¿Y si en lugar de vivir con esa ansiedad de pensar la cantidad de libros que queremos leer, los cursos que queremos hacer, lo que nos queda por ver, vamos conectando en la misma medida lo que ya nos pertenece?

¿ Si en lugar de guardar en carpetas digitales, abrir pestañas y descargar aplicaciones, vuelcas en una simple hoja en blanco palabras que te ayuden en tu aprendizaje y reflexión sobre el tema y las colocas como crees que conformarán un puzle que puede darte  muchas claves?

¿En qué crees que consiste un artículo o escribir un blog?, ¿en inventar algo, en decir algo que nadie ha dicho o en que tú mismo vayas colocando y relacionando lo que hay en tu mente de forma que construyas tu propio análisis?

No hace falta que sea público, pero estoy segura de que este proceder te dará una nueva forma de ver la vida, ¡la tuya!.

¡Coge papel y boli, por favor!

foto:idmadvisory

Por favor, no molestar

nomolestar

He compartido despacho  con  compañeros, he tenido mi propio despacho y he trabajado en casa. Con cuál de las opciones me quedaría si tuviese que decidirme por una o implantarla próximamente en  mi  negocio, de eso va mi reflexión hoy.

Recuerdo el revuelo que creó Marissa Myers cuando llegó a Yahoo  y siendo “tecnóloga” decidió acabar con el teletrabajo con argumentos como “»algunas de las mejores decisiones e ideas surgen de conversaciones entre empleados en la cafetería, de conocer a gente nueva y de reuniones improvisadas de los equipos» y  «la rapidez y la calidad del trabajo se sacrifican a veces cuando se trabaja desde casa».

Estoy de acuerdo con la afirmación de las mejores ideas surgen en las cafeterías, algo que he comprobado y que además sustenta un estudio de la Universidad de British Columbia. “Hace un año investigadores de la Universidad de British Columbia realizaron un estudio y encontraron que el sonido ambiental estaba relacionado con el incremento de la creatividad. La prueba que se hizo a 300 participantes determinó que permanecer en un entorno con ruido moderado de 70 decibelios (más o menos lo que se escucha en una cafetería) nos ayuda a ejecutar procesos creativos de un mejor modo que si permaneciéramos en un espacio silencioso o con mucho ruido.”

También creo que las reuniones de los equipos son imprescindibles pero a lo largo de los años he comprobado que son las informales e improvisadas en espacios relajados las que son productivas  y no las que se establecen previa agenda con un orden del día encorsetado en las que si no hablas o asientes, no eres lo suficientemente importante y se eternizan.

 «Los resultados que se desprenden de una encuesta realizada por Oi2 a más de 1.000 personas entre 18 y 65 años que analiza los aspectos que más influyen a la hora de concentrarse en el trabajo y y aquellos que ayudan a conseguir que la rutina sea llevadera.

El mal ambiente entre compañeros y las constantes interrupciones durante las horas de trabajo (38%) son los elementos considerados más molestos, seguido de las conversaciones (11%), el sonido del teléfono (8%) y del ruido de la impresora y e fax (1%).»

Por lo tanto yo también creo que la calidad del trabajo y la concentración son mejores en casa ya que comparto con Jason Fried, os invito a  ver el video, que las distracciones que se aducen, como ver la televisión, navegar en internet o tumbarse en el sofá, son voluntarias y no las típicas interrupciones de las que se suele ser el blanco en las oficinas, en las que los demás deciden por nosotros cuando vamos a tener un “descanso”. En muchas ocasiones, incluso  con tu propio despacho, cerrar la puerta y  apagar el móvil, no son suficiente para indicar que se necesita un periodo sin interrupciones.

 

Sin embargo, trabajando desde casa, nos ahorramos tiempo en atascos, contaminación, charlas, discusiones, comidas y reuniones de las que seguramente podemos prescindir y que no recuperamos el resto del día.

Con lo cual, la sensación con la que se sale del trabajo es la de haber perdido el tiempo, no haber acabado el trabajo y tener la necesidad de hacerlo fuera de la oficina. Lejos de ser una estrategia elegida, que guste, acaba quemando el tiempo libre y dedicado a cuestiones de ocio, personales y familiares, tan necesarias  como  laborales.

¿Por qué  tenemos que elegir un modelo?, podemos irlos compatibilizando a lo largo de la semana. Estoy segura de que  estableciendo un horario en la organización, podríamos tener un día en silencio, sin interrupciones, para acabar nuestro trabajo concentrados, como podría  ser el jueves y  no tener que dejar trabajo para el fin de semana; un espacio para reuniones informales en el que cada equipo se reuniese en un horario concreto para compartir lo que han pensado y apuntado previamente y un rato de asueto, y días de teletrabajo, con las tecnologías de las que todos disponemos en la actualidad cada vez es más sencillo y es posible hablar “cara a cara” .En lugar de llamar a la puerta, se pueden concertar  previo mensaje, correo  o chat.

«Creatividad es pensar en nuevas ideas. Innovación es hacer cosas nuevas»   Theodore Levitt

Tú, ¿qué haces?

http://www.ted.com/talks/jason_fried_why_work_doesn_t_happen_at_work?utm_medium=on.ted.com-facebook-share&utm_campaign=&utm_source=facebook.com&awesm=on.ted.com_g0D7F&utm_content=awesm-publisher#t-5733

Y por las noches, ¿qué harás?

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Seguro que para algún evento importante en tu vida, la noche anterior fue fundamental para la preparación, que todo saliese según lo planeado, era trascendental y lo trabajaste.

Qué te lleva ahora a dejarlo todo para el último minuto, abrumarte con tareas insignificantes, cansarte, no pensando en el trabajo que estás haciendo, sino pensando en el que no has hecho, provocando que lo urgente se imponga a lo importante por no haberle dedicado unos minutos antes.

¿Revisas tus hábitos para solucionar cuestiones a menudo?, ¿has conseguido ser consciente de cómo tomas  esas decisiones o no-decisiones que sobrecargan tu día?

Seguramente has leído en muchos post los beneficios de cómo ser una “morning person” y levantarte al menos una hora antes que todo el mundo para poder pensar y planificar tu día, y has pensado que esto sería demasiado, tú que llevas toda la vida estudiando por la noche, siendo más creativo, estando más lúcido,  pues no lo dudes, usa tus poderes la noche anterior.

Si haces una lista, escrita por favor, no mental, con las prioridades de mañana, ya habrás conseguido ordenar lo importante frente a lo urgente.

Si avanzas tareas tan simples como organizar tu ropa para el día siguiente, tendrás tiempo para los imprevistos que se presentan a última hora, como no encontrar las llaves o incluso quedarte dormido unos minutos, y dejarás más tiempo para un reconfortante desayuno que te pondrá las pilas de un magnífico día.

Lee un texto inspirador, muchas de las lecturas que tienes a tu alcance sobre desarrollo personal, te llevará  unos minutos para prender en tu mente un pensamiento que te haga visualizar un nuevo comienzo al día siguiente lleno de oportunidades.

Dedícale al menos 15 minutos a la meditación,  estimulará tu mente de manera profunda y te ayudará a aclararla y a evitar esas distracciones que te fatigan.

Deja de ser el mismo de siempre, utiliza la noche anterior para preparar un día al que tú sorprenderás, habiendo puesto todo de tu parte. 😉

Tempus fugit

relojes

¨Lo que importa más, nunca debe estar a merced de lo que importa menos” Goethe

Esta sugerente cita, enmarca  la reflexión, la gestión del tiempo, o como aclara Covey, la gestión de nosotros mismos. Dolores de cabeza, de cervicales, taquicardias, ataques de ansiedad, la sensación de que llevas todo el peso del mundo a tus espadas y de que llegas tarde a todo o te estás perdiendo lo mejor , son algunas de las sensaciones descritas por quienes padecen la falta de planificación de su tiempo y por ende de su vida.

Ser continuamente asaltado por pensamientos que responden a  “tengo que”, seguidos de “no tengo tiempo para “ que se acumulan sin orden ni concierto  en nuestra cabeza, hacen que andemos cabizbajos y pesarosos, que no  disfrutemos de lo que estamos haciendo en ese momento , que lo hagamos en peores condiciones y que el “ ahora” nunca sea un momento entre el ayer y el mañana.

El tiempo no es oro, es lo más preciado que tenemos, ya que, a diferencia del metal,  no se puede comprar, como bien señalaba Sampedro. Mientras el reloj inexorablemente  marca el paso, qué nos hace ser tan descuidados con lo único que merece la pena en nuestra vida cuidar, qué nos impide planificarnos mejor y dedicarle más tiempo a nuestras prioridades, antes que lamentar  no hacerlas.

Caminamos por la vida, sin pararnos a pensar qué otro modo de vivir habría para no permanecer en este bucle. En muchos de los casos que conozco esta necesidad vital  es tan obvia  que, simplemente al  poner la persona, sobre una hoja de papel, sus tareas prioritarias, ya les relaja el cuerpo y distiende la rigidez del cuello. Una vez plasmado en papel ya pueden verificar que  nos es cierto que no dispongan de tiempo, sino que o bien su mente les impedía entre tanto dato aclararse o que tienen ladrones del tiempo, que lejos de aportar nada acortan el día a pasos agigantados. La televisión y las personas tóxicas son algunos de sus principales exponentes. Si quiere pasar a modo “master” utilice una agenda, un soporte portátil que pueda transportar y consultar en cualquier lugar. Revíselo cada mañana. Sáquelo todo de su cabeza ya, descansará.

Para poder llevar a cabo una buena administración del tiempo es fundamental planificarlo y organizarlo, en primer lugar estableciendo prioridades, pero no sólo en el tiempo de trabajo sino en la vida cotidiana, además esta planificación debe ser realista, tiene que contar los desplazamientos, la necesidad de acoplarse a las distintas tareas y la parte de vida social o de interacción que tienen muchas de ellas. Para poder llevar a cabo esta planificación, hace falta establecer metas y objetivos previos y comenzar con una lista de tareas.

Establezca los roles que desempeña en su vida: individuo madre, padre, hermana, empleada, amiga, miembro de asociaciones, gerente… y distribuya a cada rol, metas, objetivos y resultados para  los siguientes 7 días.

En la ejecución de la planificación, se requiere ser responsable y flexible, puesto que en numerosas ocasiones primar la eficiencia puede ser contraproducente, si en su lugar, valoramos las relaciones y los resultados, estos pueden ser mejores aún no habiendo cumplido con todas las tareas. Suele  ocurrir porque muchas de las acciones que ponemos en marcha y las expectativas que depositamos sobre ellas, son terceras personas las que tienen el control y por lo tanto, la rigidez puede llevarnos a desmotivarnos y a claudicar cuando no se llevan a cabo.

La  organización semanal  es la más recomendable, proporciona una mejor visión que la diaria y además la vida de la mayoría  de nuestro entorno también se rige por esta medida.

Pronto se dará cuenta de que dispone de tiempo de sobra e identificará los hábitos que le impiden gestionar mejor su vida. De usted depende que sigan o no en su agenda.

A continuación les mostraré una herramienta útil para su análisis, la matriz de Covey y su explicación:

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En ella, los factores que definen las tareas son urgente e importante, ante lo urgente reaccionamos, cuadrante I, este agota y consume a muchas personas, este cuadrante crece hasta que domina. Las que  son urgentes pero no importantes, son prioridades y/o expectativas de otros, en caso de que nos dediquemos principalmente al cuadrante III o en el IV , la vida que llevaremos será irresponsable.Las personas efectivas, que llevan a cabo tareas que requieren proactividad, es decir, hacen que las cosas ocurran, se sitúan fuera del  III y IV, reducen el I y se sitúan en el II

Parafraseando a Drucker, las personas efectivas no se orientan a los problemas se orientan a las soluciones. Piensan preventivamente.

Steven Covey  también plantea estas dos interesantes preguntas:

– ¿Qué puede hacer usted, que no esté haciendo ahora y que, si lo hiciera regularmente, representaría una tremenda diferencia positiva en su vida personal?

– ¿Qué produciría resultados similares en su vida profesional o en su empresa?

Hágase estas preguntas y tome decisiones. Nunca es tarde para hacerlo bien.