Los tres hermanos

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LOS TRES HERMANOS

Tres hermanos se internaban todas las mañanas en el bosque a cortar leña. Cada día se turnaban para que uno de ellos se quedara en la cabaña y preparara la comida.

Un día, mientras el hermano mayor estaba solo en la cabaña, apareció un enano y le preguntó si podía comerse los restos del desayuno. El muchacho dijo que sí y el enano empezó a comer. De pronto dejó caer el pan y le pidió al joven que lo recogiera. Cuando este se inclinó, el enano lo golpeó con un palo en la cabeza.

A la mañana siguiente, el segundo hermano se quedó solo en la cabaña, y el enano volvió a aparecer. Le preguntó si podía comer los restos del desayuno y dejó caer el pan. Pidió al muchacho que lo levantara y, cuando este se agachó, lo golpeó con un palo.

Al otro día se quedó en la cabaña el hermano menor. El enano le preguntó si podía comer los restos del desayuno, y el joven le contestó: «Sí, sobre la mesa hay pan. Sírvete». Cuando el enano dejó caer el pan y le pidió al joven que lo recogiera, este le respondió: «Si no puedes arreglártelas con tu propio pan, no sobrevivirás. Recógelo tú». El enano le dio las gracias y le preguntó si le gustaría saber dónde encontrar a la princesa y el tesoro.

Robert Vil

Cortar por lo sano

 

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Alguna vez has sentido que estabas harto de tu entorno, que el aire se hacía irrespirable y necesitabas cortar por lo sano, cambiar de ambiente, renovarte, irte lejos. Te sobra y te molesta todo y no sabes cómo salir de ese bucle aunque ni siquiera te has planteado saber cómo has llegado hasta aquí.

Seguramente no has reparado lo suficiente en que todo lo que posees en esta vida es tiempo y a quienes se lo dediques o a lo que se lo dediques, marcará la diferencia. Por lo que si tú mismo no lo valoras, ¿por qué lo van a hacer los demás por ti?

Muchas veces crees que anteponer a tus propios gustos, preferencias y necesidades las de los que están a tu alrededor es un signo de altruismo y generosidad increíble pero cuando a veces te das cuenta de que este ejercicio no produce los efectos que a ti te gustaría, empiezas a generar ese malestar que te hará estallar.

En realidad que dediques tú  tiempo a los demás es una cuestión que puedes decidir hacerla en la cuantía que te plazca, la cuestión es si esa dedicación es elegida conscientemente o  está en realidad ocultando que no te dediques a ti mismo el tiempo que necesitas o que no lleves a cabo la toma de decisiones que necesitas en tu vida o que tu tiempo, no  lo estés valorando en su justa medida.

Es cierto que ocuparte en exclusiva de tus ocupaciones y preocupaciones no te llevará mucho más lejos puesto que éstas son ilimitadas y no te compensará dejar la utilidad de las neuronas espejo sin desarrollar, no trabajando tu empatía con los demás. Tu dedicación exclusiva conseguirá que  tengas una sensación de vacío, de insatisfacción constante y de falta de propósito en la vida.

Cualquiera de los dos extremos te hará que crezca ese malestar, tanto  no estar pendiente más que de ti mismo, como estarlo sólo de los demás, con la intención de no prestarte atención y tener que tomar decisiones, aprender a ser asertivo y a decir que no, pensando en tu salud y  valorar tu tiempo, que es lo único que de verdad tienes y del que apenas sabes cuánto vas a poder  disfrutar.

Antes de tomar una decisión radical, hay muchas opciones y oportunidades de grises que seguro que te ayudarán a construir un papel en el que te sientas protagonista por méritos propios. Busca una solución en la que te encuentres a gusto, si es lo que tú quieres y no lo que crees que a los demás les gustará o lo que esperan de ti o simplemente querer su aprobación o apreciación … seguro así, la podrás mantener frente a todo.

Hay pocas cosas que te hagan ser más infeliz que intentar agradar a todo el mundo.

De todas formas si sigues disponible para lo que quieran lo demás a cualquier hora, avisa yo también tengo tareas para ti. 😉