¿Dónde están tus llaves?

llaves

 

Es curioso observar a algunas personas cuando hablas sobre el poder de la sonrisa, es tal la incredulidad que sus gestos de sorpresa, de sorna  y de ironía se suceden incesantemente.

 Ser “happy” lo llaman ellos y lo desdeñan como si vestir esa seriedad que les caracteriza, ese pesimismo aplastante, ese mal humor  y esa queja continúa fueran el no- va- más de la atracción y la felicidad.

Inconscientes de su propio poder, ponen su estado interno al servicio de cualquiera que pase por su lado y decida con un comentario o un gesto amargarles el día.

Son acérrimos defensores de que uno no puede estar todo el día sonriendo, ni se puede ser feliz constantemente, que verlo todo de color de rosa es contraproducente y conlleva infinitos más riesgos que su apabullante “realismo”.

Además son combativos, cuando detectan que hay alguien así a su alrededor, positivo, no dudan en hacer de su acoso y derribo una misión, haciendo desde resúmenes de la situación mundial y nacional, hasta, en el caso de que no consigan su objetivo, no dudar en hacerles un resumen de lo que ellos consideran  que es su vida, haciendo que su película vital parezca más un drama que otra cosa.

Al principio entras en el juego e intentas convencer a la otra persona de que ver otra perspectiva de la vida o simplemente con ser agradecido la cosa cambia pero el esfuerzo es baladí, su malestar  le impide escuchar y su falta de recursos para salir de esa oscuridad es patente. Necesita ayuda.

De nada sirve que desde Darwin hasta ahora, asuntos tan a nuestro alcance como sonreír , estén abalados por cientos de estudios y teorías asegurando  que mejora la salud, alarga la vida,  aumenta las endorfinas y por ende te sientes mejor, reduce el estrés alargando  la vida e incluso te hace parecer más atractivo.

En este TED Talk Ron Gutman “ El poder  oculto de la sonrisa”,te desgrana muchos de estos ejemplos, no te lo pierdas.

Te dejo esta historia para que tú mismo saques tus propias conclusiones  :))

LAS LLAVES DE LA FELICIDAD

 

“En una oscura y oculta dimensión del Universo se encontraban reunidos todos los grandes dioses de la antigüedad dispuestos a gastarle una gran broma al ser humano. En realidad, era la broma más importante de la vida sobre la Tierra.

Para llevar a cabo la gran broma, antes que nada, determinaron cuál sería el lugar que a los seres humanos les costaría más llegar. Una vez averiguado, depositarían allí las llaves de la felicidad.

 

-Las esconderemos en las profundidades de los océanos -decía uno de ellos-.

-Ni hablar -advirtió otro-. El ser humano avanzará en sus ingenios científicos y será capaz de encontrarlas sin problema.

-Podríamos esconderlas en el más profundo de los volcanes -dijo otro de los presentes-.

-No -replicó otro-. Igual que sería capaz de dominar las aguas, también sería capaz de dominar el fuego y las montañas.

-¿Y por qué no bajo las rocas más profundas y sólidas de la tierra? -dijo otro-.

-De ninguna manera -replicó un compañero-. No pasarán unos cuantos miles de años que el hombre podrá sondear los subsuelos y extraer todas las piedras y metales preciosos que desee.

-¡Ya lo tengo! -dijo uno que hasta entonces no había dicho nada-. Esconderemos las llaves en las nubes más altas del cielo.

-Tonterías -replicó otro de los presentes-. Todos sabemos que los humanos no tardarán mucho en volar. Al poco tiempo encontrarían las llaves de la Felicidad.

 

Un gran silencio se hizo en aquella reunión de dioses. Uno de los que destacaba por ser el más ingenioso, dijo con alegría y solemnidad:

-Esconderemos las llaves de la Felicidad en un lugar en que el hombre, por más que busque, tardará mucho, mucho tiempo de suponer o imaginar…

-¿Dónde?, ¿dónde?, ¿dónde? -preguntaban con insistencia y ansiosa curiosidad los que conocían la brillantez y lucidez de aquel dios-.

-El lugar del Universo que el hombre tardará más en mirar y en consecuencia tardará más en encontrar es: en el interior de su corazón.

 

Todos estuvieron de acuerdo. Concluyó la reunión de dioses. Las llaves de la Felicidad se esconderían dentro del corazón de cada hombre.”