Hace muchos años decidí que el ejercicio físico debía formar parte de mi rutina por mucho que me costase y muchos planes sustitutivos que me inventase o me surgiesen. Lo trabajé en un proceso de coaching y lo conseguí.
A pesar de hacer ejercicio la comida y su gestión seguía siendo un tema pendiente. Demasiadas comidas basura a destiempo que me acostumbraban a los potenciadores del sabor y todo aquello que era sano dejaba en la misma proporción de ser sabroso y atractivo.
Son numerosos los estudios que vinculan la famosa recomendación de comer cinco frutas o verduras a lo largo del día con la salud mental. En el caso de la University of East Anglia su estudio demuestra el impacto definitivo que tiene la alimentación en los niños sobre todo en su salud mental.
De hecho en el estudio señalan que contrariamente a lo que se piensa la alimentación es para los pequeños más importante que el ambiente familiar incluso en los casos de presenciar discusiones o violencia familiar. Por si alguien no dimensionaba hasta ahora la importancia.
Hace tiempo que pedimos en Tres Cantos que los quioscos de prensa y aquellos lugares a pie de calle ofreciesen, de acuerdo con las fruterías cercanas, accesibilidad a fruta fresca y hortalizas, vendida en unidades.
Mi nuevo objetivo es hacer realidad a través de la alimentación esta maxima budista “Mantener el cuerpo en buena salud es un deber; de lo contrario, no podremos mantener nuestra mente fuerte y clara.”
¿Te apuntas?
