LA VACA Y LA ISLA
“En una isla exuberante de verdor vivía una vaca en soledad. Pastaba allí hasta la caída de la noche y así engordaba cada día. Por la noche, al no ver ya la hierba, se inquietaba por lo que iba a comer al día siguiente y esta inquietud la dejaba tan delgada como una pluma.
Al amanecer el prado reverdecía y ella se ponía de nuevo a pacer con su apetito bovino hasta la puesta del sol. Estaba de nuevo gorda y llena de fuerza. Pero, en la noche siguiente, volvía a lamentarse y a adelgazar.
Por mucho tiempo que pasara, nunca se le ocurría que el prado no disminuía y que no tenía por qué inquietarse de aquel modo.
Tu ego es esta vaca y la isla es el universo. El temor del mañana adelgaza la vaca. No te ocupes del futuro. Más vale mirar el presente. Tú comes desde hace años y los dones de Dios, sin embargo, no han disminuido nunca. «
Lo repetimos incesantemente, lo escribimos , decimos, pensamos pero en cuántas ocasiones lo llevamos a cabo…
Este cuento sufí me sirve de base para la reflexión que os propongo para el fin de semana: disfrutar del momento.
Son muchos los libros de filosofía oriental que he leído y coincido con alguno de ellos en que toda esta lectura, requiere mucha práctica.
Es tan difícil parar y comprobar que tu mente y tu cuerpo, necesitan paz interior y concentración, y que una estupenda inversión será prestar atención a tu respiración y disfrutar de lo que estés haciendo en ese momento, que supone gran consciencia y duro entrenamiento.
Es un sentimiento extraño, ir contracorriente, no perseguir lo inmediato, la acción, sobrepensar…dejar la adicción a todo lo que se consume instantáneamente.
A veces nos sorprendemos a nosotros mismos cuando prestamos atención a cosas tan básicas como lo que comemos, lo que vemos, olemos o bebemos, qué texturas tienen, a qué saben o huelen, deleitar con ello todos nuestros sentidos, en lugar de hacerlo a la vez que miles de cosas, hablando, viendo la televisión, leyendo o pensando en nuestras cosas.
Esas, nuestras cosas, las que pensamos ocurrirán mañana, son las que nos impiden disfrutar del día de hoy, de este momento…
Damos por hecho que podremos disponer de mañana, aunque no tengamos ninguna constancia de ello y eso es lo que nos evita ver que sólo somos presente y hace que cualquier evento futuro nos descoloque, desespere o exaspere. Esa buscada ansiedad…
No dejes que tu mente vaya más lejos del próximo segundo, del próximo minuto. Agradecer todo lo que eres, lo que haces y lo que tienes, mira a tu alrededor, escucha, será un buen comienzo para ralentizar tu mente y poder inspirarte en todo lo que tienes a tu alcance, sin más.
¿Cuántas veces lo has pasado mal con antelación, construyendo pesadillas y preocupaciones?
Recuerda que hoy es el mañana que tanto te preocupaba ayer y, total ¿ha sido para tanto?
Disfruta de cada segundo hasta que nos volvamos a ver…
foto:loasturiano