Guille

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Esta tira de mi admirada Mafalda ha sido una de las que ha perdurado durante años en mi memoria. Seguramente no es la más ingeniosa, ni la más conocida pero a mí me impactó,  y  hoy me gustaría reflexionar sobre ella.

 guille

Una de las cosas con las que más disfruto de las personas con las que trabajo es viendo como consiguen pasar de víctimas a protagonistas  de sus  propias vidas, sintiéndose y viéndose cada vez más capaces, más responsables y más fuertes para lidiar con las cuestiones que nos plantea la vida a diario.

En muchos de estos casos, observo como patrones y creencias establecidas en la infancia se incrustan en nuestra forma de pensar, haciéndonos adultos biológicamente pero dejándonos ser inmaduros emocional o intelectualmente.

Una de las cuestiones más interesantes para observar es cómo se traslada a la madurez  el concepto de  responsabilidad que cada uno vamos modelando  a lo largo de la vida.

Cuando somos pequeños nuestra socialización, a veces nos hace relacionar “ser responsable” con “ser culpable” y muchos de nosotros aprendemos a ocultar esto hablando de manera impersonal “se cayó”, “se rompió”, o culpando a otros de nuestros propios actos “alguien le pegó”, “le insulté porque él lo hizo primero”. Desde que se “hizo solo” hasta que “lo hice sin querer”, nuestro periodo infantil es un continuo pasar la pelota para no admitir la realidad de nuestra autoria, practicando el lenguaje de la irresponsabilidad.

 Un sinfín de justificaciones y excusas que esgrimimos y que sólo consiguen  que  no asumamos nuestra intervención en la acción. Esto que puede parecer inocuo, hace que muchas personas mantengan este patrón durante toda su vida, viéndose incapaces de sentirse a los mandos, y que continúan justificando lo que hacen con meras excusas externas.

“Fumo porque estoy nervioso», como si estar nervioso no dependiese de uno mismo o no pudiese derivar en otras miles de opciones para acabar con tus nervios.

“Estoy deprimido porque me dejó tal” como si esa otra persona tuviese el poder de deprimirte sólo con dejarte o tú no tuvieses una parte activa y otras miles de opciones para reaccionar.

El no sentirte protagonista  y pensar que cualquier excusa es buena, te lleva a no ser responsable y buscar justificaciones externas , algo que implicaría admitir que tu hábito de fumar es mayor que tu motivación para dejarlo y que te ves incapaz de hacerlo en lugar de achacarlo a un estado determinado. ¿Te pones nervioso porque quieres fumar o fumas porque estás nervioso?

Creer que no puedes reaccionar más que de una manera automática te hace sentirte al albur de los acontecimientos con los que te sorprende la vida y  pensar que tus estados emocionales,  sólo tienen motivaciones externas y no un origen en ti.

Si aprender a reaccionar como  tú quieres y no automáticamente, empezarás a sentirte poderoso y a ver que controlas la parte que depende de ti y de tu actitud, sin negar las influencias externas pero sabiendo que es bastante  más de la que piensas.

¿Quién es responsable de la caída de Guille?

1) Quien fabricó los dulces

2) Quien los compró

3) Quien  fabricó la silla

4) Quien la dejó a su alcance

5) Quien  le dejó solo

6) Quien le deje ser víctima, compadeciéndole

7) Guille

Yo lo tengo claro ¿y tú?

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