
En cuántas ocasiones te has planteado si el personal de tu organización es un activo o un pasivo. De esta clasificación dependerá en gran medida el avance de tu compañía y que consigas convertirla en su mejor versión.
La literatura acerca de los distintos medios de conseguirlo es vasta pero que se siga dando vueltas y aplicando lo mismo desde mucho antes de Peter Drucker, hace que a pesar de todos los gurús y sus consejos, no lleguemos a ninguna tierra prometida.
El futuro de tu empresa y el potencial de tus empleados están unidos para lo bueno y para lo malo y tratar a todos con el mismo rasero o con tips de management, sin preguntar, ahondar o investigar es un café para todos que te mantendrá ocupado y a veces te liberará de la carga de no haber hecho nada pero los réditos, distarán mucho de ser los óptimos.
En toda organización, lo importante y lo imprescindible son las personas, que no sólo viven de pan, es decir, cuando sus necesidades económicas están satisfechas, a partir de las manidas y básicas, los incrementos, tienen la eficacia que tienen y en muchas ocasiones incluso llegan a dar la impresión de ser un lenitivo para la explotación horaria a la que se somete a los empleados.
Muchas de las personas en sus lugares de trabajo no se encuentran comprometidas porque tienen la sensación, a veces bastante fundada, de que son consideradas cargas, obligaciones, máquinas que alimentar con dinero o amenazas, que no importan y a las que ni siquiera se escucha con la excusa de la falta de tiempo.
Sólo se pone remedio temporal, en el mejor de los casos, cuando los datos arrojan una tasa de reemplazo tan alta que se refleja en el balance. ¿Por qué las personas abandonan una organización?, ¿habéis preguntado alguna vez esto a vuestro empleados?
La falsa realidad que vivimos fruto del ambiente que ha creado esta crisis económica, hace que las condiciones en las que las personas trabajan en la actualidad, probablemente sean las peores para hacerlo en años. Creyéndose sometidas a un escenario negro en el que fuera de su trabajo no existe nada y por lo tanto cualquier oferta es aceptable. ¿Qué ocurrirá cuando todo mejore?, ¿cómo será la tasa de reemplazo entonces?
Muchas empresas comprometidas, tienen muy perfeccionado el proceso de adquisición de talento pero, ¿y el de mantenimiento? Se pueden permitir que esto ocurra…
Alguien se ocupa de conocer cuáles son los sueños de los empleados, lo que les hace estar motivados, lo que les hace defender y contribuir definitivamente a esa corporación, dedicándole su más preciado bien, su tiempo.
Se molesta alguien en buscar los soñadores de las empresas, a los entusiastas, antes de que se agoten o se marchen, ofrecerles que tengan un coach, potenciarlos y entrenar a los que sí son capaces de trasmitir un fin y un propósito dentro de su trabajo diario para entusiasmar a los demás en sus tareas.
Mostrarles que no son pasivos de esa empresa sino activos, que importan, que merece la pena invertir en ellos. Que necesitan un mantenimiento y un entrenamiento que les haga tener herramientas para ser su mejor versión ayudar a los demás a serlo también.
Tú decides, si tus empleados, son o no, una buena inversión. O quizá piensas seguir sin verlo, deshojando la margarita…
foto:estudiodelactivoydelpasivo
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