Aquelarre, ¿sí o no?

aquelarre

 

En una sala de espera, los minutos parecían horas, era tan pequeño el espacio que se hacía inevitable entablar conversación. Cinco personas, llega alguien que conoce a una de las otras cuatro. Comenzaban una animada charla acerca de la prisa que la persona tenía, entre las razones, debía atender a  su pareja.

Los nervios hicieron su aparición, insistentemente uno tras otro iban mirando el reloj, miraban hacia arriba, suspiraban y movían sus piernas y pies incansablemente, incluso a alguien que con sus dedos repiqueteaba en el brazo del sillón.

La conversación que empezó, y que tenía como argumento las necesidades de ayuda de la persona, era alimentada por todas  las demás, que intervenían sin tener apenas información y pensando sólo en ellas, comenzaban a decir, “ que se lo haga ella/él ”, “no sabe hacer nada”, “no puede vivir sin mí”, “estoy sacrificado/a todo el santo día”, “soy su esclavo/a”, “ahora me pasará algo por ir tan deprisa” “no tengo tiempo para mí”…

Los “invitados” a la reunión no dudaron en ir incrementando sus críticas hacia la pareja de la persona que hablaba, por sus caras yo pensé que tenían en mente a alguien en concreto de su alrededor y con esa inspiración se enfocaban en la persona, para  así liberarse de  sus propios pensamientos.

 

¿Qué podemos hacer ante tal aquelarre?

 

Ahora lo he integrado y practicado a raíz de mis aprendizajes y entrenamientos cotidianos,  pero aquella vez  fue instintivo, no podía lidiar con tal cúmulo de emociones y comentarios negativos, que iba subiendo como el suflé.

Le pregunté a la persona en cuestión, ¿qué le había hecho compartir su vida con esa persona? Entonces todo cambió, de repente, con una pregunta, como casi siempre…

La persona empezó a desgranar los cuidados, mimos y atenciones que había recibido de su pareja durante años, cómo se habían apoyado en los malos momentos y cómo habían disfrutado de los buenos, lo duro que, entre los dos, habían trabajado para  sacar una familia adelante, de la que estaban profundamente orgullosos.

Decidí entonces seguir ahondando en esas experiencias positivas, haciendo que la persona las enriqueciera con detalles y se dejase absorber por ella. Le invité a pensar en ambas emociones y a valorar cuáles pesaban más, esa experiencia negativa con la que llegó y que estaba alimentando o todas esas experiencias positivas que tenía en su vida. La persona orgullosa de sus logros y de su historia, se transformó, su cuerpo se abrió, su sonrisa apareció, sus ojos miraban con un brillo especial hacia arriba y la tensión de aquella pequeña habitación se esfumó.

De repente todo el mundo se contagió y  empezó a excusar sus anteriores opiniones amoldándolas a esa nueva versión de lo que había sido su vida. Enfocando en la cantidad de experiencias positivas que había vivido y vivía y que pasaba por alto a menudo, insistiendo en rememorar devastadores resúmenes negativos,  una y otra vez.

Todavía recuerdo una frase de un texto del gran Milton Erickson que ante un paciente que le decía convencido  “ya no quiero a mi mujer», él replicó, “ pues vaya y quiérala”.

Depende del resumen que hagas, así será tu historia.

 Tú decides, si aquelarre o no.

Buen fin de semana!!! 😉

 

 

¿Tienes tu dis-POSITIVO?

 

movilsmily

Si estamos dispuestos a romper con nuestros hábitos negativos: hablarnos mal, hacerlo sobre los demás, sobre problemas, recordar cosas tristes, enfadarnos, compararnos, etc, vamos a necesitar hacer acopio de grandes dosis de energía para impactar definitivamente en el 65%  de agua que es aproximadamente nuestro cuerpo y cambiar las vibraciones.

Por cierto, si quieres observar la belleza de este impacto de manera gráfica te invito a que pinches en este link y veas el documental de Masaru Emoto sobre “ Los secretos ocultos del agua” no te dejará indiferente.

La psicóloga Bárbara Fredrickson, asegura que para alcanzar la felicidad, la clave es aprovechar las emociones positivas y considerarlas “impulsoras de recursos”.

Las 10 emociones que Friedckson desarrolla en su libro “Positividad” son, como resume en su blog Happynewcomer: Alegría, gratitud, serenidad, interés, esperanza, orgullos, diversión, asombro y amor.

A raíz de esta relación y teniendo en cuenta los planteamientos de Seligman, lo que he aprendido en Programación Neurolingúística y mi pasión por la tecnología, os propongo que hagáis de  vuestro smartphone, tablet u ordenador un DIS- POSITIVO.

Todos esos Gigas de almacenamiento que rápidamente llenamos, hagamos que trabajen en nuestro favor, almacenemos felicidad, nuestras emociones positivas impulsoras. Guardar  estos momentos positivos te puede ayudar a optimizar tu vida, no los subestimes. Recurrir a ellos en el futuro será de gran ayuda.

Elige la aplicación que prefieras para almacenar imágenes, música y  notas y abre diferentes carpetas o temas para cada emoción positiva de las propuestas. Piensa en cada una de ellas y relaciónala con un momento de tu vida, una persona, música, una imagen o un pensamiento, sé lo más descriptivo posible, lo que ves, todo, colores, formas, lo que oyes, lo que sientes, grábalo. A partir de ahora recuerde hacerlo con lo que te ocurra y le produzca estas emociones, moléstate en guardarlas, merece la pena.

 «Alegría – Piense en la experiencia más positiva y memorable que ha tenido. Una vez que se sintió seguro, feliz y cómodo. Esto fue probablemente un momento en el que experimentó la alegría. Alegría viene de experiencias agradables y eleva nuestro bienestar en el que sentimos la luz y es vibrante.

Gratitud – Esto implica una emoción o actitud de agradecimiento en el que reconocemos algunos beneficios que hemos recibido. La gratitud puede girar en torno a cualquier cosa con la que te sientes agradecido por algo o alguien que haya estado o dado  en su vida.

Serenidad – Esta emoción llega cuando las cosas van bien. Puede experimentar un estado de paz y tranquilidad. Su mente no está inundada de preocupación, y es capaz de sentarse y relajarse. Serenidad proviene de esos momentos de quietud y calma en la que sólo puede “ ser”.

Interés – Es estar con ganas de aprender más y descubrir nuevas cosas fascinantes. Interés viene de ser curioso o participando en algo. Es un estado de intriga y asombro, donde usted quiere saber más y se lanza hacia un objeto de interés. Cuando se sienta interesado, y  abierto a nuevas experiencias y tener un deseo de explorar el mundo que te rodea.

Esperanza – Se trata de una creencia y sensación de que las cosas salgan mejor. Es saber que nuestros problemas actuales no son permanentes y que el futuro sigue siendo prometedor a pesar de las circunstancias difíciles. Una persona esperanzada cree que obtendrá las cosas, y no importa lo terrible de las circunstancias mantiene fe en que las cosas van a cambiar.

Orgullo – Esto viene de sentirse digno e importante en lo que uno hace o logra. No se trata de tener una abrumadora sensación de satisfacción, pero es tener algo terminado que es socialmente valorado y por lo que se siente orgulloso. Puede venir de un propósito del sentido que le damos y el significado de nuestros logros, esto ofrece un aumento de la confianza para expandir la fe en nuestro potencial para hacer grandes cosas.

Diversión – Cada vez que experimentamos situaciones divertidas, humor, con los demás nos sentimos divertidos. Podemos obtener entretenimiento  por reír con los demás con una broma divertida, viendo un cachorro o jugando un juego o una actividad divertida . La diversión nos ayuda a construir relaciones con los demás.

Inspiración – Esto viene de vivir una experiencia muy conmovedora y edificante, tales como los momentos en la vida cuando vemos la verdadera bondad o cuando alguien pasa por encima y más allá de lo ordinario. Hazañas asombrosas del intelecto, fuerza, agilidad y puede conducir a la inspiración. Un instante de excelencia puede ser un momento de inspiración.

Asombro – La noción de ser impresionado viene de sentir reverencia hacia algo muy poderoso y que cause admiración. Fredrickson señala que esto puede venir de experimentar fenómenos naturales, como el Gran Cañón, una hermosa puesta de sol, o el romper de las olas del mar. También puede provenir de maravillosas  creaciones de arte o desarrollos muy impresionantes. Estos son los momentos en los que nos damos cuenta de lo pequeño y ordinario que realmente son comparados con la inmensidad del mundo que nos rodea.

Amor – El amor es la recopilación de todas las emociones anteriores. En general, el amor tiene que ver con un sentimiento de afecto y el apego personal, es cuando tenemos un sentimiento muy positivo de conexión hacia otra persona. Esta sensación puede ser mejorada al ver que alguien realiza una hazaña increíble, riendo y divirtiéndose juntos. El amor es una amalgama de todos los estados emocionales que se reúnen a lo largo de nuestra vida.»

Cuando ya tengas hecha esta tarea, podrás recurrir a esta base de datos, siempre que necesites cambiar tu estado interior, si te abaten las emociones negativas, el miedo, la tristeza, la ira… siempre te podrás beneficiar de tu almacenamiento de emociones positivas, volviendo a ellas y rememorandolas, con los cinco sentidos, las veces y el tiempo que requieras para modificar tus sentimientos.

Esto no sólo repercutirá en ti sino que «cuanto más feliz y satisfecho estés con tu vida, más podrás dar a los demás», palabra de Martin Seligman.

¡¡No desaproveches tu dispositivo!!

¡¡¡Buen fin de semana!!!

Tu huella positiva

huella

¿En qué nos ayuda tomarnos demasiado en serio la vida?

Parece que en determinados momentos, sobre algunos temas y dependiendo de con quién estés y  lo que hagas, la vida debe tomarse a palo seco, con seriedad, sin sentido del humor.

Cada paso parece ser tan trascendental y todo tan serio que cualquier atisbo de sorna o chanza se señala como algo extemporáneo, irresponsable y a erradicar.

Quiero compartir a modo de ejemplo  mi experiencia , lo que años de dedicación política seria, en busca de la justicia, hicieron conmigo y con mi entorno.

Desde que recuerdo, siempre mi comunidad y mi alrededor han sido para mí, una preocupación constante. El cambio y el progreso, una obsesión por colaborar en conseguir un mundo cada vez mejor para más personas. Si el fin era y sigue siendo loable lo que ahora, con el tiempo vislumbré, no tan adecuado, fue el método.

Con mis años de ciencia conseguí dar demasiada importancia a los datos y a los números, que pensé como reza el Principito ”gustaban a los mayores”. Porcentajes, comparaciones, reglas, progresiones, de todo para intentar hacer ver a los demás si todo en lo que invertían y adeudaban era digno de tal esfuerzo económico. Conseguí agotar mi vital visión optimista.

Con la justicia como uno de los valores principales en mi escala y haciéndolo erróneamente depender en gran parte de mí, la lucha era diaria, intestina, agotadora y fútil.

Todo mi esfuerzo en presentar un panorama sistémico y relacionado con todo tipo de argumentos, era entendido como un tótum revolútum que según quién, había que abordar fragmentado, “como se había hecho siempre”. Nunca llegué a entender cómo se puede hacer tal cosa y después argüir “daños colaterales”.

Recordando todos mis desvelos por conseguir el cambio empujando con mis datos desde fuera, ahora creo que si no me hubiese tomado todo tan en serio y hubiese conseguido no escorar, por mi impotencia, mi sentido del humor, hubiese conseguido más.

Mis descripciones apocalípticas trufadas de datos, que por desgracia se han hecho realidad, no conseguían más resultado que el rechazo frontal de las personas. Leyendo a Goleman he descubierto el porqué.

“Centrarnos en lo negativo desemboca en el desaliento y la falta de compromiso. Y es que en el momento en que se ponen en marcha los centros neuronales que se ocupan del estrés, nuestro centro de interés pasa a ser el mismo estrés y el modo de aliviarlo”

Realmente necesitaba un cambio de visión de 180·, una visión más positiva, que ilusionase, en aquellos momentos creo que era incapaz de hacerlo. Esto que yo viví hace años ahora compruebo que lo experimentan muchas más personas.

Esta sensación negativa que consigue captar tu atención permanentemente tiene un valor motivado limitado puesto que  lo primero que persigue la mente es el modo de cambiar ese estado y se acaba ignorando. Produciendo el efecto contrario.

“La negatividad-explica Goleman- circunscribe nuestra atención a un rango muy limitado, aquello que nos perturba”. De hecho afirma que la mejor receta para la depresión consiste en centrar la atención en los aspectos negativos de la experiencia.

Pero no sólo conseguí hacerme eso a mí misma, cerrando  mi mente a las nuevas oportunidades y soluciones, sino que a base de debatir y pensar y repensar conseguí trasladarlo a mi entorno, haciendo crecer en ellos el sentimiento de que si no se preocupaban y compartían mi visión, estaban haciendo un flaco favor a la sociedad.

Años después he descubierto que “las emociones positivas abren el foco de la atención, permitiéndonos  captarlo todo. Es cierto que cuando contemplamos las cosas con una actitud positiva, nuestra percepción cambia”. Incluso como asegura la psicóloga Bárbara Fredickson “cuando nos sentimos bien nuestra conciencia se expande desde nuestro foco egocéntrico habitual, centrado en el  “mí”, hasta un foco más inclusivo y cordial centrado en el “nosotros”.

A partir de entonces pude resetearme de nuevo, volver a cargar mis programas de serie, mi pasión por las personas y mi creencia en que todos podemos ser y hacer cosas extraordinarias. Comprendí la importancia de centrarme en las fortalezas de las personas, de los temas, de todo y avanzar desde allí.

Movilizando nuevas ideas, planes, personas. Alentando la práctica y el aprendizaje conseguí en poco tiempo estar en forma de nuevo. Entiendo que la supervivencia pasa por tener en cuenta lo negativo pero ahora las proporciones entre esto y lo positivo están en mí,  mucho más equilibradas.

Si yo lo he conseguido, tú también  puedes.

¿Quieres comenzar tu viaje?