¿ERES UN SOMBRERO NEGRO?

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Seguro que habéis asistido a una reunión de trabajo, familiar, de amigos en la que tú mismo o alguien de alrededor lanza una idea y de repente se establece un disputado turno de palabra para opinar sobre ella. Resaltando todo lo negativo que puede implicar.

Es cierto que la cultura occidental está preparada para ser reactiva y mientras nos callamos y disimulamos cuando se piden propuestas, estamos prestos a sacar nuestro bolígrafo rojo para poner peros en cuanto hay una encima de la mesa, cuando no es nuestra claro.

Con ese proceder, muchas de las personas que tienen o tendrían ideas en la mayoría de las situaciones, no están dispuestas a somerterse a esa tortura devastadora, prefieren no hablar u opinar ante tamaña sangría. Perdemos ideas, propuestas, talento…

Me encanta la denominación de “Sombrero negro” que hace Edward de Bono en su libro “Seis sombreros para pensar” cuando habla de la utilidad de hacer juicios negativos en el proceso del pensamiento, tratando de poner a prueba cuestionando  la propuesta y que realmente considero necesarias, aunque también afirmo que en esta práctica, muchas veces caemos la complacencia negativa.

Destruir es más fácil que construir, así que cuando criticas viendo sólo lo negativo, no te creas tan listo. Sólo consigues esa ficticia satisfacción inmediata de encontrar un fallo, que a veces te hace sentirte incluso superior. Cayendo en la necesidad contínua de tener algo que «criticar» para sentirte útil.

Quiero que sepas que es mucho más fácil ver defectos que virtudes y por lo tanto si estás en ese equipo, tienes mucha competencia. Además una vez que tu química cerebral por repetición sólo ve esto, lo reduce a una cuestión de supervivencia:miedo y seguridad, es difícil cambiar  y tendrás que practicar mucho más ver lo positivo.

Seguramente estarás acostumbrado a hacer descripciones certeras y detalladas de los problemas pero no estarás en el equipo de las soluciones y de la creatividad. Por lo tanto si estás dispuesto a cambiarte de equipo prueba a ver primero los aspectos positivos de lo que te propongan para poder avanzar y mejorarla. Y después ponlos a prueba.

Ser exclusivamente un «sombrero negro» déjalo para los hackers que colapsan servidores, rompen sistemas de seguridad de ordenadores y redes y utiliza tus habilidades y capacidades para construir. Sé diferente. Construye.

¿TU VIDA ES UN CHACHACHÁ?

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El chachachá es un ritmo creado en Cuba a partir del danzón y el son en los años 50. El nombre de chachachá, es debido al sonido que los bailarines producen al arrastrar los pies por el suelo al bailar. El nuevo ritmo se hizo muy popular en las salas de baile, porque el ritmo no era ni muy rápido ni muy lento, era un ritmo intermedio fácil de seguir.

En uno de los movimientos de este baile en el que puedes avanzar por toda la pista de baile se da un pequeño paso hacia atrás y en ese pequeño paso pongo hoy el foco.

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Ninguno de nosotros alcanza su meta con un sólo paso, la mayoría de los retos que nos fijamos conllevan tiempo de esfuerzo para construir hábitos, redes neuronales, superar nuestra propia inercia a los automatismos de siempre y por ello, algún que otro bache emocional y un poco de desesperación.

Dejamos de fumar y fumamos un cigarro, decidimos correr y nos duele un día la rodilla y dejamos de hacerlo, comemos una hamburguesa y dejamos la alimentación sana, nos decidimos a aprender un idioma y el primer día que no vamos a clase, nos damos de baja, nos proponemos ser amables y al segundo bufido nos sale el primitivo. Todo ello aduciendo que no somos capaces, que nos supera, que nunca conseguiremos hacerlo, que nos sentimos fatal. Una serie de pensamientos tóxicos que acabamos vinculando a estas metas y que ya hace que, el simple hecho de pensar en ellas nos ponga a la defensiva, multiplicando nuestras excusas. Me gusta fumar, me merezco esta hamburguesa, total yo no necesito saber inglés en mi vida, no es tan importante estar en forma, es la gente la que me pone de los nervios…

“Los que renuncian son muchos más que los que fracasan” – Henry Ford

Nadie recoge lo que siembra si no ha procedido antes a ello y además no sólo debe pasar por la siembra, si no que ese cultivo requiere de todo su mimo y cuidado hasta que es recolectado, a pesar de estar sometido a cuestiones como el clima que ni siquiera podemos prever.

Imaginaos a cualquier deportista, a nuestro admirado Nadal que al primer punto que perdiese empezase a dar raquetazos, a quejarse y a regalar el partido a su oponente. Que sus temporadas sin títulos hubiesen hecho que se retirase del tenis, algo lógico según algunos “habiéndolo ganado todo.”

La motivación y el impulso no pueden estar en los demás porque entonces te servirán todas esas excusas que cuentas, pero a ti mismo no te engañas. Sin embargo tu determinación y esfuerzo te harán invencible.

A quienes nos apasiona despertar el talento en las personas, no nos son ajenas las dificultades por las que se pasa, la determinación que hay que tener, lo diferente que hay que ser a todos los demás para reconocer que somos falibles y perfectibles y poner toda nuestra energía en conseguirlo. Todo porque cada día pasamos por ello, por mejorar continuamente  y por eso entendemos la complejidad de entrenar sin desfallecer cuando todo parece jugar en contra. Creeme, en poco tiempo, todas esas recompensas, cuando vences, acaban acompañándote y motivándote para siempre.

Cuando has tomado la decisión, ¡ya estás en ello! aunque de repente flaquees y parezca que retrocedes, no es así. Hazte a la idea de que es un pasito atrás más del cha-cha-cha de la vida, etiquétalo como una forma de tomar impulso y de reforzar ese tesón para conseguir tu meta. Ya no eres el mismo que empezó, sabes mucho más y has conseguido sobre ti muchas más victorias. No te quites mérito. No partes del mismo lugar.

Las organizaciones tienen «planes de contingencia» por si algo sale mal. Baraja la posibilidad de que algo ocurra y cómo vas a reaccionar con tiempo. Antes de empezar,    ten en cuenta que a veces nos estancamos o retrocedemos y que existe la posibilidad de ese pasito atrás pero que no va a significar que si sigues adelante, no  cumplas tu propósito.

No te rindas, nadie alcanzó la otra orilla sin nadar o sin haber encontrado un puente.

Nadie deja de llegar a conseguirlo cuando se lo propone.

Tú, ¿vas a seguir bailando para celebrarlo antes o después, o te vas a rendir?

Por si acaso te dejo cómo…;)

El traje nuevo del jefe

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Conoce usted a  un  CEO, Jefe, Alcalde, Presidente, en definitiva alguien que tenga poder y lo ejerza en una organización o incluso lo es. ¿Ha pensado alguna vez cuál es una de  las cuestiones  más importante a las que se enfrenta?¿ha reflexionado sobre la información que le llega de los demás y el porqué?

 Hace tiempo que escucho y leo sobre los problemas que surgen en las organizaciones desde el punto de vista de los empleados y que tienen como punto de inicio la información que se les filtra a los prebostes.

Mientras rumiaba este tema, esta semana, han caído en mis manos varios documentos que me han ayudado en la reflexión. El primero de ellos ha sido un artículo en la revista TIME titulado  “The biggest problem with being a CEO” , que os dejo y el segundo un capítulo del libro “Focus” de Daniel Goleman  “Vernos como los demás nos ven”.

Automáticamente de su lectura recordé el fantástico cuento de Andersen, que para mí refleja estupendamente la cuestión “El traje nuevo del emperador”.

Algunos de los argumentos, con respecto a la posición, que leí, han sido:

“Es común para los CEO rodearse de personas que filtran la información negativa”.

“El presidente de una compañía ya sea grande o pequeña está aislado por su posición” Peter Drucker

Una de las soluciones propuestas por Drucker, sobre  de la que éste más tarde se volvió escéptico era “dejar el despacho y mezclarse con la organización  para ver con sus propios ojos que ocurría”, acabó desestimando esto y considerándolo una pérdida de tiempo, puesto que “inducía a una falsa sensación de seguridad”  creyendo que la información que obtenían es toda la que existía y no la que, intencionadamente, les proporcionan.

Algunas de las ideas propuestas a partir de aquí, son :

“No sólo tolerar el disenso dentro de la organización sino recompensarlo”, algo que expone incluso con respecto a recompensar el fracaso Jean Claude Biver, CEO de Hublot.

“Forjar cadenas de mando lo más cortas posibles, porque cada eslabón dobla el ruido y acorta el mensaje a la mitad “

Y finalmente  “salir completamente de la organización y ver lo que está ocurriendo en el mercado, hablar con tus clientes”

Lo que me llamó la atención de la información proporcionada por el artículo y  “The Drucker Institute”,  que complementa el libro de Goleman es el tipo de líder que se requiere, que no de jefe, que inspire la suficiente confianza como para que, lo que no va tan bien en la compañía o necesite atención le sea planteado sin miedos.

Ampliar la perspectiva con respecto a nuestra imagen, a cómo nos ven  los demás y lo que sabemos sobre nosotros mismos, evitando las generalizaciones, eliminaciones y distorsiones que se producen por  las opiniones, comentarios y actos, de unos pocos, es  fundamental para el CEO.

El poeta Robert Burns lo reflejó en unos versos:

¡Ah, si nos fuera dado el poder

de vernos como los demás nos ven!

De cuántos disparates y necedades nos libraríamos!

 Si estás en esta posición, quieres comenzar a trabajar esto y no sabes cómo, pide a alguien en quien confíes con toda la humildad y comprensión de la que seas capaz,  que te cuente tu propia vida. Empieza por escuchar cómo los demás te escuchan.

El autoconocimiento es la llave, y el coaching puede ser tu guía, una persona en  la que puedes confiar, un entorno seguro para tratar cuestiones que no quieres contar a nadie cercano, ni siquiera a tus familiares y que te va a hacer crecer.

 La valentía de no descartar lo negativo y menos halagador de nosotros mismos que sabemos debemos trabajar y entrenarlo con ahínco e interés es, a mi modo de entender, la clave para poder transmitir con naturalidad y claridad lo que queremos en nuestras organizaciones,. De otra forma,  seguiremos siendo “Emperador@s desnud@s”.