
Quiero dejaros para el fin de semana un cuento, «Obstáculos» de mi admirado Jorge Bucay, la selección que hago de lo que leo y que me gusta compartir con vosotros, es lo que más me inspira.
Espero que a vosotros también os ayude en vuestro camino…
Cada vez estoy más convencida que a través de las historias y las metáforas interiorizamos mejor lo aprendido y podemos buscar soluciones a cuestiones que, como analogías, podemos resolver en nuestro desarrollo y nuestra vida..
Leed el cuento una primera vez sin deteneros, buscando la enseñanza principal, lo que os evoca, pero no os perdáis una segunda lectura, de cada frase, deleitaros en sus posibilidades.
Cada frase de este cuento encierra una enseñanza, una interpretación, que seguro nos hace avanzar un poco dentro de nosotros…
OBSTÁCULOS
Voy andando por un sendero.
Dejo que mis pies me lleven.
Mis ojos se posan en los árboles, en los pájaros, en las piedras. En el horizonte se recorta la silueta de una ciudad. Agudizo la mirada para distinguirla bien.
Siento que la ciudad me atrae.
Sin saber cómo, me doy cuenta de que en esta ciudad puedo encontrar todo lo que deseo. Todas mis metas, mis objetivos y mis logros. Mis ambiciones y mis sueños están en esta ciudad. Lo que quiero conseguir, lo que necesito, lo que más me gustaría ser, aquello a lo cual aspiro, o que intento, por lo que trabajo, lo que siempre ambicioné, aquello que sería el mayor de mis éxitos.
Me imagino que todo eso está en esa ciudad. Sin dudar, empiezo a caminar hacia ella. A poco de andar, el sendero se hace cuesta arriba. Me canso un poco, pero no me importa.
Sigo. Diviso una sombra negra, más adelante, en el camino. Al acercarme, veo que una enorme zanja me impide mi paso. Temo… dudo.
Me enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente. De todas maneras decido saltar la zanja. Retrocedo, tomo impulso y salto… Consigo pasarla. Me repongo y sigo caminando.
Unos metros más adelante, aparece otra zanja. Vuelvo a tomar carrera y también la salto. Corro hacia la ciudad: el camino parece despejado. Me sorprende un abismo que detiene mi camino. Me detengo. Imposible saltarlo Veo que a un costado hay maderas, clavos y herramientas. Me doy cuenta de que está allí para construir un puente. Nunca he sido hábil con mis manos…
Pienso en renunciar. Miro la meta que deseo… y resisto.
Empiezo a construir el puente. Pasan horas, o días, o meses. El puente está hecho. Emocionado, lo cruzo. Y al llegar al otro lado… descubro el muro. Un gigantesco muro frío y húmedo rodea la ciudad de mis sueños…
Me siento abatido… Busco la manera de esquivarlo. No hay caso. Debo escalarlo. La ciudad está tan cerca… No dejaré que el muro impida mi paso.
Me propongo trepar. Descanso unos minutos y tomo aire… De pronto veo, a un costado del camino un niño que me mira como si me conociera. Me sonríe con complicidad.
Me recuerda a mí mismo… cuando era niño. Quizás por eso, me animo a expresar en voz alta mi queja: -¿Por qué tantos obstáculos entre mi objetivo y yo?
El niño se encoge de hombros y me contesta: -¿Por qué me lo preguntas a mí?
Los obstáculos no estaban antes de que tú llegaras… os obstáculos
los trajiste tú.
Os dejo una pequeña muestra de preguntas sobre las que podéis indagar:
Tú, ¿andas o esperas sentado a que las cosas pasen?
¿Observas lo que hay a tu alrededor?, ¿disfrutas del paisaje, de las pequeñas cosas?
¿Sabes dónde quieres ir?, ¿qué necesitas para hacerlo?
¿Qué obstáculos ves, sientes, oyes, te imaginas?, ¿te los has puesto tú?, ¿qué te motiva a superarlos?
¿Cuándo eras pequeño, los recuerdas? ¿De dónde salieron? ¿Qué te impide creer en ti?
¿Qué te hace renunciar, enfadarte, sentirte abatido, rendirte? ¿Es un objetivo suficientemente poderoso?
¿Cuándo vas a cambiar obstáculos por retos y a salir de tu zona de confort?
Si tenéis la suficiente fortaleza para plantearos alguna de estas cuestiones y empezáis a conoceros mejor, os enganchará tanto que seguro, será un viaje vital apasionante.
¡¡¡¡¡¡Buen y reflexivo fin de semana!!!!!!
foto:formulaenlosnegocios.com
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...