Juicios y perspectivas

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EL JUICIO

 

   Cuenta una antigua leyenda que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de asesinato. El culpable era una persona muy influyente del reino, y por eso desde el primer momento se procuró hallar un chivo expiatorio para encubrirlo.

 

   El hombre fue llevado a juicio y comprendió que tendría escasas oportunidades de escapar a la horca. El juez, aunque también estaba confabulado, se cuidó de mantener todas las apariencias de un juicio justo. Por eso le dijo al acusado: «Conociendo tu fama de hombre justo, voy a dejar tu suerte en manos de Dios: escribiré en dos papeles separados las palabras “culpable” e “inocente”. Tú escogerás, y será la Providencia la que decida tu destino».

 

   Por supuesto, el perverso funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda: «Culpable». La víctima, aun sin conocer los detalles, se dio cuenta de que el sistema era una trampa. Cuando el juez lo conminó a tomar uno de los papeles, el hombre respiró profundamente y permaneció en silencio unos segundos con los ojos cerrados. Cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y, con una sonrisa, tomó uno de los papeles, se lo metió a la boca y lo engulló rápidamente. Sorprendidos e indignados, los presentes le reprocharon.

 

   —Pero ¿qué ha hecho? ¿Ahora cómo diablos vamos a saber el veredicto?

 

   —Es muy sencillo —replicó el hombre—. Es cuestión de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que me tragué.

 

   Con refunfuños y una bronca muy mal disimulada, debieron liberar al acusado, y jamás volvieron a molestarlo.

 

 

En su situación, ¿qué hubieses hecho?

¿Tienes siempre un plan B?

¿Cuántas opciones buscas antes de decidirte?

¿Cuándo eres más o menos creativo? ¿Depende de tu estado interno, de tu humor?

¿Eres de los que siempre ve posibilidades  o de los que lo ven todo negro o ponen pegas?

Si después de contestar a estas preguntas crees que necesitas entrenar, voy a proponerte un  ejercicio que cumple dos funciones:  fomentar la creatividad y mejorar la  toma decisiones, aprendiendo a valorar  varias perspectivas sobre el mismo tema.

Es de Edward de Bono :  Bueno/malo/ interesante.

Tienes que elegir un tema central o idea y pensar sobre ello:

1)qué es bueno,

2) qué es malo y

 3) qué es interesante.

 Trata de pensar sobre el máximo número de ejemplos de las tres opciones y ser proporcional. No se trata de encontrar la respuesta correcta, sino de ver todas las posibles interpretaciones de una idea.

Relacionándolo con el relato podemos poner el ejemplo de los juicios:

-Bueno: Consiguen impartir jusiticia y castigar al culpable

-Malo: Puede ocurrir que el declarado culpable sea inocente y condenado por algo que no ha hecho.

-Interesante: Observar cómo se articulan en ellos, la defensa y la acusación.

Haz este ejercicio con más opciones en cada versión y si puedes hacerlo cada día de esta semana con un tema, podrás comprobar tus avances. Poder ver más perspectivas de un mismo tema será una gran ayuda para cualquier cosa que hagas.

Si no crees que esto te puede ayudar, te invito a ver este Ted  de Roy Sutherland titulado “ La perspectiva lo es todo” que  seguro que te acaba de convencer:

¿Cómo es tu imagen de ti mismo?

visualizarte

 

He de confesar que hasta hace unos años todos mis retos pasaban por construir una férrea fuerza de voluntad sobre la que descansaban horas y horas de esfuerzo que también he de reconocer, tenían su recompensa.

Sin embargo desde que mi curiosidad por el desarrollo personal comenzó a crecer, empecé a investigar y a relacionar conceptos, añadiéndole a la práctica, información y refuerzo científico para mejorar mi estrategia, entonces empecé a utilizar la autoimagen o la visualización, menos esfuerzo, mejor resultado.

A partir de entonces entendí que la imaginación bien utilizada es una herramienta poderosa para impulsar objetivos y retos  y no sólo una máquina de magnificar malos augurios y acrecentar  miedos.

Dedicar al menos 30 segundos cada día a visualizar quien quieres ser, produce un increíble entusiasmo y una decidida disposición a poner todo de tu parte para conseguirlo.

Esta visión tiene que estar llena de detalles y se rememorada continuamente para hacerla cada día más potente. Debiendo superar a todos esos mensajes negativos que nos decimos a nosotros mismos a diario, sin cuestionarnos.

Muchos deportistas lo hacen para visualizarse en sus encuentros y  partidos, en los que fijan los detalles en su imagen física, recordándose con la  ropa exacta, en el campo que se va a celebrar, dando los golpes o tiros que van a ejecutar, con cuanto más detalle mejor.

Un simple pensamiento, cualquier día, ya te auguro que no servirá para mucho. Seguro que si lo asemejas a que sueñes despierto, te es más fácil hacerlo y recordarlo.

Ya claro me puedes decir que después si no lo consigues el golpe es más duro, pero está demostrado por neurocientíficos( puedes ver el video al final del post) que ser optimista en nuestras expectativas, lejos de perjudicarnos, nos ayuda a ser más felices que en el caso contrario y  que a pesar de que somos conscientes de que podrían no llevarse a cabo, el efecto en nuestro ánimo y en nuestra vida es el mismo que si fueran realidad. Imaginad el poder de los pensamientos.

En lugar de dejar salir automáticamente todas esas imágenes y pensamientos negativos, nada potenciadores, podemos comenzar nuestro entrenamiento de autoimagen para conseguir el efecto contrario.

Por ejemplo si tienes que hacer una presentación piensa en dónde va a ser, cómo te vas a mover, a  hablar,  cuál va ser tu imagen, y visualízate teniendo éxito, sintiéndote orgulloso de tu presentación. Esto es un pequeño detalle para un evento pero lo puedes hacer para todos los ámbitos de tu vida.

Es esencial que tú mismo te veas capaz de llegar donde tú quieres, porque esa fortaleza que se construye desde el interior, será la que te acerque más a tu objetivo, si te acostumbras a verte en esa situación, lógicamente te será más fácil creer en ti mismo para llevarlo a cabo.

Tú actúas como la persona que crees que eres, sino entrenas una visión entusiasta, no serás capaz de motivarte y quitarte de encima tus limitaciones. Y con esta sencilla práctica de manera regular podrás ir avanzando cada día un poco más hacia tu meta.

 

Maneja tu propia imagen o seguramente será algo externo lo que te maneje a ti.

http://www.ted.com/talks/tali_sharot_the_optimism_bias?utm_campaign=&utm_medium=on.ted.com-facebook-share&utm_content=awesm-publisher&utm_source=facebook.com&awesm=on.ted.com_tyiw

¿Te gusta conducir?

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Tanto esa pregunta como el eslogan «No podemos conducir por ti»  te sonarán familiares, y a mi me resultan dos frases idóneas para introducir y reflexionar en este post.

Hoy quiero hablar sobre la responsabilidad y lo importante que es respecto de la construcción de la persona, de su autoestima, a través de sus decisiones y de los objetivos que queremos conseguir.

Algunas veces cuando miramos hacia atrás para coger herramientas y lanzarnos más lejos en el impulso, nos damos cuenta de que muchos de los movimientos que hemos hecho en la vida han sido fruto de miles de cuestiones ajenas a nuestra propia y consciente decisión, a veces ni siquiera podemos encontrar una causa o una motivación para explicar muchos de nuestros movimientos.

Pocas son las personas a las que se acostumbra a tomar decisiones y a sufrir sus consecuencias a temprana edad, que sería lo ideal. Muchos de los que nos rodean en su afán  por protegernos  elijen  lo que creen, es mejor para nosotros, van cortándonos ramitas del árbol de la autoestima y en algunos casos, acabamos siendo altamente dependiente de los demás, necesitando su aquiescencia u opinión  para cualquier cuestión.

Cuando nos empezamos a dar cuenta, la mayoría ya hemos incluso terminado nuestros estudios sin tener muy claro si era lo que queríamos hacer o el devenir de la vida y la fuerza de la herencia, de la inercia  o del propio desconcierto nos han llevado hasta allí.

Con lo cual, al no haber sido una decisión consciente no la valoramos como propia e intentamos colgar nuestra carga en ese inspirador familiar o amigo al que le debemos nuestra detestada dedicación. A partir de ahí, hay veces que entramos en un bucle que supone el inicio de un camino plagado de bandazos de los que tampoco nos responsabilizamos y que nos hacen altamente infelices, a pesar de que algunas veces incluso en esos empleos tengamos una buena remuneración.

Pues buenas noticias, ¡nunca es tarde! si hasta ahora has ido en  el coche, en el asiento de atrás para no ver el camino y te has prestado a ir donde te lleven, sin preguntar o eras el copiloto y de vez en cuando has hablado con el conductor u opinado sobre el  cambio de destino sin ningún éxito, ¡estás de suerte!, hoy mismo puedes empezar tu vida activa y ponerte al volante, decidir dónde vas, cómo vas, cuándo vas a parar, con quién vas a ir, qué GPS vas a seguir y configurarlo tú mismo, con tu propio criterio.

Comenzar una vida activa en la que seas consciente de tus decisiones, tendrá un impacto brutal en tu vida. Ya no pasarás tiempo buscando culpables o excusas, sólo hablarás de resultados, que aunque no sean siempre los esperados, serán tuyos, porque los has buscado, conscientemente, tú  y por ello aprenderás de ellos en cualquier caso.

Piensa qué ocurriría si te hicieses responsable de cada palabra que dices, de tus sentimientos, de  tus acciones en todo momento, de  tu felicidad.

¿Qué va a ocurrir a partir de ahora cuando las cosas no vayan bien en qué te vas a convertir, qué te va a procurar esa nueva imagen tuya?

 

Imagina cómo va a ser esa nueva actividad, qué va a significar en tu salud, en tus relaciones, en tu carácter, en tu desarrollo, en tu bienestar económico, con tus amigos, en tu autoestima.

 

¿Cuánto esfuerzo y perseverancia vas a ser capaz de emplear para coger el volante y lanzarte en tu propia aventura vital?

 

Cada minuto que pasa es una oportunidad para hacerlo.

No dejes que conduzcan por ti 😉

foto:educavialroquetas

Tu mentalidad, ¿es de este siglo?

mentalidad

Cada vez que salgo de alguna de mis sesiones de coaching, el chute de energía es increíble, ver, sentir, escuchar, asistir al despliegue del potencial de una persona, el cuál ella misma ignoraba y descubre que  lo posee, es un regalo que me hace sentirme  enormemente feliz.

Es genial trabajar con quienes tienen interés por su crecimiento  personal y lo anteponen a cualquier otra cuestión, considerándolo su mayor éxito, haciendo de su vida una emocionante aventura y es que, como bien apunta Jim Rohn en “Los 12 pilares del éxito”, éste y los ingresos rara vez son mayores que tu desarrollo como persona.

«Tienes que crecer personalmente hasta que valgas lo que quieres que paguen por ti. Tiene que gustarte en lo que te has convertido, no solamente interesarte por el dinero. Recuerda el proverbio “Aquel que sólo ama el dinero, nunca le va a parecer suficiente”.

Reflexiona sobre esto, “Las ganancias son mejores que los salarios”J. Rohn

Son personas muy interesantes, de las que aprendo constantemente, con características que les hacen diferentes a todos los demás, puesto que ese interés por “mejorarse” , hace que sean conscientes de lo que no les funciona, lo entienden como algo que les puede dar problemas en su vida y no dudan en responsabilizarse para pedir ayuda y entrenar nuevos hábitos que remen en la dirección de sus objetivos.

La pasión con la que muchos hablan de sus difíciles comienzos, de su interés por su entorno y de su perseverancia, es contagiosa, no suscita más que admiración y ganas de poner a su disposición tus mejores herramientas.

La gran diferencia, sin duda, la acción, mientras tú estás meses dándole vueltas a una idea y lo único que te preocupa es que te la copien, te lamentas de no tener los recursos necesarios o te imaginas las miles de formas para que esta fracase, ellos consiguen con su entrenamiento, mediante la prueba y el error, en muchos casos, muy bien analizados, ya han emprendido numerosos proyectos, disfrutan de la ejecución de su idea y de la innovación en sus empresas.

Son muchas las barreras mentales que nos ponemos y que además son reforzadas por los miedos ajenos, máxime ahora que éste parece atenazarnos constantemente.  Quienes luchan contra ellas y se demuestran que pueden a diario y que no hay más límite que el que tú te quieras poner, esos  son  que triunfan.

Encontrarás muchos voluntarios para minarte las ganas de llevar a cabo eso que quieres, demostrándote que arriesgas mucho más de lo crees saliendo de tu zona de confort  y que en cualquier caso, lo importante es que al menos tienes un trabajo.

Esa mentalidad conformista en un mundo en evolución donde las recetas antiguas caducan a diario, provoca no una  atrofia lenta como antes, sino que hace, que  en meses estés fuera del circuito.

Los nuevos tiempos  requieren nuevas formas y  para adaptarse lo primero que podemos hacer es tener una mentalidad de este siglo preparada para adorar los cambios y la incertidumbre y lejos de ver en ellos un peligro, avistar el gran abanico de posibilidades que hay detrás.

Si todavía tienes una mentalidad industrial preparada para el trabajo mecánico, las jerarquías inflexibles, el presentismo, jubilarte y encima hacerlo en esa empresa y crees ésta te hace un favor, no estás en la onda.

Ahora el recurso humano eres tú y tú, sólo tú, con tu interés por desarrollar tu potencial serás el responsable de tu futuro.

 No te estanques, ni te abandones. Siempre hay opciones.

¿Cuándo piensas empezar?

Excusitis: la mala salud

salud

“Si quieres hacerlo buscarás razones, si no excusas” W. Maugham

Cuanto más escucho a las personas los argumentos por los que no les va mejor en la vida, con más motivos me encuentro para avalar la tesis de nuestro gusto por escondernos tras miles de excusas.

David Schwartz con gran acierto lo denomina “Excusitis” y refiere los cuatro grandes grupos en los que dividimos estas razones para no hacer nada o para rendirnos a supuestas evidencias causa-efecto y poder justificarnos ante nosotros y ante los demás.

La primera de ellas, sobre la que reflexionaré hoy es «la mala salud», desde el “no me siento bien” a “me han pasado un montón de cosas”, parece que es  la cobertura  mágica ya que es un tema tan apreciado por todos, que produce un silencio o empatía automática pero, ¿has pensado en muchas de las personas que pudiendo esgrimir ese argumento, han triunfado por encima de lo fácil, se han sobrepuesto a ello y cuentan en su haber con historias de éxito?. ¿Conoces A Nick Vuijic?, lee sobre él, ¿qué hubieses hecho tú en su situación?

La mala salud  procura a veces no asumir responsabilidades, incluso en la prevención y el cuidado de su cuerpo, en el de asumir otras tareas, tener éxito en su campo.

Si usted destina la mayor parte de su energía o toda ella a focalizarla en su mala salud, lo único que potenciará serán estás dolencias, si además éstas le reportan la atención de los demás será la estrategia idónea para mantener su protagonismo a costa del sufrimiento y la preocupación de los que le rodean.

¿Quién nos dijo que la vida está ausente de enfermedad y que tendríamos un seguro contra ella?, ¿cómo se explica que tengamos tanto miedo a las enfermedades y  no nos cuidemos, ni la prevengamos cuando estamos disfrutando de periodos de ausencia de éstas?

Muchas de las estadísticas que la Sanidad maneja de nuestras visitas a los hospitales  tienen que ver con cuestiones emocionales que nosotros mismos no sabemos resolver por nuestra cuenta y hemos almacenado intentando olvidarlas hasta que han vuelto a salir a flote en forma de alguna cuestión de salud.

Si usted se empeña en asociar su fracaso buscando relaciones causa-efecto entre lo que le ocurrió y lo que está pasando las encontrará. Imagine que desde pequeño ha querido ser por ejemplo gimnasta y de repente sufre una lesión que se lo impide, tiene como mínimo dos opciones, una amargarse la vida pensando en lo que pudo ser y no fue, excusándose en su enfermedad para no hacer nada más que hacerse la víctima o levantarse y seguir  hacia delante advirtiendo la cantidad de decisiones que puede tomar  para dirigirse hacia su éxito personal.

No hace falta tener un problema físico o psíquico para no hacer algo, la mayoría de los que, de momento, no lo tenemos, muchas veces no nos atrevemos, por miedo, al éxito, al fracaso, a la acción, por pereza…

Si  tu excusa es la mala salud y  quieres algunas recomendaciones, te dejo algunas vacunas de Schwartz:

  • Rehuse conversaciones acerca de la salud: cuanto más hable de ella, será peor, incluso para su resfriado común. Hablar de ello fertiliza las semillas. Aburre a la gente y a usted le hace parecer una desvalida y egoísta persona.
  • Rehuse preocuparse de su salud: entre todas las enfermedades entre las que puede elegir con sus síntomas, póngase en lo mejor y quítelo hierro. Piense en qué hará para mejorar.
  • Siéntase agradecido por lo buena que es su salud, sea la que sea. Eche un vistazo alrededor, seguro que tiene algún ejemplo cerca para valorarla más.
  • Recuérdese que la vida es para disfrutarla. No la derroche, otros darían lo que fuese por estar en su situación.

Recuerde a Shakespeare: “Fuertes razones, hacen fuertes acciones”

¡¡¡Encuéntrelas!!!

¿Por ejemplo?

ejemplo

Hace muchos años, cayó en mis manos por casualidad un libro con diferentes metáforas e historias entre las que se encontraba una de Gandhi que ha inspirado mi vida y  que hoy quiero recordar al hilo de mi reflexión.

Gandhi y el azúcar

“Una mujer fue junto con su hijo a ver a Gandhi. Gandhi le preguntó que quería y la mujer le pidió que consiguiese que su hijo dejase de comer azúcar.

Gandhi le contestó: traiga usted otra vez a su hijo dentro de dos semanas.

Dos semanas más tarde la mujer volvió con su hijo. Gandhi se volvió y le dijo al niño: “deja de comer azúcar”.

La mujer muy sorprendida le preguntó: ¿por qué tuve que esperar dos semanas para qué usted le dijese eso? ¿Acaso no podía habérselo dicho hace quince días?

Gandhi contestó: no, porque hace dos semanas yo comía azúcar.”

 

Siempre he tenido esa necesidad de ayudar a las personas que en principio canalicé a través de las asociaciones, después continué con la política y que me ha hecho llegar hasta el coaching, impulsada por participar el crecimiento y cambio de quienes han despertado a un mundo que quieren mejorar empezando por su pequeño-gran radio de acción, su persona, en el que su conciencia y su responsabilidad son sus mejores herramientas.

Desde que me dedico a esta increíble vocación que es el coaching, siempre tuve clara esta historia, para mí el ejemplo es lo que más valor tiene en las personas porque lleva una importante parte de esfuerzo, de trabajo, de ser consciente y responsable para no hacer o hacer aquello que predicas.

¿Cuántas veces damos consejos sobre esto o aquello, a la ligera sin haberlo probado en nuestras carnes, en nuestro espíritu? ¿Cuántos deberías, tendrías…?

No lo vuelvas de decir o a recomendar si tú no eres un ejemplo de ello, primero tienes que conseguirlo para poder hacerlo y después con tu experiencia entender que uno no cambia de la noche a la mañana, que dejar de ser tú, lleva su tiempo y trabajo, sé condescendiente.

Me propuse hace tiempo dedicarme a esto con la tranquilidad y la paz de espíritu que proporciona que lo que piensas, dices y haces esté en consonancia y que cuando ayudes a alguien sepas por lo que está pasando, lo costoso que es librarse de hábitos físicos y emocionales pero lo liberador que es triunfar por encima de ellos.

Todos los días me propongo pequeños retos y he conseguido grandes avances: dejé de fumar, hago regularmente ejercicio físico, mejoré mi alimentación, perdoné, aumenté mi empatía, medito, adoro el coaching, devoro libros para ayudarme a ser mejor coach, cursos, estoy alegre, agradecida, creo en mis coachees, en su potencial, en las cosas extraordinarias de las que son capaces, aún por encima de sus propias creencias y lo consiguen…disfruto de las pequeñas y las grandes cosas que tiene la vida, sabiendo que mi mente tiene que trabajar para mí, no en  mi contra. Cada día, sigo entrenando.

Seguro que vosotros sois padres, hermanos, amigos, ejemplos en los que se pueden inspirar muchas personas a vuestro alrededor, confío en que todos, si os  lo proponéis y entrenáis podéis contagiaros y contagiar esa paz y esa alegría que proporciona crecer, desde dentro, en valores, objetivos y metas.

Ser conscientes de lo que queremos dejar atrás y cambiar, nos va a hacer saber qué queremos para el futuro, cuál es la huella que queremos dejar, lo que queremos pensar y hacer  de nosotros mismos para sentirnos orgullosos y empeñarnos en conseguirlo.

Ayer fue ayer y hace un rato también fue ayer, no pierdas ni un minuto más para transformarte y poder sumar, ayudar, impulsar, alegrar, agradecer, animar…tu entorno está en tu mano y tu satisfacción igual. Algo que te puede parecer artificial en principio puesto que nunca te comportaste así, te enganchará a la vida de una manera genial y ya serás un ejemplo sin necesidad de  esfuerzo.

“No es lo que decimos es lo que les mostramos lo que convence” Ramón Samsó

«Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo» Gandhi

¡¡Hazlo o no lo hagas pero no lo intentes!!

¡¡Buen fin de semana!!

 

«Como si»

comosi

 

 

Cuando nos enfrenamos a la consecución de un objetivo o de una meta que sabemos que va a hacer la diferencia entre los que somos y lo que queremos ser o dónde estamos y dónde queremos estar, hay determinados obstáculos que se interponen en nuestro camino contra los que luchar.

 En nuestro proceso nuestra motivación para el cambio es definitiva y es lo que va a ser el motor de éste por lo tanto debemos evaluar este sistema para analizar si tenemos las creencias idóneas para llevar nuestro barco a buen puerto.

Enseguida aparecen creencias limitantes, de capacidad “yo no puedo”, de posibilidad “no es posible para mi” o de merecimiento “no me merezco”.

Robert Dilts propone cinco elementos, cinco creencias para analizarlas ya que las considera significativas en nuestro camino hacia el éxito de nuestro cambio:

  • Lo deseable del resultado. Debemos plantearnos si nuestro objetivo es deseable y merece la pena

  • Seguridad en que el objetivo es alcanzable. Saber que el objetivo es alcanzable.

  • Evaluación de los comportamientos que son necesarios para el resultado deseado. Si lo que hay que hacer es apropiado y ecológico para nosotros.

  • Creencia en la propia capacidad para llevarlos a cabo. Saber que tienes las capacidades necesarias.

  • Sentimiento de la propia valía y permiso para realizar los comportamientos que se requieren y llegar al lugar deseado. Tener la responsabilidad y saber que te lo mereces

Una vez tengas estas creencias evaluadas cada una de ellas del 1 al 5, te puedes plantear tu hoja de ruta para alcanzarlas.

Analizando tus propios recursos para afrontarlos o  buscando la ayuda de una coach para fortalecer el éxito en la consecución de tu meta, ya sea este objetivo referente a tu estado psíquico, físico, laboral, personal, etc.

Si quieres comenzar a ver más posibilidades ampliando tu marco de referencia en ese cambio, utiliza “como si”, te ayudará a crear contraejemplos y alternativas.

Dentro de este marco Milton Erickson repite que “puedes imaginar y dominar lo que quieras”.

Ensaya mentalmente estos pasos:

  • Actúa “como si” eso fueras capaz de hacerlo, ¿cómo sería?
  • Actúa “como si” ya hubieses tratado con esa objeción o interferencia ¿cómo responderías de forma diferente?