DE LA NECESIDAD DE PEDIR AYUDA

No es nada nuevo que el ser humano es la ley del mínimo esfuerzo. Para cualquier cosa que hacemos elegimos el camino que suponemos nos consumirá menos energía.

Por eso no es fácil que cambiemos de hábitos que hemos automatizado, ni de creencias que hemos heredado. Todo para que nuestro sistema tenga su indicativo de batería en un alto porcentaje.

Si a esto le sumamos que nuestra concentración ahora es mínima, imagínense el análisis de los temas que se suceden a velocidad de vértigo en la actualidad. Superficial es poco. Es más, estoy segura de que solo leemos y escuchamos lo que nos interesa para nuestra posición. Por lo que albergar esperanzas de cambio es una quimera.

La cuestión es que hay personas cuyas creencias, pensamientos y estrategias no son demasiado ecológicas para ellos. Es decir, no les acercan para nada a sus objetivos y en algunos casos incluso no dimensionarlas bien hacen que trabajen en su contra indisponiendo a su entorno contra ellos.

Si no somos capaces de darnos cuenta por nosotros mismos y tampoco tenemos una persona de confianza cercana que nos pueda advertir, probablemente acabaremos cometiendo errores sin ni siquiera darnos cuenta.

La humildad que requiere pedir opinión sobre nuestro comportamiento a quienes nos pueden ayudar no está al alcance de quien no soporta sentirse vulnerable pero a veces es la única forma de crecer.

ELIGE TU LIDERAZGO, NO COPIES.

El carácter de las personas se revela en las adversidades. Cuando a uno le va bien puede adoptar miles de roles y actitudes diferentes sin que ninguna responda a su propia naturaleza.

Sin embargo cuando las cosas van mal, cuando la supervivencia asoma, cuando nuestro instinto animal nos precede, eso que vemos es lo que podemos esperar de esa persona, siendo su naturaleza el no vencerse o tener entrenadas otras opciones.

Hay quien requiere de un viento especial para ser un buen navegante y en cuando la nave zozobra prefiere encontrar un culpable ya sea en la propia nave o en la naturaleza del clima. Todo antes que asumir que incluso en aquellas circunstancias podía haber hecho algo.

Porque ocurre que si hace algo o asume responsabilidad ya no puede beneficiarse de esa actitud en la que el foco, la responsabilidad, la crítica y el escrutinio se vierten sin rebozo en el otro. Implicaría reconocer que a pesar de su escaso control sí podía hacer algo.

Hay personas que se quejan una y otra vez de las actitudes de otros y una vez llegan a ese lugar en el que se pueden cambiar las cosas, acaban replicando el modelo produciendo el mismo rechazo en los que habían albergado alguna esperanza en el relevo.

Es devastador para el grupo que no acostumbra de resiliencias, ni malos vientos puesto que si algo agota al ser humano es renovadas las expectativas, se vuelvan a frustrar.

Creerse poseedor de la solución por el mero hecho de creerse imprescindible o infalible no es más que el principio del fin de quien pudo cambiar más cosas y no escuchó.

Trabaja en equipo, sé responsable, contagia, convence, escucha, comparte, anima, halaga, involucra. Haz algo diferente de lo que te hicieron a ti. No repliques el modelo. Puedes elegir.

¿Dónde buscas tú tu felicidad?

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«La felicidad escondida»

Un poco antes de que la humanidad existiera, se reunieron varios duendes para hacer una travesura. Uno de ellos dijo:

—Debemos quitarles algo a los seres humanos, pero ¿qué?

Después de mucho pensar, uno dijo:

—¡Ya sé! Vamos a quitarles la felicidad. El problema es dónde esconderla para que no puedan encontrarla.

Propuso el primero:

—Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo.

—No, recuerda que tienen fuerza; alguno podría subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán dónde está —replicó otro. Se escuchó una nueva propuesta:

—Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar.

Otro señaló:

—No, no olvides que son curiosos, alguno podría construir un aparato para bajar, y entonces la encontrarán.

—Escondámosla en un planeta bien lejano de la Tierra —propuso otro.

—No —le dijeron. Recuerda que les dieron inteligencia, y un día alguno va a construir una nave para viajar a otros planetas y la va a descubrir, y entonces todos tendrán felicidad.

El duende más veterano, que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas, dijo:

—Creo saber dónde ponerla para que nunca la encuentren.

Todos voltearon asombrados y preguntaron al unísono:

—¿Dónde?

—La esconderemos dentro de ellos mismos; estarán tan ocupados buscándola afuera que nunca la encontrarán.

Todos estuvieron de acuerdo, y desde entonces ha sido así: el hombre se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que la lleva.

No tendrás que trabajar ni un día de tu vida

 

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“Tú, Adán trabajarás la tierra, y ganarás el pan con el sudor de tu frente.”

Pienso en la palabra trabajo, directa e inexcusablemente entroncada con la maldición bíblica y que no parece que en breve vaya a cambiar, así que estoy buscando una palabra para que defina la actividad que llevas a cabo en tu vida diaria que te permite desarrollarte como persona, tener un objetivo que te sobreviva, con la que busques dejar una huella más allá de ti, y que además puedas decir de ella que es divertida.

Una palabra que puedas definir como reconfortante y estimulante sin tener que sonrojare o pedir perdón por disfrutar y recrearte en ella. Algo que no condicione los lunes como un  día infernal y desees que llegue el viernes sin vivir todos y cada uno de los días de la semana.

Que no haga honor a frases como la de Facundo Cabral :“Mira si será malo el trabajo, que deben pagarte para que lo hagas.”

Una actividad, sea la que sea, que no tenga que tener unas determinadas características ideales para poder, a través de ella, dar lo mejor de ti  mismo. Cooperar y colaborar con todos los que te rodean para mejorar esa idea, ese día, esa tarea.

O quizás debas hacer que te guste lo que haces, como aconsejaba Tolstoi. Si es así, empieza por no quejarte de lo temprano que te levantas y del frío o caluroso día que hace, de tus compañeros, de tu jefe, de lo poco que cobras y lo mucho que trabajas. Piensa mejor en cómo ese día puede ser y  hacerte mejor, cómo pequeñas victorias personales sobre tus negativos hábitos, te van a hace fuerte, diferente, grande.

Observa cómo de camino a tu lugar de trabajo puedes hacer del mundo un lugar mejor, sin hazañas, ni grandilocuencias, con pequeños detalles que mejoran la vida de los demás: sonríe y saluda a conocidos y  extraños, con calidez, deja tu sitio en el autobús, comparte algo, permite que otra se incorpore a tu carril, deja unos céntimos en la máquina del café o invita a alguien a tomarlo.

Son las primeras horas de la mañana, tan importantes como en las que resuelves cuestiones o enfrentas tensiones, por lo tanto ir engordando tu fondo de armario con emociones positivas de pequeños detalles te harán ver la vida con otros ojos durante todo el día.

Piensa en para qué haces tu trabajo, qué proporcionas a los demás, quiénes son tus clientes últimos, en qué favoreces su vida, cómo lo puedes hacer mejor, qué puedes hacer distinto hoy que te haga sentirte orgulloso se ti mismo.

 Cuando leemos frases como la de Confucio “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”, siempre pensamos en otro trabajo, en cambiar el actual, en buscar, en cuál sería esa idílica labor sin antes detenernos y pensar que quizá nuestros propios pensamientos y actitudes están amargando un trabajo que sí nos gusta y que hace tiempo no vemos con objetividad  lo que nos aporta.

Empieza a cambiar tu visión de la tarea que llevas a cabo para vivir y no te conviertas en su esclavo sino en alguien comprometido con el mundo que quieres vivir y cambiar.

Comienza el día con esta pregunta y observa lo que ocurre.

¿Qué puedo hacer hoy en mi trabajo para mejorar mi mundo?

¡Mucha energía para no rendirte nunca!

¿Hasta dónde quieres llegar?

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Esa es la pregunta a la que quiero que nos enfrentemos hoy. Considera que el comienzo de Septiembre, el próximo inicio del curso escolar y la vuelta al trabajo, tras las vacaciones, es un inmejorable momento para un antes y un después en tu vida.

Continuamente nos preguntamos cuestiones más limitantes como hasta dónde puedo llegar, sustitúyelo por «quiero» y toma las riendas. Estamos acostumbrados a ir por debajo de nuestras posibilidades, a tener miedo, a ser perezosos, conformistas o a utilizar nuestras habilidades y esfuerzos sólo en un campo, o de manera muy reduccionista, sólo para nosotros.

La mayoría de las veces tenemos objetivos que no van más allá de nuestro confort, más dinero, mejor trabajo…etc, que no tienen un impacto en nuestro mundo, en nuestro entorno, que se agotan y mueren en nosotros mismos. Sabiendo que estamos capacitados y por ello, incluso, obligados a ser parte de ese cambio en el mundo y sin embargo preferimos seguir en nuestra cómoda posición.

Ese malestar que tenemos, la insatisfacción permanente o la necesidad de hacer algo más, son los síntomas de ese pensamiento sin acción. De esa sensación de fortuna que debía ser compartida en lugar de quejarnos y considerar que aún tenemos o somos poco.

No te conformes, sé un líder en tu espacio, ya sea grande o pequeño, te parezca más o menos importante, ya llegues a mucha o poca gente, no te quedes con las ganas de ser alguien diferente. Piensa en la satisfacción que vas a tener cuando lo consigas.

Hacemos del liderazgo algo inalcanzable que responde a cuestiones genéticas o congénitas, jerárquicas o circunstanciales, en lugar de ser conscientes de que es algo «entrenable» en cualquier ámbito y en todo nosotros, pero que por su dureza, por la perseverancia que se necesita y por los hábitos que debemos cambiar, es una cuestión reservada a los elegidos que, a través de ellas, consiguen el éxito.

El liderazgo no se circunscribe a la empresa o al mundo de la política, o a la esfera pública. Empieza por supuesto por uno mismo, por querer ser diferente, por querer dejar un buen legado a las próximas generaciones, por sacar lo mejor que tienen las personas que conviven con nosotros, por ser generosos, pacientes, dominar cuerpo y mente para servir a los demás de la mejor manera, como personas, padres, hijos, hermanos, parejas, amigos, compañeros.

Líder es quien está dispuesto a trabajar su desarrollo personal para mejorar el mundo, su mundo, ayudando a los demás y no espera a tener la oportunidad de realizar grandes gestas sino que empieza por el gran reto, conocerse y trabajarse a sí mismo con ahínco. Sabiendo que es difícil, que requiere paciencia y esfuerzo, que se recae con facilidad en viejos hábitos y automatismos pero que merece la pena ser diferente y pasar por este mundo para servir a los demás y dejar a un lado esa permanente insatisfacción material que nos posee.

Si estás dispuesto a dejar a un lado, el miedo que provocan emociones como la ira, la envidia, la culpabilidad y estás dispuesto a dejar de quejarte, de mirarte el ombligo y de ver en los demás a los responsables de lo que no te gusta de tu vida, haciéndote protagonista de la misma, espero que te animes a reflexionar conmigo cada semana, sugerir temas, o a hablar sobre todo lo que nos preocupa.

Este es un blog en el que la premisa es “prueba y error” y para ello, cada semana os seguiré proponiendo temas, situaciones, leyendas, metáforas todo para que cuestionéis si os sirve u os pasa a vosotros, si conseguís superarlo, cómo, dónde, cuándo, para que compartamos con todos nuestros hallazgos y avances para no sentirnos solos en este mundo en el que por los medios parece que su única misión es seguir como está.

Aunque para algunos, como nosotros, perpetuar esto sería una vida sin vivir, privada de lo que atraen el amor, la generosidad, la empatía, la paciencia y tantas y tantas habilidades que trataremos de entrenar de momento aquí, en la Red.

Bienvenidos de nuevo y mucho ánimo. 🙂

Tu mentalidad, ¿es de este siglo?

mentalidad

Cada vez que salgo de alguna de mis sesiones de coaching, el chute de energía es increíble, ver, sentir, escuchar, asistir al despliegue del potencial de una persona, el cuál ella misma ignoraba y descubre que  lo posee, es un regalo que me hace sentirme  enormemente feliz.

Es genial trabajar con quienes tienen interés por su crecimiento  personal y lo anteponen a cualquier otra cuestión, considerándolo su mayor éxito, haciendo de su vida una emocionante aventura y es que, como bien apunta Jim Rohn en “Los 12 pilares del éxito”, éste y los ingresos rara vez son mayores que tu desarrollo como persona.

«Tienes que crecer personalmente hasta que valgas lo que quieres que paguen por ti. Tiene que gustarte en lo que te has convertido, no solamente interesarte por el dinero. Recuerda el proverbio “Aquel que sólo ama el dinero, nunca le va a parecer suficiente”.

Reflexiona sobre esto, “Las ganancias son mejores que los salarios”J. Rohn

Son personas muy interesantes, de las que aprendo constantemente, con características que les hacen diferentes a todos los demás, puesto que ese interés por “mejorarse” , hace que sean conscientes de lo que no les funciona, lo entienden como algo que les puede dar problemas en su vida y no dudan en responsabilizarse para pedir ayuda y entrenar nuevos hábitos que remen en la dirección de sus objetivos.

La pasión con la que muchos hablan de sus difíciles comienzos, de su interés por su entorno y de su perseverancia, es contagiosa, no suscita más que admiración y ganas de poner a su disposición tus mejores herramientas.

La gran diferencia, sin duda, la acción, mientras tú estás meses dándole vueltas a una idea y lo único que te preocupa es que te la copien, te lamentas de no tener los recursos necesarios o te imaginas las miles de formas para que esta fracase, ellos consiguen con su entrenamiento, mediante la prueba y el error, en muchos casos, muy bien analizados, ya han emprendido numerosos proyectos, disfrutan de la ejecución de su idea y de la innovación en sus empresas.

Son muchas las barreras mentales que nos ponemos y que además son reforzadas por los miedos ajenos, máxime ahora que éste parece atenazarnos constantemente.  Quienes luchan contra ellas y se demuestran que pueden a diario y que no hay más límite que el que tú te quieras poner, esos  son  que triunfan.

Encontrarás muchos voluntarios para minarte las ganas de llevar a cabo eso que quieres, demostrándote que arriesgas mucho más de lo crees saliendo de tu zona de confort  y que en cualquier caso, lo importante es que al menos tienes un trabajo.

Esa mentalidad conformista en un mundo en evolución donde las recetas antiguas caducan a diario, provoca no una  atrofia lenta como antes, sino que hace, que  en meses estés fuera del circuito.

Los nuevos tiempos  requieren nuevas formas y  para adaptarse lo primero que podemos hacer es tener una mentalidad de este siglo preparada para adorar los cambios y la incertidumbre y lejos de ver en ellos un peligro, avistar el gran abanico de posibilidades que hay detrás.

Si todavía tienes una mentalidad industrial preparada para el trabajo mecánico, las jerarquías inflexibles, el presentismo, jubilarte y encima hacerlo en esa empresa y crees ésta te hace un favor, no estás en la onda.

Ahora el recurso humano eres tú y tú, sólo tú, con tu interés por desarrollar tu potencial serás el responsable de tu futuro.

 No te estanques, ni te abandones. Siempre hay opciones.

¿Cuándo piensas empezar?

¿Por ejemplo?

ejemplo

Hace muchos años, cayó en mis manos por casualidad un libro con diferentes metáforas e historias entre las que se encontraba una de Gandhi que ha inspirado mi vida y  que hoy quiero recordar al hilo de mi reflexión.

Gandhi y el azúcar

“Una mujer fue junto con su hijo a ver a Gandhi. Gandhi le preguntó que quería y la mujer le pidió que consiguiese que su hijo dejase de comer azúcar.

Gandhi le contestó: traiga usted otra vez a su hijo dentro de dos semanas.

Dos semanas más tarde la mujer volvió con su hijo. Gandhi se volvió y le dijo al niño: “deja de comer azúcar”.

La mujer muy sorprendida le preguntó: ¿por qué tuve que esperar dos semanas para qué usted le dijese eso? ¿Acaso no podía habérselo dicho hace quince días?

Gandhi contestó: no, porque hace dos semanas yo comía azúcar.”

 

Siempre he tenido esa necesidad de ayudar a las personas que en principio canalicé a través de las asociaciones, después continué con la política y que me ha hecho llegar hasta el coaching, impulsada por participar el crecimiento y cambio de quienes han despertado a un mundo que quieren mejorar empezando por su pequeño-gran radio de acción, su persona, en el que su conciencia y su responsabilidad son sus mejores herramientas.

Desde que me dedico a esta increíble vocación que es el coaching, siempre tuve clara esta historia, para mí el ejemplo es lo que más valor tiene en las personas porque lleva una importante parte de esfuerzo, de trabajo, de ser consciente y responsable para no hacer o hacer aquello que predicas.

¿Cuántas veces damos consejos sobre esto o aquello, a la ligera sin haberlo probado en nuestras carnes, en nuestro espíritu? ¿Cuántos deberías, tendrías…?

No lo vuelvas de decir o a recomendar si tú no eres un ejemplo de ello, primero tienes que conseguirlo para poder hacerlo y después con tu experiencia entender que uno no cambia de la noche a la mañana, que dejar de ser tú, lleva su tiempo y trabajo, sé condescendiente.

Me propuse hace tiempo dedicarme a esto con la tranquilidad y la paz de espíritu que proporciona que lo que piensas, dices y haces esté en consonancia y que cuando ayudes a alguien sepas por lo que está pasando, lo costoso que es librarse de hábitos físicos y emocionales pero lo liberador que es triunfar por encima de ellos.

Todos los días me propongo pequeños retos y he conseguido grandes avances: dejé de fumar, hago regularmente ejercicio físico, mejoré mi alimentación, perdoné, aumenté mi empatía, medito, adoro el coaching, devoro libros para ayudarme a ser mejor coach, cursos, estoy alegre, agradecida, creo en mis coachees, en su potencial, en las cosas extraordinarias de las que son capaces, aún por encima de sus propias creencias y lo consiguen…disfruto de las pequeñas y las grandes cosas que tiene la vida, sabiendo que mi mente tiene que trabajar para mí, no en  mi contra. Cada día, sigo entrenando.

Seguro que vosotros sois padres, hermanos, amigos, ejemplos en los que se pueden inspirar muchas personas a vuestro alrededor, confío en que todos, si os  lo proponéis y entrenáis podéis contagiaros y contagiar esa paz y esa alegría que proporciona crecer, desde dentro, en valores, objetivos y metas.

Ser conscientes de lo que queremos dejar atrás y cambiar, nos va a hacer saber qué queremos para el futuro, cuál es la huella que queremos dejar, lo que queremos pensar y hacer  de nosotros mismos para sentirnos orgullosos y empeñarnos en conseguirlo.

Ayer fue ayer y hace un rato también fue ayer, no pierdas ni un minuto más para transformarte y poder sumar, ayudar, impulsar, alegrar, agradecer, animar…tu entorno está en tu mano y tu satisfacción igual. Algo que te puede parecer artificial en principio puesto que nunca te comportaste así, te enganchará a la vida de una manera genial y ya serás un ejemplo sin necesidad de  esfuerzo.

“No es lo que decimos es lo que les mostramos lo que convence” Ramón Samsó

«Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo» Gandhi

¡¡Hazlo o no lo hagas pero no lo intentes!!

¡¡Buen fin de semana!!

 

¿Estás cómodo?

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Si piensas lo bueno que eres en lo que haces y en que cada vez lo tienes más dominado y te requiere menos esfuerzo, te recomiendo  que en lugar de  celebrarlo, comiences a encender tu alerta puesto que cada vez los cambios serán para ti más traumáticos.

Si tu dedicación ya no te presenta un desafío sino aplicar la misma receta una y otra vez, deja de pensar en que es genial que lo bordes sino en que no estás dando tu 100%, en que empiezas o ya vives de las rentas y estás conduciendo con tu piloto automático encendido.

Si imaginas estas escenas o sientes que estás en este punto, no estás creciendo, ni aprendiendo ni arriesgando, esa seguridad de la que parece que disfrutas, te aporta una falsa sensación, cuando realmente necesites más recursos para afrontar situaciones distintas no sabrás actuar de otra forma.

Cuando has estado años y años haciendo lo mismo  sin plantearte crecer o mejorar tu comportamiento o tarea, con lo necesario, un minimovimiento cada día, lo único que has producido en tu cerebro es que las conexiones neuronales siempre iluminen la misma ruta, que se apaguen las demás y que el deambular constantemente por el mismo lugar te haya situado en un surco que te impide ver no sólo más allá sino lo que ocurre a tu alrededor.

Ya esa sensación de lo desconocido te resulta extraña y estresante y cuando vuelva a ocurrir seguramente se multiplique a la enésima potencia para situarte en posiciones de distrés y parálisis por el miedo y quien únicamente te habrá situado ahí, habrá sido la comodidad.

Cuando estás en este estado y tienes que llevar a cabo algún cambio forzado, por ejemplo uno de puesto en el trabajo, en muchas ocasiones lo rechazas en contra de tus propios intereses o lo aceptas a regañadientes sin ver la magnífica oportunidad de crecer que te presenta, simplemente porque tienes que volver a reconocer  que no sabes. Cuando precisamente ese es el primer paso para acelerar este aprendizaje, mostrar con tu ejemplo que este proceso es constante y que es una de las claves para tener éxito, como muy bien explica el genial Ken Robinson en este video.

http://www.wobi.com/wbftv/ken-robinson-power-i-dont-know

Niégate a vivir en la comodidad de la ignorancia, rebélate contra las quejas, excusas  y pegas de los cambios y piensa en ellos como una oportunidad de descubrir tu auténtica personalidad valiente, aventurera, inconformista.

¡¡ Demuéstrate lo que vales!!

Si tu tarea laboral no te ofrece muchas oportunidades de innovar, o es un paso demasiado difícil para ti, practica primero  en el ámbito personal, aprende algo que te dé miedo, con lo que no te atrevas, que no harías nunca porque estás muy cómodo, experimenta, vive con riesgo alguna aventura, algún viaje, deporte…

«La vida siempre te da dos opciones: la cómoda y la difícil. Cuando dudes elige siempre la difícil, porque así siempre estarás seguro de que no ha sido la comodidad la que ha elegido por ti.» (Adolfo Suárez)

¡¡Vuelve a sentir esa sensación de hormigueo en el estómago, de aceleración del corazón y de creer que estás haciendo algo grande que te hará invencible!! WOW!!!!

“Si usted insiste en permanecer en su zona de confort, no irá muy lejos.” Catalina Pulsifer

 ¡¡¡Aprovecha el fin de semana!!!

¿Te pasas al siguiente nivel?

nivel

Has empezado a pensar que estás estancado y que hagas lo que hagas, no puedes salir de esa rutina. Te parece que en el trabajo no tienes más salida, ni proyección, de la que has tenido hasta ahora. y además  esta impotencia la trasladas a tu familia donde te sientes un marciano entre tanto plan y sueño. Te pasas horas taciturno, pensando en qué has hecho mal para merecer esto, si trabajas y trabajas, mientras acompañas estos sentimientos haciendo que dos hechos circunstanciales no deseados de tu día te lo amarguen, llevándolos contigo el resto del día.

No tienes porqué permanecer en esta pantalla, siempre hay una manera de cambiar las cosas, de pasar al siguiente nivel, si eres aficionado de los videojuegos sabrás que la práctica, la atención y aprender de los demás te puede dar muchas claves.

Quizás llevas haciendo lo mismo desde hace tiempo y pretendes que el resultado por sí solo sea distinto, hace años que no has mejorado tus habilidades, que vives de la rentas de alguna vez que lo hiciste todo bien.¿Cuánto hace que no vas a un curso, a un seminario?, ¿cuánto que no lees un libro que te ayude?, ¿cuánto que no hablas con alguien acerca de tu proyección?

¿Crees que  ha llegado el momento de cambiar ? pues escucha al genial  Jim Rohn “la única forma de que las cosas cambien es que usted cambie”.

 

¿Qué te parece empezar por cambiar el foco?, si hasta ahora has tratado de poner toda la carne en el asador en el trabajo, ahora hacerlo en tu propio desarrollo, en ti mismo, piensa, ¿cómo te va hacer sentirte?

La clave puede estar en ser el mejor en lo que haces, hagas lo que hagas, y eso se consigue, no intentando que los demás vean novedades donde no las hay o que reconozcan que llevas años haciendo lo mismo con iguales resultados, sino en crecer personalmente, en adquirir habilidades y comportamientos que no tienes, piensa en hacerte una auditoría empresarial-personal de todos tus departamentos, y ver dónde puedes hacer propuestas de mejora, quién te puede ayudar en ese cambio, un coach, un mentor, un amigo, tú mismo asistiendo a seminarios, cursos o leyendo, o quizá ampliando tu círculo de relaciones. Cualquiera de estas vías o todas a la vez, conseguirán acelerar el proceso, esto  junto a tu  tesón y constancia conseguirán  elevarte en tu posición y cambiar tu entorno y por ello tu vida.

Deja de confiar y apostar todo a obsesionarte con la engañosa satisfacción de obtener más dinero y lo que éste puede conseguirte y apuesta por ti, seguro va a ser mayor recompensa.

“Cada ser viviente parece esforzarse al máximo, excepto los humanos. ¿Qué tal alto crece un árbol? Tan alto como le es posible. Los seres humanos tienen la posibilidad de escoger. Ellos pueden escoger ser todo o ser menos. ¿Por qué no estiran al máximo su medida y son todo lo que pueden ser?” J.Rohn

Y tú, ¿Por qué?

Buen fin de semana!!!!

 

 

¿Adicto a tu química?

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Piensa en alguno de estos sentimientos: culpa, ira, tristeza, vergüenza, depresión, preocupación. Ahora en las veces que crees que te asaltan y cómo responde tu cuerpo a estos sentimientos.

Imagina todos los años que has estado reproduciendo estas reacciones ante esos pensamientos hasta automatizarlos y creer que son tu realidad.

 Joe Dispenza explica con claridad como se produce químicamente este proceso:

Cada vez que se tiene uno de estos pensamientos, le indicas a tu cuerpo que produzca un serie de sustancias químicas de las que componen este sentimiento. Lo hacemos tan a menudo que nuestras células están habituadas a estar inmersas en este hábitat.

 Las células, con el paso del tiempo se adaptan y procesan mejor esta química. Empieza a ser normal para ellas este estado y lo empiezan a considerar agradable.

 ¿Recuerdas cómo te has habituado a ruidos y situaciones que al principio te resultaban molestas?

 Cuando el cuerpo se acostumbra y las células se dividen para formar otras células, éstas necesitarán un umbral más alto del sentimiento para habituarse. Estas dosis cada vez tendrán que ser más alta para sentirte mal y cuando menos te lo esperes, te habrás vuelto adicto al sentimiento de culpa, tristeza, vergüenza o miedo que tú mismo te has causado.

Esa actitud ahora te parecerá normal y ni siquiera tendrás que hacer esfuerzos para sentirte así, simplemente  te sentirás.

 Cuando leas algo sobre optimismo y pensamiento positivo  te parecerá una broma de mal gusto o algo inalcanzable porque cada vez que sigas las pautas que te recomiendan, producirás en tu mente un caos que sólo resolverás al volver a tus pensamientos y sentimientos de siempre.

De repente pensarás que “hoy no es un buen día para cambiar, que ya lo harás mañana” y volverás a buscar excusas y culpables en tu pasado, tus padres, tu pareja, profesores, compañeros, etc, para poder sentirte de nuevo como siempre. En algún lugar de tu mente, te gusta sentirte mal.

Si te identificas con este proceso y te reconoces haciendo esto, puedes llegar a  “desmemorizar” estos hábitos. Para poder llegar a hacerlo  necesitas cambiar tu estado de ser, es decir, que tu cuerpo y tu mente trabajen al unísono para modificarlo.

¡Buenas noticias! Entrenando, se puede llegar a impregnar tu subconsciente de emociones positivas.

Para empezar, consciente de este proceso.