A mis abuelos les agradezco infinitas, muchísimas cosas, entre ellas que gracias a su labor tan vocacional de maestros, pueda disfrutar de un rincón muy especial en este genial pueblo que es Navamorcuende. Este verano en su Semana Cultural he tenido la suerte de poder contribuir a hacer de este lugar uno más especial para mí, gracias a la Asociación Cultural «Peña la Nava» y a su invitación a participar con una charla sobre un tema libre. Decidí invertir tiempo y esfuerzo en preparar una charla que mereciese la pena para que dedicáseis vuestro precioso tiempo a algo que, al menos, os hiciese reflexionar.
Con lo que no contaba es con que el inagotable y genial Jesús Pastor, decidiese grabar esta charla. Contar con su presencia y su trabajo ha hecho posible que hoy pueda compartir con vosotros esos especiales momentos que yo viví encantada ese miércoles de agosto.
Espero que si decidís verlo o escucharlo, os sirva al menos para revisar algunas cuestiones que pasamos por alto en nuestro dia a día. Agradeciendo la oportunidad y el trabajo de todos. Espero vuestros comentarios para crecer y mejorar.
Cuando hacemos referencia al poder de los pensamientos y a cómo nuestra mente nos ayuda en nuestra vida diaria, muchos de nosotros no sabemos cómo hacer el análisis para saber el funcionamiento de nuestro principal mecanismo, la mente.
Saber si nuestra mente es feliz o no, puede ser un arduo trabajo o un trabajo de campo que podemos hacer relativamente fácil estando atentos y que nos puede arrojar muchos datos sobre lo qué realmente sucede allí dentro y como mejorarlo.
Los mensajes que a diario obtenemos de nuestro entorno, de los demás, de distintos medios de comunicación, mezclados con nuestros recuerdos y experiencias, nos provocan demasiados conflictos para poder desentrañar preguntas como si somos felices, nosotros solos.
A veces nos sentimos culpables por poseer o disfrutar de muchas más cosas que otras personas a nuestro alrededor, de estar alegres cuando otros lo están pasando francamente mal y de otras muchas cuestiones que nos impiden o excusan para pensar en acciones mucho más cercanas y sencillas que contribuyen a hacer de este mundo un lugar mejor.
Cuántas veces has dicho una palabra amable a algún desconocido,o algún compañero de trabajo al que nunca has hablado, a cuántos extraños has sonreído sin motivo, has cambiado el humor de alguien, ayudado a alguien, incluso que no conocías, escuchado, regalado algo, invitado, agradecido, elogiado, alegrado el día…
A veces cuando veo como muchas personas intentan arreglar el mundo a golpe de agresividad, de crítica feroz, de ira, insulto, para ridiculizar o menospreciar, de querer tener la razón , pensar que sólo existe su solución, avergonzar y juzgar a los demás, pienso, en a qué mundo están pensando llevarnos cuando utilizan esos métodos que tratan así a sus semejantes, a los próximos y a sus iguales…por nuestro bien…
Las sociedades que se asientan en la vergüenza y en la culpa no son sociedades sanas, ni dignas de modelaje o defensa. No quiero que la mía sea así.
Sociedades que escriben solidarias cartas a personas a cientos de kilómetros mientras son incapaces de compatibilizarlo haciéndolo con quienes están sufriendo a su lado, o simplemente siendo amables con quienes les rodean y no piensan como ellos.
La felicidad para mí se construye desde dentro, desde tus pensamientos y acciones. Desde lo simple y sencillo que parece ser lo que más cuesta. Siendo consciente de que nuestro entorno cambia principalmente cambiando lo que más trabajo implica, nuestra actitud. Estamos dispuestos a influir en esto…
Construyendo, animando, alentando, apoyando, entusiasmando a nuestros padres, madres, amigos, compañeros, vecinos. Haciéndoles partícipes de lo importante que es nuestra labor en nuestro entorno, con los demás. Con nuestra palabra, nuestra acción.
Comprométete contigo mismo, toma la determinación de que vas a formar parte de ese cambio, seguro de que tus acciones son lo más importante que puedes poner en marcha para hacerlo y que tu entorno más próximo, es tu reto.
Cada vez que pienses en un conflicto internacional, en una situación injusta, escuches alguna noticia que te impacte y sobre la que te sientas impotente. Idea algo para hacer inmediatamente donde estés. Recuerda las palabras de Theodor Roosevelt.
No intentes excusarte con la necesidad de la ejecución de grandes hazañas, que obtengan un gran reconocimiento. Recuerda que cada acción que lleves a cabo a tu alrededor será parte de esa aventura interior que te llevará a ser más feliz y a compartir esta felicidad con quienes te rodean, modificando tu mundo.
Algunas ideas para empezar… sé generoso y comparte con nosotros las tuyas
Deja tu cambio en la máquina del café. Imagina quien lo encuentre que afortunado se sentirá.
Ve sonriendo por la calle y saludando a todos.
Ayuda a alguien que veas cargado o agotado.
Pregunta a alguien cómo está, muestra interés por él.
Mientras mece mi pensamiento una chicharra, pienso en la brevedad de la vida y la fragilidad del Ser Humano. Viendo el telediario, compruebo que si te dejas llevar por los mensajes, tu mente se convierte en una montaña rusa de emociones.
Dos muertes noticiables en el mismo día, tan diferentes y tan iguales. Cuando uno piensa en el ideal de su vida a veces se debate entre esforzarse en procurarse bienestar y entrar en esa carrera imparable que es el hedonismo o todo lo contrario, renunciar a lo material y dedicar su vida a una misión que le sobre pase y sobreviva y se centre en asistir a los demás.
El triunfo económico y convertirse en una celebridad en la profesión o en la dedicación de uno, no parece que siempre vaya acompañado de una felicidad que por otra parte muchos verían clara en esas condiciones. Casi siempre no dejas de ser tú con distintas condiciones externas y por mucho que algunas cosas materiales te falten o te sobren tu espíritu no descansa con ellas, hasta el límite de incluso acabar con tu vida.
Servir a los demás con una dedicación que va más allá de temer por la propia existencia en la asistencia a otros, es tan digno de admirar y tan difícil de elegir que pocos optamos por este camino. Sin embargo tener una misión es algo que te da una fuerza y un valor increíble que te empuja a llevar a cabo las gestas mayores. La dedicación a los demás, si algo tiene es, que deja poco tiempo a la melancolía, a la tristeza, a la autocompasión.
Me imagino qué podían estar pensando ambos en sus últimas horas, qué resumen vital puede pasar por tu cabeza, agradeces, te arrepientes, te lamentas…
Esto se mezcla con los insistentes reportajes del turismo de lujo con playas paradisíacas, yates de infinitos metros de eslora, restaurantes inaccesible y la relación causa-efecto directa de estas cuestiones con la felicidad.
Vuelvo a mi pensamiento inicial, quién podía tener acceso a estos lujos, estoy segura de que sí el actor y no el misionero. Esto me vuelve a hacer recapacitar sobre qué hace feliz al Ser Humano, qué nos hace ser eso, humanos, qué hacen todas esas cuestiones accesorias y superfluas sobre nosotros. Realmente nos hace disfrutar tenerlas o no tenerlas y desearlas sufrir.
Si corre la brisa y cierras los ojos en qué lugar del mundo puedes estar, quizá donde quieras, ¿aprecias ese momento?, poder respirar, vivir. Vives pensando en qué otro sitio te gustaría estar, con qué otra persona… entonces,¿dilapidas tu tiempo?, ¿menosprecias tu entorno?
Seguir escuchando la cigarras me hace recordar que me encanta el verano, esté donde esté, que puedo disfrutar de la energía del sol, de increíbles paseos, de largas y divertidas conversaciones con amigos, de mi familia, de todo lo que la vida ha puesto a mi disposición. ¡¡Cuánta fortuna!!
Agradecer lo que tienes siempre es un gran paso para la felicidad personal. Las cosas que más valen no cuestan dinero.
Llevas demasiado tiempo haciendo lo que los demás esperan de ti. Te miras en el espejo y lo que ves no te gusta, a pesar de que tu vida a los ojos de cualquier otro sería una vida perfecta.
Nunca has tenido el valor de preguntarte: ¿qué es lo que realmente quiero hacer con mi vida?
Has renunciado a los sueños que tenías, a llevar a cabo con pasión todo lo que realmente deseas para adaptarte a un mundo que no te gusta. Has pensado en cambiarlo y sin salir de tu mente, te has rendido.
Quieres tomar el poder, empezar a trabajar en lo que realmente te apasiona, quizá te parezca una locura, ahora mismo los límites se multiplican en tu cabeza y quizá una sensación de vértigo te atenaza y acelera la respiración.
No has podido encontrar a personas que están en el siguiente nivel, que han conseguido pasar por encima de todos esos miedos y obstáculos que juegan en tu contra justo cuando tus planes se magnifican y se convierten en tu motor.
¡Hacer algo fabuloso con la vida es una cuestión que está al alcance de todos!, aunque no cualquiera consigue que esta misión sea una obsesión y no deje de avanzar hacia ella.
Para conseguir estos objetivos se necesita, como mínimo, ser perseverante y para esto tener disciplina.
Si estás decidió a ser quien buscas en el espejo y quieres empezar a trabajar en ello, te dejo una interesante práctica de Robin Sharma: “The daily five, the nightly three”.
Cuando te despiertes por la mañana piensa en cinco cosas que vayas a hacer durante el día, que hagan de éste, un día diferente, valioso y que te acerquen a tu objetivo. No intentes que sean metas inabarcables o muy costosas que te hagan renunciar a llevarlas a cabo. Divide tu objetivo en pequeñas tareas y hazte el firme propósito de ponerlas en marcha.
Piensa en que te van a convertir en un hombre o una mujer de acción, que te van a llevar a un nivel diferente en el que ya no van a ser deseos o intenciones sino que son actividades específicas y medibles encaminadas a un objetivo mayor.
Por la noche antes de acostarte, aunque tu día haya sido duro, encuentra tres cosas que hayas llevado a cabo y puedas celebrar, apúntalas en tu diario de a bordo, libera dopamina y ¡siéntete fuerte!
Imagina, al cabo de un mes, y de ¡un año! cuántos días valiosos habrás vivido y en la recompensa que significará haber realizado y agradecido todas esas acciones que te han puesto en tu camino hacia el objetivo.
¡Es tu vida!, no querrás mirar hacia atrás dentro de muchos años y ver que te rendiste antes de empezar, ¿no?
Miro por la ventana e imagino la cantidad de vosotros que estaréis haciendo lo mismo con multitud de intenciones, pensar sobre variaciones meteorológicas, reflexionar sobre vuestras preocupaciones, buscar un poco de luz en vuestro trabajoso día, agradecer otro día más para luchar por vuestras ilusiones, …
Esa mirada me conecta al mundo, me inspira, me hace sentirme cerca de todos, pensando en la energía que recojo y que comparto de muchos de vosotros. Esta situación me arroja pensamientos leídos , escuchados, reflexiones, aprendizajes…
Quiero compartir uno con vosotros: “qué ocurriría si ,mañana al levantarnos, hubiese desaparecido todo aquello que no agradecimos tener , en el día de hoy”. Al principio un escalofrío recorre mi cuerpo, enseguida se me agolpan pensamientos sobre la familia, los amigos, pero no , no quiero que sean categorías, no es justo, todos merecen un espacio propio, quiero mentalmente recordar sus nombres, sus caras y evocar los mejores sentimientos sobre ellos. Cada vez me siento mejor y más alejada de todo lo material que me rodea, más afortunada, estoy tan enfrascada en mis personas, que apenas puedo recordar que en mi interminable lista exista un espacio reseñable para las cosas…
Mi gran fortuna también pasa por superar las necesidades más básicas, sabiendo que esto sólo ocurre en un porcentaje pequeño de la población mundial, algo que recuerdo todas y cada una de las mañanas cuando despierto con un techo, sin frío, con comida…, concediéndome ésto el valor para seguir luchando por mis sueños, sin decaer , sin quejarme, con más energía que el día anterior, pensando en que todo pasa por algo .
He llegado a comprender y a aprender de la dificultad de vivir en la incertidumbre, de la vulnerabilidad que nos acecha, de la fragilidad de nuestras condiciones físicas, económicas y sociales, y de lo importante que son , las herramientas para afrontarlo , la fortaleza y los grandes recursos sólo están dentro de nosotros mismos, y que debemos entrenar a diario.
Os invito a hacer vuestra propia lista motivante, y a repasarla a diario, hacer listas además mantiene el cerebro activo. Recordad, todo lo que no agradezcáis hoy, podría desaparecer mañana…
La gratitud es mucho más que una simple emoción efímera, si tú quieres puede ser también una tendencia que practiques para ver lo bueno que nos trae la vida.
Para estar agradecidos por algo, primero tenemos que darnos cuenta y ser conscientes de que lo tenemos y es importante. Pero a menudo damos por sentado las cosas buenas que tenemos y nos centramos más en las que no tenemos o en las cosas malas que hay en nuestras vidas y lo mucho que deseamos librarnos de ellas.
Expresar gratitud tiene numerosos beneficios, como una mayor felicidad, relaciones más satisfactorias y paz mental. La gratitud se considera una virtud en casi todas las culturas. Tú, ¿ la practicas?
La gratitud tiene también una gran capacidad para producir cambios en las personas, abre el corazón y la mente. Expresar gratitud es un camino hacia una mayor felicidad. Pero las personas no siempre tenemos tendencia a expresar gratitud. Por tanto, es una virtud que debe ser aprendida y cultivada.
Algunos de sus efectos son:
Aumenta la autoestima y la sensación de valía personal
Incrementa el comportamiento ético
Ayuda a construir vínculos con los demás
Ayuda a afrontar el estrés, trauma y adversidad
Inhibe las comparaciones negativas con los demás
Nos ayuda a adaptarnos a nuevas circunstancias
Ayuda a combatir las emociones negativas
La gratitud puede expresarse de diversas formas. Puedes sentirte agradecido muchas veces a lo largo del día por las pequeñas cosas que te suceden, porque alguien te sonría, te hable con amabilidad, aunque sea por encontrar aparcamiento con facilidad, tener un buen día en el trabajo, que tus hijos pongan la mesa sin pelearse o que florezca una planta en tu balcón.
También puedes expresar gratitud a los demás, está al alcance de cualquiera, no sólo por hacerte algún favor, sino tan sólo por ser parte de tu vida, por entenderte, por disculparte, por escuchar tus problemas o no rechazarte cuando tienes un mal día y estás de mal humor.
Expresar gratitud no tiene nada que ver con la religión o la creencia en dios. Puedes estar agradecido a la vida, al mundo, a tu ser interior, a todo en general o a nada en particular. Es tan solo esa sensación de agradecimiento que no es necesario dirigir hacia nada ni nadie en particular.
¿Cómo aumentar tu gratitud?
Si quieres expresar más sentimientos de gratitud y conocer sus beneficios, estas son algunas de las cosas que Ana Muñoz de about.com te propone y puedes hacer:
«1. Proponte prestar más atención a cualquier momento de tu vida por el que puedes expresar gratitud.
2. Utiliza un diario de gratitud, donde escribes cada día todas las cosas buenas que te han pasado, por pequeñas que sean. Esto hace que tu atención se centre más en lo positivo de tu día a día y te ayuda a ser consciente de las cosas por las que puedes estar agradecido.
3. Escribe una carta de gratitud a una persona a quien te sientas agradecido por algo. No es necesario que envíes esa carta, aunque enviarla o dársela a esa persona puede aumentar los efectos positivos.
4. Busca una persona con la que practicar la gratitud. Consiste en ponerte de acuerdo con alguien para contaros las cosas buenas que os suceden. Cada uno debe procurar escuchar al otro y sentir su alegría y gratitud, compartiéndola y alegrándose por la otra persona.
5. Expresa gratitud a los demás. Exprésales directamente tu agradecimiento por lo que hacen por ti, sus detalles, su amabilidad, o el efecto que tienen en tu vida.
6. Concéntrate en el sentimiento de gratitud y trata de evocarlo. Piensa en algo por lo que te sientes muy agradecido y cuando aparezca ese sentimiento de gratitud, concéntrate en él, siéntelo plenamente durante un rato, deja que invada todo tu ser y apréndetelo. Acostúmbrate a evocarlo de este modo, para sentirlo con frecuencia durante el día.»
Seguro que en muchas ocasiones te quejas de cuestiones que no salen o no se desarrollan como tú quieres o esperabas pero, y si ahora agradecieses que ocurran y que tienes la oportunidad de disfrutar de multitud de acontecimientos que la vida pone en tu camino por sorpresa.
¿Y si esta semana agradecieses la lluvia?
Si necesitas más inspiración no dejes de ver este video 😉